Dos personajes tan enfrentados y tan distanciados entre sí como el consejero delegado del Grupo Prisa, Juan Luis Cebrián, y el director de El Mundo, Pedro J. Ramírez, coinciden sin embargo en sus desaforados e injustificados ataques contra los medios digitales hasta el punto de proponer controles cuando no directamente negarles su libertad de expresión y hasta su derecho a existir.
Fuente: Madridpress.com
Dos personajes tan enfrentados y tan distanciados entre sí como el consejero delegado del Grupo Prisa, Juan Luis Cebrián, y el director de El Mundo, Pedro J. Ramírez, coinciden sin embargo en sus desaforados e injustificados ataques contra los medios digitales hasta el punto de proponer controles cuando no directamente negarles su libertad de expresión y hasta su derecho a existir.
¿Qué les hemos hecho los modestos y humildes medios digitales para que lancen semejante ofensiva? Hay distintas interpretaciones al efecto. Desde los que piensan que los digitales les están arrebatando parte de su influencia, hasta quienes destacan que los nuevos medios cuentan lo que los tradicionales periódicos de papel callan por sus impagables compromisos. Quizá la causa sea más profunda. Puede que a estas alturas los grandes editores periodísticos ya se han dado cuenta de que el negocio está cambiando a favor del medio digital, mucho más ágil, rápido e interactivo que el pesado engranaje de los mastodónticos medios impresos, que no saben o no pueden adaptarse a los cambios tecnológicos y sus consecuencias.
Mientras, para disimular, cebrianes y pedrojotas se atreven a proponer certificados de calidad, de credibilidad y de ética a los medios digitales, escondiendo sus vergonzantes campañas publicitarias en las que no han tenido escrúpulos en utilizar las torres gemelas de Nueva York, y olvidando que no han sido los periódicos electrónicos precisamente quienes difundieron a bombo y platillo que Acebes iba a ser el sucesor de Aznar, dos horas antes de que el ex presidente revelara el nombre de Rajoy. ¿Es esa la credibilidad que exigen a otros? Todo esto sería de risa y no le daríamos la menor importancia si no fuera porque en el fondo lo que está en juego es la libertad de expresión y el pluralismo informativo y de opinión, algo a lo que los medios digitales estamos contribuyendo humilde, pero decisivamente. Aunque les pese a quienes se creen los guardianes de las esencias de la democracia. Ladran, luego…
Fuente: Periodistadigital.com
El editorial publicado ayer por El Mundo, en el que arremete con inusitada violencia contra los confidenciales, fue comentado hasta la saciedad por los profesionales que trabajan en este nuevo medio periodístico. No era para menos: “piratas, calumniadores e injuriadores” eran sólo algunos de los adjetivos que Pedrojota Ramírez usó para referirse a los digitales.com.
REPRODUCIMOS ÍNTEGRAMENTE EL EDITORIAL DEL MUNDO
¿Quién financia la basura en Internet?
El Mundo (27/09/04)
Tanto el presidente de la Asociación de Editores -puesto rotatorio que en la actualidad ejerce Juan Luis Cebrián- como el secretario de Estado de Telecomunicaciones, Francisco Ros, han coincidido en denunciar el empleo de la Red para difundir informaciones anónimas carentes de todo rigor -o simplemente «inventadas»- con el propósito de difamar, chantajear o ajustar cuentas a personas de relieve público.
Cebrián ha sido en esta ocasión certero portavoz del sentir de todos los medios solventes, y Ros ha puesto el dedo en la llaga de la financiación de esos subproductos. El mecanismo es bien sencillo: un par de aventureros ponen en marcha su maquinita de picar carne, ilegalmente invaden los correos electrónicos de personalidades de relieve, enviándoles morbosos boletines diarios; ilegalmente roban contenidos a los medios que pagan a sus periodistas por producirlos; e ilegalmente difunden noticias que vulneran los límites constitucionales del derecho a la información.
Con ese bagaje, acuden a las grandes empresas, las cuales firman con ellos acuerdos de publicidad o patrocinio, como mecanismo de defensa o ataque. Como muestra un botón: día tras día una de esas webs denigra a este periódico con un anuncio de Telefónica al lado que nadie podrá justificar por sus índices de audiencia.
Afortunadamente, hay prensa solvente -Libertad Digital, La Estrella Digital- que ha nacido en la Red y, paradójicamente, ninguno de los emisores que más se distinguen por empaquetar falsas confidencias incluyen la palabra «Confidencial» en su cabecera. Si fuera por el libre juego del mercado y por el Estado de Derecho, la selección de las especies estaría produciéndose con rapidez, pues muy pocos entrarían en esos portales purulentos y los tribunales ajustarían cuentas antes o después con los piratas, calumniadores e injuriadores.
Pero ahí es donde entra el factor distorsionador de esas grandes compañías cuyos directores de Comunicación -únicos héroes impolutos entre el estiércol en que esas páginas web inundan a los demás- actúan en comandita, tomando decisiones en bloque al uso de los más oscuros grupos de presión.
No es mala idea que las administraciones públicas se comprometan a no aportar ni un euro a aquellos portales que no garanticen la legalidad de sus contenidos, tal y como ha propuesto Ros.
Pero más importante aún es que, entre tanto, nos fijemos todos en cuáles son las empresas privadas que ponen su nombre junto a la ciberbasura.
Mate Guerra, Periodista Digital (28/09/04, 11.17 horas)
FICHA |
-José Eulogio López Escribano -Oviedo, 1960 -Casado, 3 hijos -Liceciado por la Universidad de Navarra -Periodista especializado en economía -Ha trabajado en COPE, Intereconomía, Onda Cero, Tiempo y Epoca, entre otros |
El editorial publicado ayer por El Mundo, en el que arremete con inusitada violencia contra los confidenciales, fue comentado hasta la saciedad por los profesionales que trabajan en este nuevo medio periodístico. No era para menos: “piratas, calumniadores e injuriadores” eran sólo algunos de los adjetivos que Pedrojota Ramírez usó para referirse a los digitales.com.
Periodista Digital: Buenas tardes, ¿podría hablar con el señor Pedro J. Ramírez?
El Mundo: ¿Quién le llama?
Periodista Digital: Soy Mate Guerra, de Periodista Digital. Quisiéramos hablar con él sobre su editorial de hoy en El Mundo, sobre los confidenciales, sobre Internet… sería una breve entrevista telefónica.
El Mundo: A ver… un momento
Periodista Digital: Sí, espero.
(a los pocos minutos)
El Mundo: El director está de viaje y no regresa hasta mañana por la noche.
Periodista Digital: Está bien, le dejo mi teléfono y mi nombre. Mañana insistiré.
El Mundo: Yo se lo paso.
Periodista Digital: Muchas gracias.
Quedan en el aire preguntas como ¿por qué tantos ataques en tan pocas líneas? ¿Cuál es el verdadero daño que está infligiendo la prensa digital a diarios de la envergadura de El Mundo o El País? ¿Es una cuestión personal o sólo se trata de una pérdida de influencia y de control sobre el flujo informativo?
La práctica totalidad de los profesionales de los medios de comunicación –prensa, radio y televisión- entrevistados por Periodista Digital en los últimos meses se reconoce asidua lectora de la prensa digital y seguidora de los confidenciales.
Para el director de Hispanidad.com, Eulogio López, los grandes periódicos temen a que de la misma forma en que los gratuitos les quitan dinero, los digitales les están restando influencia.
Eulogio, ¿qué opinión le merece el editorial de El Mundo?
(ríe) Ya sabes eso del refrán: “Dime de qué me acusas y te diré de qué adoleces”. El ataque combinado, es decir Cebrián y Pedro J. Ramírez hermanados para atacar a los confidenciales, me hace mucha gracia. El asunto está muy claro: los grandes medios, la gran prensa como el propio Cebrían lo reconocía, es cosa del pasado. A ellos les han salido sarampiones. Primero el de la prensa gratuita, que no les ha quitado influencia a los grandes rotativos, les ha quitado dinero y eso les ha fastidiado mucho. La prensa cibernética les ha quitado influencia, porque aquí ya no estamos hablando de una competencia económica, sino ideológica. La prensa gratuita les quita dinero y la prensa digital les quita influencia.
¿Pero usted cree que la prensa digital ha llegado a unos niveles que está quitando poder a los grandes medios como El Mundo o El País?
No, no, todavía no, pero les fastidia bastante. Sobre todo en un público joven, en el ambiente cultural, en el ambiente político, hombres que marcan la pauta. Es gente que o bien está enganchada a la Red o tienen equipos que les pasan todo lo que se dice de ellos en la información digital. La Red es un paraíso de libertad donde también está, y en esto tiene toda la razón el señor Pedro J., toda la basura. Pero también está lo más egregio, lo mejor y sobre todo, lo más libre.
Pero la influencia de un medio también está marcada por el poder económico que pueda sustentar…
A pesar de que económicamente, empresarialmente, no es nada, es muy poquita cosa, les quita influencia porque es mucho más libre. En el editorial de El Mundo se asegura que los confidenciales “están vendidos”. Y yo reitero: “Dime de qué acusas y te diré de que adoleces”. El que está vendido eres tú. El que chantajea a los grandes poderes económicos y políticos son los grandes grupos multimedia, que pactan con ellos la publicidad, como ha de ir y donde ha de ir. Cuando eres una barquichuela te puedes dar el lujo de prescindir de un anunciante, porque te basta para sobrevivir el tener uno o dos. Cuando eres Pedro J. Ramírez o Prisa no puedes prescindir de ninguno porque todo el trasatlántico se te hunde.
¿Está convencido de que los digitales quitan influencia a los grandes grupos mediáticos?
Segurísimo. Les están quitando influencia. Lo que no les están quitando es poder. ¿Tú crees que si no fuera a así, Pedro J. se molestaría tanto como para soltar esos insultos de barriobajero, purulentos? Que yo sepa todavía no me sale pus.
Pero, ¿el lector comprende todo esto…?
Lo que la gente tiene cada vez más claro es que internet dice aquello que los medios no se atreven a decir, y eso es lo que más les duele. Lo que le está quitando internet a la prensa tradicional no es dinero, es influencia. Ellos están engolfados con los grandes poderes políticos y económicos.
Pedro J. Ramírez habla en su editorial, refiriéndose a los confidenciales, de «piratas, calumniadores e injuriadores».
Lo de la piratería tiene gracia, porque lo que se está produciendo es el fenómeno contrario. Es El Mundo, es El País y es ABC los que están copiando a los confidenciales.
¿Pero hay suficiente rigurosidad periodística en los confidenciales?
Es posible que los confidenciales seamos menos rigurosos que los medios tradicionales, lo que pasa es que somos mucho más valientes, decimos lo que ellos no se atreven a decir porque tienen demasiados compromisos.
¿Pero no es cuestionable la calidad de los confidenciales?
Si, si es cuestionable la calidad, de la misma manera que por lo general se dice que la calidad literaria del Quijote será superior a cualquier articulista de El Mundo o de El País. Los confidenciales somos mucho más breves, damos puntaladas, golpeamos y no desarrollamos. Damos lo que no dan los demás, para eso están los grandes medios.
Pero haciendo una autocrítica, ¿en los confidenciales no hay un abuso de las llamadas ‘fuentes anónimas’?
Al confidencial, y de ahí su nombre, lo que no se le exigía es citar a la fuente. El prestigio de un confidencial se lo dan sus lectores. La gente no es idiota y dejaría de leerlos inmediatamente y sin embargo cada vez se leen más.