China: Muriendo en el trabajo

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Alrededor de 600.000 personas mueren al año en China por trabajar hasta la extenuación

Empleados de alto nivel (no solo trabajadores de fábricas) prolongan su jornada de trabajo hasta agotar todas las horas de descanso y de sueño. En el Blog Sina Weibo aparecen las denuncias permanentes de esta situación. Empleados de 25 años, un auditor de Price Waterhouse C. o un diseñador de aviones…muertos por un derrame cerebral o por un ataque cardiaco. Un empleado de una importante empresa tecnológica, Gabriel Li, el primer día de retorno al trabajo después de una baja médica, se desplomó y no se volvió a levantar. Estos casos son muy habituales.

Paralelamente la gente cada día más se convierte en máquinas que compiten para tener un empleo precario y no dejar que un robot haga su trabajo con más eficiencia y menor costo para la empresa. En ocasiones se suma a esta presión la de un estado capitalista que exige por el “bien de la nación” más horas de esfuerzo.

Desde los años 80 China, ha profundizado en el capitalismo de forma intensa, eliminando todos los vestigios del pasado, aunque fueran los típicos privilegios de economía planificada, cuando los había.

Dos siglos después de la revolución industrial las condiciones de trabajo sufren una gran involución y regresan a épocas pasadas. La carga de trabajo asignada a muchos de ellos no la pueden liberar ni con las horas extras… En una empresa de programación un responsable afirma: «Los programadores de la empresa, en particular, trabajan horas extras todos los días». «Se les permite dormir en la hora del almuerzo y después de las 21 ya sea en su escritorio, en un sofá o una silla». En formas más extremas, algunos empleados de la empresa de alta tecnología viven en la oficina durante la semana de trabajo.

La política del hijo único ha llevado a muchos de estos jóvenes a ocuparse (sin ningún otro apoyo familiar) de su trabajo y de sus familias, padres y abuelos, en las pocas horas de descanso. En las grandes ciudades chinas, donde realmente se puede encontrar trabajo, los precios del transporte o la vivienda son inalcanzables para muchos sueldos.

Muchos de los trabajadores de “oficina” tienen menos derechos que algunos de las más grandes fábricas de China. La mayoría no tienen sindicación.

¿Dónde está la productividad?

Entre 2006 y 2015, los diez países más poblados de la región asiática se crearon cerca de 135 millones de nuevos puestos de trabajo. Eso parece mucho, pero no es así, porque la fuerza de trabajo – el número de personas entre 16 y 65 años de edad – creció en 245 millones durante ese mismo período. Sin embargo la productividad ha aumentado exponencialmente, y por tanto la riqueza generada por el ser humano.

Esta situación genera más empleo informal, más precariedad, más paro y temporalidad, e incluso nuevas formas de esclavitud, como hemos podido ver.

Está claro que la tecnología no trae la justicia, sino se orienta hacia ella.

Redacción: Solidaridad.net