Un informe del Pentágono desvelado por THE NEW YORK TIMES que alerta de la amenaza que supone para sus vecinos, incluso para EEUU, el proceso de modernización de las Fuerzas Armadas chinas…
Por Carlos Elordi
Justo el día en que Zapatero llegaba a Pekín, China era objeto de distintas reflexiones en algunos de los principales diarios del mundo. Por varios motivos. El más inmediato y brillante, el anuncio de que el PIB chino había crecido un 9% en el primer semestre de 2005, superando todas las previsiones. El segundo, un informe del Pentágono desvelado por THE NEW YORK TIMES que alerta de la amenaza que supone para sus vecinos, incluso para EEUU, el proceso de modernización de las Fuerzas Armadas chinas. El tercero, el rechazo de la OPA que el grupo chino Cnooc había lanzado por la empresa petrolífera norteamericana Unocal. Ese mismo día otro gigante estadounidense, Maytag, hacía lo propio con la oferta hecha por el grupo chino Haier.
The New York Times ha visto claras razones políticas detrás de esos rechazos y ha subrayado que el tema aún no está cerrado y que varios parlamentarios han amenazado con una ley que impida ese tipo de operaciones. Thomas Friedman ha escrito lo siguiente en el citado diario:
«Norteamérica y China caminan hacia una peligrosa confrontación geoeconómica. Sin embargo, las economías de ambos países están totalmente interrelacionadas. Estados Unidos ya no ahorra e importa más de lo que exporta. Una nación que llevara haciendo eso tanto y tanto tiempo habría de elevar sus tipos de interés a fin de otros países quisieran su moneda. Pero China se ha quedado con la mayor parte de los dólares que ha obtenido vendiendo sus productos en Norteamérica a pesar del bajo interés que recibe por los mismos. El motivo de ello es el llamado pacto Tiananmen-Tejas. Tras los sucesos de Tiananmen, los líderes chinos llegaron a un acuerdo con su pueblo en virtud del cual les proporcionaron crecimiento económico a cambio de no concederles el derecho al voto. Por su parte, el presidente Bush ha ignorado durante mucho tiempo que la moneda china estaba claramente infravalorada, dejando que los chinos vendieran en Estados Unidos a cambio de que éstos se quedaran con los dólares, y permitiendo así que sus trabajadores no perdieran los empleos ni sus líderes el poder».
Sobre la amenaza militar china, el martes, el diario británico FINANCIAL TIMES alertaba del nacionalismo que de forma cada vez más intensa impregna la política exterior china, y también la de su histórico rival asiático, Japón. El jueves volvía sobre el tema al hilo del citado informe del Pentágono:
«Nada hay más razonable o previsible que un poder económico creciente emplee parte de sus ganancias en aumentar su fuerza militar. Lo importante es como vaya a usarla. Una mayor fuerza exige una mayor responsabilidad. Y los dirigentes chinos todavía tienen mucho que aprender en ese terreno. El informe que la pasada semana hizo público el comandante-general Zhu Cheng Hu, un halcón, y que decía que China estaba preparada para destruir con sus armas nucleares ciudades norteamericanas si el país resultaba atacado en un conflicto por Taiwán, es todo lo contrario de responsable. Lo cierto es que la amenaza más directa a los intereses norteamericanos es la voluntad china de utilizar su poder en el campo diplomático, más que en el plano militar. Washington está alarmado por la velocidad con que China está logrando establecer relaciones amistosas con regímenes hostiles a Washington, entre ellos Irán y Venezuela, simplemente porque tienen petróleo».
Noticia publicada en la página 10 de la edición de 7/22/2005 de El Periódico
edición impresa. Tomado de Periodista Digital