Durante todo el mes de agosto los medios de comunicación nos han invadido con sus noticias de última hora sobre la epidemia de Ébola, sobre los nuevos fármacos y sobre sus incipientes vacunas; y de repente en unos días deja de ser noticia. Esto sucedió idénticamente en el verano del 2009 en referencia a la falsa epidemia de la Gripe A.
Parece como si el verano fuese una época inmejorable para lavar las mentes y reprogramarnos de nuevo y así en el transcurso del otoño el colectivo humano llega con unas ideas bien aprendidas enfocadas siempre al consumo de productos para salvar a la Humanidad.
Reorientemos el tema. Ni ha habido epidemia, ni el reservorio está en el murciélago, ni existen fármacos adecuados y menos vacunas que disminuyan esta situación infecciosa.
Este virus y sus modificaciones está presente en las personas, animales, vegetales y seres minerales de forma natural, simbiótica, saprofita y como todas las moléculas ADN/ ARN ejerce una función básica y necesaria para el desarrollo de la vida biológica de los minerales, vegetales y animales.
Es un virus ARN que pertenece a la familia Filoviridae, la misma que el virus Marburgo descrito en 1967, que por primera vez se observó a partir del primer brote referido en 1976 entre los ribereños del río Ébola (antiguo Congo).
Está clasificado en la Guerra Biológica como un agente de bioseguridad nivel 4, categoría A y se le considera como un agente bioterrorista potente. Su letalidad depende entre otras cosas del estado general de la población.
Si la alimentación es suficiente, si el desarrollo económico es progresivo y sostenible, si la estabilidad sociopolítica impera, si no existen procesos bélicos en el territorio y si no se producen desigualdades, la infección es benigna y se presenta como un proceso viral idéntico a la varicela, resfriado, malaria, gripe y dengue benigno. Las manifestaciones más frecuentes pueden ser fiebre, cefalea, erupción maculopapulosa, diarrea, tos, artralgia y cansancio generalizado.
Como toda viriasis, si las condiciones de vida son de hambre, pobreza, desigualdad, enfrentamientos bélicos y gran precariedad sociopolítica, la posible evolución benigna inicial deriva hacia una malignización al igual que la viruela terminal, el sarampión negro, el dengue grave y la malaria letal.
En esta situación es frecuente la aparición de alteraciones graves de la coagulación, siendo la hemorragia generalizada interna (respiratoria, digestiva o de cualquier órgano) la que causará la muerte rápida de la persona afectada.
En el territorio geográfico de África en el que se ha descrito esta infección aparecen datos de gran interés para entender lo que sucede.
Las situaciones difundidas sobre la infección Ébola por los medios de comunicación en fecha 2 de septiembre se han producido mayoritariamente en Liberia, Guinea Conakry, Costa de Marfil y Sierra Leona (África Occidental). Estos territorios se caracterizan por tener en sus suelos una gran riqueza de hierro, diamantes, azúcar, caucho, coca, bauxita, aluminio, oro, uranio, algodón, café, cacao, marfil, rutilo y cacahuete. Materias todas ellas que manufacturadas son de gran utilización y por lo tanto muy buscadas por la industria del consumo.
Esta zona del mundo lleva decenios envuelta en conflictos bélicos internacionales debido a la extracción masiva de sus materiales por las potencias industriales y de luchas civiles desde su independencia en 1960 y sobre todo desde 1980. La población existente supera un desempleo del 80% y malvive con una pobreza superior al 68%.Su alta natalidad actual y el desempleo enorme hacen que las migraciones internas hacia las ciudades populosas y externas hacia otros países sean frecuentes y elevadas.
Todas estas circunstancias hacen que una infección viral pueda convertirse en una situación mortal. Cualquier infección viral o no del tipo viruela, dengue, malaria, sarampión y ébola, en estas condiciones de vida puede presentar una Tasa de Letalidad (muertes en relación a las personas afectadas) que oscila entre un mínimo del 25% y un máximo del 90%. En agosto del 2014 la letalidad ha rondado el 60%.
Sin embargo, es bueno recordar que no se trata de una epidemia como han dado a entender los medios de comunicación sino de una endemia. Estamos hablando de 3.000 personas afectadas de un total de 42.000.000 de habitantes entre los cuatro países susodichos. Si hacemos el cálculo vemos que la Tasa de Morbilidad ha sido del 7/100.000 habitantes siempre inferior a la tasa morbilidad 10/100.000 habitantes considerada internacionalmente como mínima para clasificarla como epidemia.
Ante la información manipulada vertida por los medios de comunicación y con el respaldo de las autoridades sanitarias internacionales, la industria farmacológica ha creado un terreno propio para dar a conocer sus productos estrella vendibles a muy corto plazo como son los medicamentos antivirales (monoclonales ZMapp) y las próximas vacunas (combinación del virus del resfriado común o gripe y virus Ebola desactivado). Todo este proceso de producción ha desencadenado intensos movimientos bursátiles en el mes de agosto del 2014 que indican desplazamientos de capital de unas inversiones a otras.
Es el mismo cuento explicado en el verano del 2009 para acelerar la producción de productos de consumo farmaceútico sin ninguna eficacia ni utilidad.
Autor: Xavier Uriarte (Médico). Colaboradores: Lua Català (Pediatra), Juan Manuel Marín (Médico), Joan Mora (Médico), Anna Pla (Médico)