Bergoglio, contra la trata: “No se abolió la esclavitud”

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El Cardenal denunció el rapto de mujeres y su sometimiento a esclavas sexuales.

El cardenal dio misa en el medio de la plaza Constitución. Y denunció que Buenos Aires “es una ciudad coimera”, que favorece el delito de explotación sexual. Hubo marchas contra el tráfico de personas.

En el colegio nos enseñaron que la esclavitud fue abolida por la Asamblea del Año XIII. Eso es un cuento chino. Aquí en Buenos Aires está a la orden del día. En esta ciudad, por caso, se raptan mujeres y chicas y se las somete al uso y abuso de su cuerpo; se las destruyen en su dignidad”. La observación, pronunciada con énfasis por el cardenal Jorge Bergoglio desde una tarima montada en el medio de la plaza constitución, sonó como un latigazo. Debajo lo escuchaba -entre cartoneros y víctimas del trabajo esclavo- un puñado de mujeres rescatadas de la prostitución y familiares de chicas desaparecidas.

Fue durante la 4ta. Misa por las Víctimas de Trata y Tráfico de Personas que Bergoglio preside cada año. Y que esta vez coincidió con el Día Internacional contra la Explotación Sexual y Trata de Personas. Detrás del improvisado altar, algunos carteles buscaban alertar sobre la magnitud del problema en la ciudad. El más elocuente: “7.000 esclavas sexuales viven en prostíbulos. 1.000 prostíbulos funcionando”. Otro: “Vale más un cerdo que la libertad de una mujer. Código Procesal Penal. Art. 145: De 3 a 6 años de prisión por explotación humana. Art. 167: De 4 a 10 años por robo de ganado”.

Bergoglio tuvo varias frases fuertes. “En esta ciudad hay muchas chicas que dejan de jugar con muñecas para entrar en el tugurio de un prostíbulo porque fueron robadas, vendidas, traicionadas …”. Pero también aludió a la explotación en los talleres clandestinos, sobre todo de los inmigrantes, y el trabajo infantil. Señaló que estas situaciones, como la trata de mujeres, son posibles por la existencia de coima. “Hay una anestesia cotidiana que esta ciudad sabe usar, la coima, que adormece las conciencias”, disparó. Y exclamó: “Buenos Aires es una ciudad coimera”.

La celebración contó con la adhesión de La Alameda, la entidad que denunció que varios departamentos del juez Eugenio Zaffaroni funcionaban como prostíbulos. A lo largo de la misa, varias víctimas de explotación hicieron emotivas apelaciones para que cese esa situación.