Algún temblor ha provocado en Argentina la aparición del libro «El señor Borges», dictado por Fanny, la fiel cuidadora durante cuarenta años de ese genio de la literatura. Con 82 años a cuestas, la incombustible Fanny, el «filtro» por el que se debía de pasar y caer en gracia para poder hablar con el escritor, ha decidido contar al mundo cómo era realmente Jorge Luis Borges…
La Razón
Algún temblor ha provocado en Argentina la aparición del libro «El señor Borges», dictado por Fanny, la fiel cuidadora durante cuarenta años de ese genio de la literatura. Con 82 años a cuestas, la incombustible Fanny, el «filtro» por el que se debía de pasar y caer en gracia para poder hablar con el escritor, ha decidido contar al mundo cómo era realmente Jorge Luis Borges. Cómo se desenvolvía en las distancias cortas el eterno aspirante al Nobel. Fanny desmitifica, incluso, algunas poses que tenía el argentino de cara a la galería. Una de ellas era su tan cacareado ateísmo. «Él siempre decía, muy orgulloso, que no creía en Dios ni en ninguna de todas esas cosas. ¡Pero él rezaba el Padrenuestro con su madre antes de irse a dormir! Y cuando la madre murió, íbamos a verla al cementerio de Recoleta todos los fines de semana. Él entraba en la bóveda y, cuando nadie miraba, se arrodillaba, se persignaba y se ponía a rezar».
En otra ocasión, un anciano Borges, atrapado ya en las redes amorosas de María Kodama, sufrió un desplante de su nana, la intuitiva Fanny, que no veía con muy buenos ojos el creciente y ascendiente poder que la japonesa tenía sobre su señor Georgie. En esa lucha de mujer contra mujer, Fanny le hizo una pequeña jugarreta a Borges, pero con la intención de ofender a la Kodama. Un furioso Borges le espetó: «Usted no tiene perdón de Dios». A lo que Fanny, contestó: «¿Y usted cómo puede decir eso si no cree en Dios?».
Ay, cómo me gustaría conocer a la «Fanny» del ex embajador Puente Ojea, para que me cuente cómo reza por las noches en silencio, escondido de todos, su señorito Gonzalo.