La pobreza y las dificultades económicas afectan a los más débiles, los inmigrantes.
La Encuesta de Condiciones de Vida en España señalaba que el 30,4% de los hogares españoles manifiestan llegar a fin de mes con dificultad o mucha dificultad, llegando con mucha dificultad un 13,4%. El 36,7% de los hogares españoles afirmaban no tener capacidad para afrontar gastos imprevistos (con un aumento de 2,7 puntos respecto a 2009).
El primer trimestre del año 2011 comenzó con un descenso de la población activa. En concreto, la población activa alcanza los 23.061.800 efectivos, cifra muy similar al 2008. El número de parados aumenta, el total se cifra en 4.910.200 desempleados, lo que vuelve a suponer un nuevo máximo histórico muy cercano a los 5 millones de personas. El número de hogares con todos sus miembros activos en paro aumenta en 58.000 en el trimestre y se sitúa en 1.386.000 en el primer trimestre de este año.
Así, la tasa de paro se sitúa en el 21,29%. Los parados que llevan más de un año buscando empleo suponen un 46,6%. Y por último, para acabar con la relación de datos para reconocer el contexto socioeconómico de crisis, los jóvenes terminan el año 2010 aumentando su tasa de paro, pasando del 42,8% en el 2010 al 45,4% en este trimestre.
Esta situación es más acentuada en la población extranjera (Encuesta de población activa, primer trimestre 2011), ya que esta pierde 30.100 activos laborales en este primer trimestre del 2011, mientras los nacionales pierden 26.600.
La tasa de paro de la población extranjera (gran parte padres de los hijos de familias inmigradas) roza el 32% y está a más de 12 puntos de la que tienen las personas de nacionalidad española. Una de las consecuencias del paro, y sobre todo del paro masculino, es que las madres acaban asumiendo gran parte de la economía familiar, con la desesperación del padre por la falta de expectativas laborales. Muchas madres acaban trabajando en el servicio doméstico (algunas como internas) o como cuidadoras de ancianos de forma irregular, con la consiguiente desatención de sus propios hijos.
En el 2010 una de cada cinco personas residentes en España vivía por debajo del umbral de la pobreza. La tasa de pobreza relativa alcanza el 20,8% de la población residente en España, 1,3 puntos más que en el 2009. Esto corresponde a personas que perciben menos del 60% de la mediana de ingresos por unidad de consumo.
La presencia de un elevado sector de economía sumergida, de un elevado porcentaje de trabajo no cualificado, de unos salarios mínimos bajos o inexistentes o de largos plazos de temporalidad son factores relevantes que explican la permanencia de la pobreza entre los trabajadores.
También se detecta un aumento de la emigración circular: padres que dejan la familia en España y vuelven a emigrar a otro país europeo para probar suerte; familias que vuelven temporalmente al país de origen; padres que envían a sus hijos al país de origen esperando que la situación mejore; padre que se queda en España mientras que retorna la madre con los hijos. En general, ante estas decisiones de los adultos, los hijos mayores no quieren regresar al país de origen.
VIVIENDA
Estas familias inmigrantes, en poco tiempo, pierden la vivienda por impago del crédito adquirido, y además deben al banco parte del crédito que no se ha pagado con la subasta de la vivienda (ejecución hipotecaria). Del primer trimestre del 2007 al primer trimestre de 2010, el número de ejecuciones hipotecarias presentadas en España ha aumentado un 385%, es decir, en solo tres años, el número de ejecuciones hipotecarias se ha duplicado por cuatro en España (UCC; UGT;AICEC-ADICAE, 2010).