Carta de un militante obrero socialista y cristiano a Felipe González. Hoy de completa actualidad. Hijo y nieto de socialistas, mi abuelo fue fundador del PSOE y la UGT en Cantabria; soy socialista, pero no del PSOE, como me parece lógico para ser socialista
Pertenecí a la UGT en 1936 y 1937, pero no ahora, por entender que no cumple las más elementales tareas sindicales, siendo un vulgar instrumento de eso que llaman ustedes CONCERTACIÓN y que es, de hecho, una nueva forma de verticalismo.
Durante el franquismo fui de los fundadores de la HOAC, en los años 40, y de la editorial ZYX, en los 60, a la que presidí de 1964 a 1972. Perseguido por el franquismo, también conocí cómo Manuel Fraga y Carlos Robles Piquer nos prohibían el 73% de los libros que presentábamos teniendo así el récord español, nosotros y ellos.
Desde esta posición existencial, cristiana y socialista, y creyéndome, como consecuencia, con derecho a ello, le escribo.
¿Motivo de escribirle? Llamar su atención para que ni desencadene la guerra religiosa ni sea la partera de la Democracia Cristiana.
Usted se ha decidido a hacer Estado deshaciendo Sociedad y, eso, no es socialismo, quizás, es socialdemocracia, de la de la rosa y la rosa, en tiempos en que el PSOE iba a la cárcel, era la flor de los homosexuales.
Hacer Estado, don Felipe, es, evidentemente, fortalecer el poder de los fuertes, que no se hace, ni se puede hacer, más que haciendo más débil a los débiles. Soy de los que acepta la dialéctica Estado-Sociedad y por eso soy autogestionario, no anarquista, y lo he intentado e intento hacer con los hechos y pagando, sin cobrar jamás.
Es claro que en una salvaje sociedad clasista como la nuestra, el Estado SIEMPRE estará al servicio de los fuertes y contra los débiles. Y hoy usted, hace eso, ya que no es posible aquello de Fraga Iribarne de «hagamos un Estado fuerte y una sociedad fuerte». El Estado es fuerte haciendo una sociedad débil, y ahí están el franquismo, el estalinismo y el nazismo para demostrarlo. Lamento que Ud., tan joven, también se dedique a servir a los poderosos. Y los sirve Ud.:
1.- Cuando duplica los ingresos de congresistas y senadores al mismo tiempo que disminuía los salarios obreros, aumentaba el paro y llegábamos al millón de jóvenes sin primer empleo. ¿O les subió Ud. El sueldo para acallar posibles disidencias? De todas maneras, es monstruoso que en un momento nacional de crisis, los «padres de la patria» sean tan indignos que acepten duplicarse el sueldo mientras se le rebajan a los trabajadores. Y digo REBAJAR. Y eso, en nombre de la «rosita». ¿Para cuándo dejamos la ética a la que de «boquilla» tanto recurrimos?
2.- Cuando ante las necesidades de la sociedad española de puestos de trabajo, enseñanza, cultura, etc., antepone Ud los gastos militares e intensifica la fabricación de armas, debo recordarle que mientras haya armas, habrá guerras. Los bloques militares son hijos de una economía armamentista. Un socialista ¿puede ser armamentista y socialista? Y Ud., a juzgar por los hechos, como Mitterrand, Kerensky y tantos otros, lo es.
3.- Cuando hacer socialismo es hacer Sociedad, y hacer Sociedad hoy, aquí y ahora, es hacer Democracia, y Democracia como «poder del pueblo, por el pueblo y para el pueblo» o es autogestión o es tiranía con apariencias o hipocresías camufladotas. Ud. en vez de hacer Sociedad, iniciando un proceso hacia la autogestión, se dedica prácticamente, a autorizar el asesinato de niños y el embrutecimiento sistemático del pueblo por TVE, esto último, continuando el programa de UCD. Y es que si Mitterrand decía que la dirección general de TV es más importante en un Estado moderno, que el Ministerio de Educación, para la cultura del pueblo, UCD y Ud., que sólo persiguen hacer Estado para servir a los fuertes, necesitan embrutecer al pueblo, variando las formas para engañar, haciendo creer que hay cambios, pero sosteniendo los fondos de la situación, que es con lo que se sirve a los grandes.
4.- No sea Ud. partera de la Democracia Cristiana. Yo no sé si esa función entra en sus negociaciones con Washington. Me parece posible. Pero lo que es cierto es que desde los años 40 estamos intentando que no se instrumentalice el cristianismo al servicio de un partido o un sindicato. Y aún cuando los del «análisis científico» siempre estimaron que iríamos a la confesionalidad política y sindical –no aciertan ni una-, hemos conseguido que eso no sea así, al menos, hasta ahora. Pero llega Ud. al Gobierno y vea lo que hace:
– leña a los niños no nacidos
– estatificación autogestionaria de la enseñanza
– todos los días, en 1983, directa o indirectamente, ataques a la religión católica en TVE, ¿será para postrarse ante la Banca y el Tío Sam?
– TVE dedicará muchos más minutos al tema de la homosexualidad que al del paro.
Por ese camino, está Ud. haciendo, objetivamente, que el que quiera vivir en cristiano tenga que pronunciare en política por la D.C. ¿Le han encomendado que sea Ud. la partera de la D.C.?
Publico esta carta en el vehículo que puedo ya que la prensa, radio y TV que pago, Ud. me prohíbe usarlas.
Como resumen le diré que entre su socialismo y el mío no hay más diferencia que la que va de pagar a cobrar.
Con esperanza en la acción militante de los pobres y marginados, como toda mi vida, le saluda fraternalmente.