Asesinado a causa del deseo ardiente de ayudar a los perseguidos

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Palabras pronunciadas por Shahbaz Bhatti, ministro pakistaní para las minorías, católico, asesinado el martes 1 de marzo de 2011 a golpes de pistola en una emboscada en la ciudad de Islamabad.

Yo quiero servir a Jesús


Me han propuesto altos cargos en el gobierno y me pidieron que abandonara mi batalla, pero yo siempre lo he rechazado, incluso a riesgo de mi propia vida. Mi respuesta era siempre la misma: «No, yo quiero servir a Jesús como un hombre común».


Esta devoción me hace feliz. No quiero popularidad, no quiero posiciones de poder. Sólo quiero un lugar a los pies de Jesús, yo quiero que mi vida, mi carácter, mis acciones hablen por mí y digan que estoy siguiendo a Jesucristo. Este deseo es tan fuerte en mí que me consideraría privilegiado si – en este esfuerzo mío y en esta batalla por ayudar a los necesitados, a los pobres, a los cristianos perseguidos de Pakistán – Jesús quisiese aceptar el sacrificio de mi vida. Quiero vivir para Cristo y quiero morir por él. No tengo ningún miedo en este país.


Muchas veces los extremistas han buscado matarme y encarcelarme, me han amenazado, perseguido y han aterrorizado a mi familia. Los extremistas, hace unos años, incluso han pedido a mis hermanos, a mis padres, a mi madre y a mi padre, que me disuadiesen de continuar mi misión en ayuda a los cristianos y a los necesitados, o de lo contrario me habrían perdido. Pero mi padre siempre me ha animado. Yo respondo que mientras tenga vida, hasta el último aliento, continuaré sirviendo a Jesús y a esta pobre y sufriente humanidad, los cristianos, los necesitados y los pobres.


Quiero deciros que encuentro mucha inspiración en la Sagrada Biblia y en la vida de Jesucristo. Cuanto más leo el Nuevo y el Antiguo Testamento, los versículos de la Biblia y de la palabra del Señor, más se robustecen mi fuerza y mi determinación. Cuando reflexiono sobre el hecho de que Jesucristo ha sacrificado todo, de que Dios ha enviado a su propio Hijo para nuestra redención y salvación, me pregunto cómo puedo seguir el camino del Calvario. Nuestro Señor ha dicho: «Ven conmigo, toma tu cruz y sígueme». Los pasajes que más amo de la Biblia dicen: «tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, fui forastero y me hospedasteis, desnudo y me vestisteis, enfermo y me visitasteis, en la cárcel y vinisteis a verme». Y así, cuando veo a gente pobre y necesitada, pienso que bajo sus semblanzas es Jesús quien viene a mi encuentro.


Así que siempre trato de ser útil, junto con mis compañeros, para dar asistencia a los necesitados, los hambrientos, los sedientos.


Ha sido cofundador y director del APMA (All Pakistan Minorities Alliance), una organización que representa a las comunidades marginadas y las minorías religiosas de Pakistán, como ministro se ha dedicado en primera persona a fomentar la paridad de dignidad de todas las comunidades del país. Recientemente había intervenido en el asunto de Asia Bibi, pronunciándose con decisión a favor de una revisión de la ley sobre la blasfemia. Quizás precisamente esta última batalla suya ha movido a sus asesinos.


El recuerdo de Mons. Dino Pistolato: «Le he conocido en 2005, tras el terremoto que azotó la zona de Islamabad». Mons. Dino Pistolato, director de Cáritas de Venecia, ha trabajado durante años en estrecho contacto con él en la recaudación de fondos para ayudar a los pueblos más afectados por el terremoto.