El imperio chino se impone con paciencia a siglos vista, cultural, política y económicamente…
Tardará más o menos pero su estrategia de desgaste, socavando los cimientos de la ex colonia británica, a medio plazo parece que será efectiva. El capitalismo chino sabe que al final su estrategia totalitaria puede ser un polo de atracción para el resto de modelos “liberales”, donde el control mediante las nuevas tecnologías abarca todas las dimensiones del ser humano.
Este capitalismo abanderado por China, está ampliando y asentando sus miras económicas, geopolíticas, militares, tecnológicas hasta extremos insospechados hace 40 años… Hasta el punto de que algunos afirman, que será el modelo que más tiempo perviva. Así dejaría a los llamados modelos “renano” y “anglosajón” como una pequeña porción de la historia económica.
Materialismo frente a catolicismo
El materialismo comunista encontró su perfecto apoyo en la virtudes morales y la obediencia al emperador, propagadas en base al confucionismo (como filosofía cultural de base). Por tanto no es baladí la persecución sobre la Iglesia Católica, y la traducción política de todo ello.
Por otro lado la ausencia de historia de movimiento obrero ha marcado a Asia entera, por supuesto también a China.
Y con estos mimbres (entre otros) se conformó el diseño del entramado instituciona actual, con más de 80 millones de muertos a sus espaldas, con políticas de hijo único, represiones de todo tipo, y la colonización de otros pueblos empobrecidos en la actualidad…
Una celebración y una protesta
El pasado 1 de Octubre de 2019, eran las cinco de la tarde en la ex colonia británica y las imágenes que se observaban en el centro financiero de Hong Kong diferían por completo con las que había querido transmitir Pekín, que organizó un imponente desfile en la capital china donde exhibió músculo militar y todo el boato necesario.
La significativa jornada, que recordaba el día que Mao Zedog proclamó la RPC en 1949 comenzó siguiendo el guión dispuesto por Pekín. El líder chino se presentó en la misma plaza de Tiananmen que utilizó Mao Zedong, vistiendo uno de los atuendos que hizo popular el dirigente que causó la muerte de millones de chinos.
El presidente chino exhibía músculo con sus misiles balísticos, y afirmaba con rotundidad que “ninguna fuerza será capaz de impedir el avance del pueblo chino»
Y la otra cara de la moneda se daba en las protestas de Hong-Kong, donde personajes como los estudiantes de Tiananmen o el Premio Nobel Liu Xiaobo, eran exhibidos por los manifestantes en camisetas y discursos. Mientras tanto la policía continuaba ejerciendo la fuerza en la represión, incluso con armas de fuego…
Un ejemplo de la presión sobre las multinacionales
China también está ejerciendo mucha presión sobre las multinacionales hongkonesas. El caso más evidente es el de la aerolínea de bandera Cathay Pacific, cuyo consejero delegado dimitió tras el escándalo provocado por el apoyo de algunos de sus empleados a las manifestaciones. Pekín exigió que tanto la empresa como sus trabajadores se alineen con la postura gubernamental, y algunos de esos últimos fueron despedidos.
Fortalecimiento empresarial y financiero chino, frente a la City asiática. Un plan a largo plazo.
Pocos niegan que los días de vino y rosas en Hong Kong ya son cosa del pasado. Si cuando volvió bajo soberanía china en 1997 su economía suponía un 20% del PIB nacional chino, esa cifra se ha encogido hasta el 3% actual. Grandes urbes como Shanghái o Singapur ya le tratan de tú a tú y pelean por robarle parte del pastel financiero. Las poderosas empresas de la China continental se están quedando con las oficinas top de la ciudad.
Y al otro lado de la frontera, el PIB de la pujante Shenzhen, otrora un villorrio de pescadores reconvertido en el Silicon Valley chino, superó por primera vez el año pasado al hongkonés.
Lejos de querer eliminar del todo a Hong-Kong, China a más largo plazo, aspira a integrar a Hong Kong como centro financiero de su macroproyecto de la Gran Bahía, un área metropolitana en la que también se encuentran ciudades como Cantón, Macao o Shenzhen y que, en conjunto, tendría un PIB equiparable al de Brasil. Para ello, ya se han desarrollado megaproyectos como el puente más largo del mundo sobre el mar (que une Hong Kong-Zhuhai-Macao) y la línea de alta velocidad que integra a la ciudad con la eficiente red ferroviaria china, y hay nuevos proyectos a la vista.
Luis Antúnez