Durante las últimas décadas, China ha crecido exponencialmente gracias a su maquinaria exportadora sustentada en unos salarios de miseria que atrajeron la inversión de multinacionales. El Made in China se extendió por el mundo, abarcando todo tipo de productos, desde ropa hasta iPhones.
Sin embargo, en los últimos años, los salarios chinos han dejado de ser tan atractivos. Parte de la producción textil, por ejemplo, ha ido a países como Vietnam o Bangladesh, de fama infausto tras los miles de muertos el año pasado al derrumbarse una fábrica.
Ante esta situación, y dentro de un plan del Gobierno chino para cambiar su modelo económico, China ha mirado hacia África. Aunque llevan tiempo invirtiendo en infraestructuras, energía y materias primas, ahora también está empezando a exportar sus fábricas, ya que los salarios en su país son ‘demasiado altos’, tal y como recoge la revista BusinessWeek.
Justin Lin Yifu, ex economista del Banco Mundial y profesor de Economía de la Universidad de Pekín, calcula que China va a ‘exportar’ unos 80 millones de empleos a países como Etiopía, Kenia, Lesotho, Ruanda, Senegal y Tanzania.
Porque los salarios africanos son todavía mucho más bajos que los salarios chinos: en Etiopía puede ser de solamente 40 dólares al mes, menos de un 10% de lo que cobra un empleado de una fábrica similar en China.
El panorama en estos países es muy similar al de la China de los años 80. Obreros sin cualificar, problemas de suministro eléctrico, malas infraestructuras. «Etiopía es exactamente como China hace 30 años», explica Zang Huarong, ex soldado y presidente de Huajian Shoes, compañía china que montó hace tres años una fábrica en el país africano y que produce zapatos para marcas como Guess..
Deborah Brautigam, profesora de desarrollo internacional de la universidad Johns Hopkins, cree que «puede convertirse en la China de África».
Fuente: elEconomista.es