Lenin Raghavarshi, premiado activista de derechos humanos, recuerda que ‘en la base de todos los derechos humanos está el derecho a la vida’.
La India es, sin duda, el país más religioso del mundo. También es uno de los países donde más se aborta. Los sucesivos gobiernos han presentado el aborto como un método anticonceptivo más, hay ginecólogos entrenados para abortar sin plantearse nunca el valor biológico del embrión y está muy extendido el aborto a los fetos femeninos.
Por eso, es de destacar la claridad de ideas de Lenin Raghavarshi, presidente del Comité Popular de Vigilancia de Derechos Humanos , citado en AsiaNews: «En la base de todos los derechos está el derecho a vivir«.
Lenin Raghavarshi tiene 37 años, es ateo, comunista, activista de derechos humanos y está a favor de la campaña por una moratoria de abortos que inició hace unas semanas el periodista italiano Giuliano Ferrara, director del «Foglio», que tampoco es cristiano (y que en los años 70 era líder del Partido Comunista Italiano en Turín).
«Es ridículo y absurdo sugerir que el aborto es una solución al hambre, para controlar el crecimiento de la población. El concepto de que la superpoblación representa el mayor peligro para la salud de una nación, típico de las organizaciones de la ONU, no tiene una base real. En realidad el mundo debería mirar urgentemente los temas socioeconómicos y políticos para eliminar el hambre, la pobreza y la miseria«, ha declarado el activista indio.
La asociación de Raghavarsi milita contra el sistema de castas, defiende los derechos de los «dalit» (intocables), combate la tortura y la explotación infantil, muy común en la India y cercana a la simple esclavitud (por el precio de un buey se pueden comprar 30 niños como trabajadores esclavos, explicabala ONG india Bachpan Bachao Andolan -Movimiento Salvad los Niños-). Por su esfuerzo contra la esclavitud infantil, Lenin Raghavarsi ha recibido el premio Gwangju, un galardón coreano de Derechos Humanos.
«En la India tenemos un mal social grave con el aborto por selección de sexo, y me opongo totalmente y con vehemencia a estos abortos. Es alarmante en India y China, y matar las niñas es extremadamente peligroso para la sociedad, provocará desequilibrios serios que serán peligrosos para el futuro de las naciones. Hemos de defender el derecho a la vida del embrión desde el mismo útero«, explica Raghavarsi.
En un reportaje del 31 de agosto de 2007, la agencia Reuters recogía datos del censo de 2001: regiones como el Punjab, Gujarat y Himachal tienen menos de 800 niñas por cada 1.000 niños. El gobierno indio admitía que cerca de 10 millones de niñas han sido asesinadas por sus padres – antes o inmediatamente después de nacer – en los últimos 20 años.
Un reportaje anterior de Reuters, el 21 de agosto, examinaba la utilización de técnicas como los ultrasonidos y la amniocentesis para saber el sexo del feto, facilitando así el aborto de las niñas. La utilización de estas técnicas para la selección del sexo es ilegal, pero su práctica está ampliamente extendida. Desde 1996 hay leyes en vigor que prohíben las pruebas para determinar el sexo del feto. No obstante, de 400 casos encausados por las autoridades sólo ha habido dos condenas, una con una multa de 300 rupias (7 dólares) y otra con 4.000 rupias (98 dólares).
«Defender que el derecho a la vida es sagrado llevará a la defensa del derecho a la alimentación, educación y cuidados sanitarios», asegura el activista comunista.
«Las compañías multinacionales que se implican en la industria del control de población promocionan su agenda de control poblacional con propaganda falsa. Quieren vender y colocar sus productos, su único interés es el beneficio. Son estas multinacionales las que degradan la dignidad de la persona humana creando hambre y pobreza en el mundo», asegura.