CÉSAR VIDAL y sus MASONES

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Cesar Vidal ha ignorado el papel de los protestantes en el seno de las logias españolas, y la defensa de la libertad absoluta de conciencia, y del librepensamiento que éstos hicieron dentro y fuera de las logias, como sucedió en el caso de la logia gijonesa de Amigos de la Humanidad de Gijón, donde su Venerable y Secretario, Emeterio Fuente, y José Rubiera, que eran masones y pastores protestantes, defendían estas tesis, y que eran correspondidas con otras posiciones de conocidos masones protestantes españoles.


Por Victor Guerra García

Historiador del CEHME y del IDERM
Es miembro del Centro de Estudios Históricos de la Masonería Española y fundador de la asociación Europa Laica y miembro de la masonería

Fuente: Rebelión

Está claro, los masones están o estamos de moda y somos la salsa, el argumento de libros y libros, hasta un centenar contaba un contertuliano no hace mucho. Y no se crean ustedes hasta somos la comidilla en muchas tertulias radiofónicas y televisivas, por no hablar de programas de TV de nefasto recuerdo, o de las políticas que dicen que dirigimos los masones españoles, europeos y universales, en esencia los masones españoles vía los ancestros manejamos la del PSOE, cuya organización está más que poblada de masonazos.

Aunque D. César y otros de la New Reigth, parecen ignorar que también hay santones masonazos que presiden la derecha española: y que hasta algunos preside el frontispicio de alguna famosa . Fundación pepera como la que se dedica a Melquíades Álvarez, reconocido masón de la logia Jovellanos de Gijón, republicano y laicista de pro, hasta su deriva hacia la derecha con su pacto con la CEDA.

Estamos en plena vorágine, en boca de las vanguardias de la New Right española con Jiménez Losantos, o César Vidal, como puntas de lanza y la cadena COPE como gramófono, los cuales nos dedican sus buenos momentos. No hay nada más que ver esos largos repertorios de preguntas que hacen los oyentes y que como grandes manitús contestan al alimón los prebostes mediáticos de la virtual libertad digital:
– Cree usted que la masonería es el mal de todos los males.
Respuesta:
– Lea usted Los Masones y saque sus conclusiones.

Y es que el Sr. Vidal ha sacado a la calle un nuevo libro para deshacer entuertos históricos e historicistas, y de tal obra parece que lleva vendidos unos 15.000 ejemplares. Esto no hay quien lo entienda, mientras el Centro de Estudios Históricos de la Masonería Española (CEHME), poco sospechoso de ser cuna de masones, ha dedicado horas y horas, y numerosos Symposiun, se va ya por la décima edición, lo cual se ha conseguido un vasto trabajo de aportaciones, que hoy suman 19 tomos (cada tomo suma a su vez unas 500 páginas) que ya son páginas. Trabajos en los cuales han cooperado profesores e investigadores de toda índole y escuela e ideología, con membresía masónica o y no masónica (los primeros somos una auténtica minoría dentro del CEHME y se cuentan con los dedos de una mano) los cuales nos hemos dedicado a escudriñar con base cientifista positivista unos, o vanguardista otros, la historia de la masonería española en toda su dimensión y profundidad. Ahí está el trabajo para leerlo y estudiarlo. Aunque es verdad que sus repercusiones han sido muy raquíticas ante el «mass media»; en contraposición del Sr. César Vidal, otra cosa distinta es dentro del minoritario mundo universitario, que tampoco es que se entere mucho, pero bueno algo hemos adelantado, aunque está claro que un tonto hace relojes si le dan tiempo.

D. César Vidal, de gran fertilidad editorial pues toca a libro por trimestre, ya ha vendido la intemerata de 15.000 ejemplares y va para la segunda edición, y parece que no acaba ahí la cosa. Ha encontrado la vena y seguirá por esos rentables veneros, y hasta no será extraño que lleguen diversas gentes ante las puertas de las logias en busca del paradigma que expone el Sr. Vidal

Lo cierto es personalmente esperaba con impaciencia el citado libro de D. César Vidal, por aquello de lo que fuese a decir con respecto a la masonería y a los masones, tras tanta repercusión como parece tuvieron sus anteriores libros, Y la verdad es que me he llevado un chasco morrocotudo, eso me pasa por optimista, puesto que he podido comprobar que el citado libro y autor va por caminos trillados y rastrillados, y aunque cita cientos de referencias inglesas no se sale de guión que marcan autores como Chistian Lacq, y además… traspone lo que han dicho otros mucho antes, y sin novedades o aportaciones importantes, y eso si ocultando citas y propiedades intelectuales de las que bebe de manera inmisericorde sin pagar el peaje del derecho a la cita.

Me llama la atención el gran dispendio bibliográfico que parece ha utilizado y que plasma en el libro, todo con cierto aire inglés y bibliografía masónica española de rancio olor del siglo XIX, alguna, la mayoría de poca base investigativa. Y es más sabiendo como sabemos que la corriente ortodoxa que profesan los masones ingleses está muy alejada de la critica política o de meterse en temas de ese calado no entiendo como ese repertorio bibliográfico le ha servido para hacer la exégesis que hace a la hora de proyectar su trabajo de investigación de claro matiz político. Está claro que utiliza el repertorio ingles para vestir el trabajo de seriedad, pero sus herramientas son otras distintas, que no muestra y que son de cariz muy distinto al suyo, ideológicamente e investigativamente hablando, y que utiliza pero que sesga de manera brutal

No puedo ocultar que me llama poderosamente la poquísima dedicación que dedica a la referencia a la bibliografía española de última hora. Es más a los autores españoles, no solo del CEHME, que somos más de un centenar largo de profesores e investigadores que han trabajado sobre la masonería española, les ignora, salvo Ferrer Benimeli, al que si cita y parrafea, al resto el Sr. Vidal pasa de toda esa densidad de trabajos.

Sin embargo cuando se rastrea el texto del Sr. Vidal encontramos «fusilamientos completos» de trabajos ya editados, como la lista de diputados masones de 1931 que copia de un libro» Los Masones «La apuesta de los Hijos de la Luz», de Josep Carles Clemente, y publicado por la Editorial Fundamentos en 1996. Este último autor cita que dicha información sale de los archivos de Salamanca, y es la fuente que cita también César Vidal., lo que pasa que llama la atención que el citado Apéndice II de la pagina 361 del libro tenga el mismo aspecto y formulación que la del Sr. Carles Clemente, asteriscos incluidos.

No deja de ser curioso que ignore libros como los de Gómez Molleda La Masonería en la crisis española del siglo XX, a la cual cita, como de pasada o de tapadillo, y no la coloca al pie de página o su extensa bibliografía, y resulta que luego toma en parte prestados sus argumentos y datos, lo mismo parece suceder con otros autores como Pedro Álvarez: La Masonería Escuela de Formación del Ciudadano, u otros, que son libros capitales para entender la vida masónica y política de este país, o la función interna de los masones en las logias.

Leyendo el texto de D. César Vidal y sus interpretaciones, sobre manera cuando llega a la parte moderna de España, uno se encuentra que las tesis que sustenta aunque de manera interesada estén presentes en los referidos profesores u en otros.. Porque como digo no hay correspondencia entre tanto reporte bibliográfico y su exégesis divulgativa Existe pues una deliberada ocultación de los trabajos de autores españoles, a los cuales luego sigue en algunos puntos a pies juntillas en sus investigaciones no dando o aportando nada personal, como sucede cuando habla de Manuel Azaña está claro el Sr. Vidal no expone nada ni se expone un centímetro de más de lo publicado, por aventurar no aventura la causa de porqué Azaña se hizo masón.

Una prueba de que ha ido por lo facilongo, es que en su trabajo ha ignorado el papel de los protestantes en el seno de las logias españolas, y la defensa de la libertad absoluta de conciencia, y del librepensamiento que éstos hicieron dentro y fuera de las logias, como sucedió en el caso de la logia gijonesa de Amigos de la Humanidad de Gijón, donde su Venerable y Secretario, Emeterio Fuente, y José Rubiera, que eran masones y pastores protestantes, defendían estas tesis, y que eran correspondidas con otras posiciones de conocidos masones protestantes españoles. Desde esta modesta columna le recomendaría al Sr. Vidal, los trabajos del profesor de la Universidad Herman Bloch de Strasbourg: Jean Pierre Bastián, sobre protestantismo y masonería.

Una prueba más de esa supuesta aportación a la historia masónica del Sr. Vidal, que para mí es un puro bluf editorial es que maneja la historia americana del protestantismo: mormones adventistas y se dan grandes paseos por su historia, en la cual ignoro en gran parte y me callo, pero en lo referido a los masones españoles es que se ha quedado, como casi todos, en los trabajos en la II Republica española y la Guerra Civil , que es hasta donde hoy se ha trabajado, eso sí hace algún que otro escarceo por la década de los 70 y 80 con aportaciones muy de revistas y periódicos del momento el Ya y que ya exponían lo mismo que el Sr. Vidal que el PSOE era un nido de masonazos, y aventuraban los mismos nombres que aventura el citado autor, sin exponer cuales eran sus obediencias, sus logias etc. Y así aparecen masones como Guerra, Bloise, Múgica, Carvajal, etc. Lo trillado ya por revistas aventureras de la época. Es más por no leer, no se ha leído el libro de Manuel Ayllón Historias de Masones, que retrata con peros y señales el tema de Mario Conde y le hubiera venido que ni de perillas para su trabajo.

En cuanto a algunos temas españoles D. César resbala ostensiblemente, más que Vaca de Osma en temas como el 34 en Asturias, que echa agua por todos los lados, por no mirar ni ha mirado la documentación existente que de haberla estudiado le hubiera dado buenas pistas. Ah y para ir concluyendo se salta la represión masónica del Sr. del bigotito casada los «la Collares», de lo cual hace foro por el mutis, como si haber hecho ficha 60.000 personas por masones, o realizar la represión que se hizo sobre bienes personales y de las logias no tuviera razón de ser, y si fuera de capital importancia dentro de la masonería el contarnos la historia del Adventismo americano y sus presumibles relaciones con la masonería el foro. Que le vamos hacer así se cuenta la vida, dar gato por liebre, a través de tortuosos trabajos, una vez y mil veces copieteados. De esta manera se recupera la memoria histórica de los masones. Más de lo mismo. Aunque la verdad, para ser sinceros creí que saldríamos peor parados.


HISTORIA DE UNA AMBICIÓN SIN LIMITES

Reseña del libro de Cesar Vidal
Por José Francisco Serrano
Revista Alfa y Omega
3-02-2005

Johann Gottlieb Fichte escribió su Filosofía de la masonería. Cartas a Constant, con motivo de su disputa sobre el ateísmo, en la Universidad de Jena. Un libro en el que se plantean las relaciones entre el conocimiento exotérico y el esotérico, y el papel de la filosofía de la masonería en el progreso de la razón práctica. En la primera carta, escribe el filósofo Fichte: «Así como se ha dicho muchas veces en tono de broma que el mayor secreto de los francmasones es que no tienen ninguno, se puede afirmar con pleno

La gestora que había fraguado la decisiva victoria de Felipe González había estado formada por cinco miembros. El primero de los hijos de la viuda era José Federico de Carvajal. Los otros dos fueron José Prat y Carmen García Bloise. No resultaron los únicos en una lista donde se encontraban, entre otros masones, Joan Reventós, Enric Sopena, Gregorio Peces-Barba (padre) o Gaspar Zarrias. Quizá por ello no resulte tan sorprendente que el Gran Maestre del Gran Oriente español sea en la actualidad un antiguo diputado del PSOE, o que Felipe González tuviera ministros masones como Jerónimo Saavedra. José Luis Rodríguez Zapatero es nieto de un militar masón.
derecho que el secreto más evidente y, sin embargo, más oculto de los francmasones es que existen y se perpetúan. ¿Qué es y qué puede ser lo que vincula a todos esos hombres de tan diversos modos de pensar, estilo de vida y formación, y los mantiene unidos entre mil dificultades en esta época de esclarecimiento y frialdad, de luces y oscurantismos?» La masonería existe, pero no se manifiesta, o la manifestación de lo que es y de lo que pretende, que forma parte ineludible de lo que es, pertenece a una disciplina del arcano que, muy pocas veces, se ve alterada por el orden férrero que crean los propios masones. La masonería existe en la medida en que se da una concordancia de voluntades y de intereses, aglutinados en las muy diversas formas de poder histórico, que se han ido desarrollando, a partir de un concepto de Dios y del hombre, alejado y contrario al de la fe católica, muy permeable a la evolución de los tiempos y a las corrientes de pensamiento dominanates. Si algo ha sabido la masonería en la Historia es, precisamente, generar formas de alterar la Historia.

César Vidal ha roto, una vez más, el tabú y la losa del silencio que pesa sobre esta organización multiforme. Un silencio que, para hacer justicia, había sido violentado por las investigaciones, y su posterior divulgación, de Ricardo de la Cierva, en un sentido, y del jesuita Ferrer Benimelli, en otro. Más allá de estas científicas incursiones en las fuentes, no siempre abundantes, del estudio de la masonería, echábamos de menos un libro destinado al gran público en el que se hiciera un repaso de cómo la masonería se ha presentado en la acción de sus hombres y nombres, a lo largo de la Historia universal, no sólo de la española. Resulta interesante la visión de conjunto, no sólo de la evolución de las ideas de la masonería, en los muy diversos períodos de la Humanidad, con abundancia de nombres que se citan como pertenecientes a muy diversas logias, sino de los intereses políticos y económicos que han movido a los masones a comprometerse en la conquista, sin ningún escrúpulo, del poder. Es un valor significativo el análisis que hace de lo que la masonería ha generado en el ámbito de las nuevas formas de religiosidad, con la inspiración de muchas de las sectas actualmente activas, y de muchas de las herejías que dentro del cristianismo se han producido. Bien es cierto que el autor se mantiene siempre en el hilo de la defensa de la oposición que una forma de protestantismo ha mantenido con la masonería. Para muchos lectores serán las páginas dedicadas a la historia de España las que levantarán más aplausos: desde el período de presencia napoleónica a la Segunda República –una época que tuvo a la masonería como principal protagonista–.

Para concluir, permítasenos una larga cita que sintetiza lo que César Vidal no ha querido escribir: la influencia de la masonería, y de los masones, en la transición política y en los Gobiernos de la democracia: «El 30 de septiembre de 1979, Felipe González fue elegido Secretario General por un Congreso extraordinario –el veintiocho y medio– que lo consagró como dirigente indiscutible del PSOE. La gestora que había fraguado tan decisiva victoria había estado formada por cinco miembros. El primero de los hijos de la viuda era José Federico de Carvajal, que llevaría a cabo una extraordinaria purga en el PSOE y llegaría a Presidente del Senado. Los otros dos fueron José Prat, en representación del exilio y de la soldadura entre el PSOE histórico y el renovado de González, y Carmen García Bloise, elemento de conexión con el partido socialista francés. No resultaron los únicos en una lista donde se encontraban, entre otros masones, Joan Reventós, Enric Sopena, Gregorio Peces-Barba (padre) o Gaspar Zarrias. Quizá por ello no resulte tan sorprendente que el Gran Maestre del Gran Oriente español sea en la actualidad un antiguo diputado del PSOE, o que Felipe González tuviera ministros masones como Jerónimo Saavedra. Volvamos a repetirlo. La historia del peso de la masonería en el PSOE, antes y después de la Transición, está aún por escribir y buena parte de la documentación no se encuentra disponible. Sin embargo, a juzgar por lo que ya sabemos y por los paralelos europeos, es lógico pensar que será apasionante y clarificadora (…) Quizá por ello no debería ser tan extraño que, cuando, tras su derrota a inicios de los años noventa, los socialistas españoles regresen a la Moncloa, lo hagan dirigidos por José Luis Rodríguez Zapatero, nieto de un militar masón y responsable del mayor ataque lanzado por un Gobierno contra la Iglesia católica desde los años de la Segunda República. Si algo se desprende de las páginas anteriores no es, precisamente, que la masonería haya perdido poder en las últimas décadas. Quizá su sustancia filosófica resulte más marchita que nunca y los enfrentamientos sean especialmente acusados. Sin embargo, a decir verdad –y quizá con la excepción de Estados Unidos–, todo parece indicar que su poder político y social no ha mermado. ¿Qué cabe esperar de esa circunstancia?»