Me gustaría hacer una declaración de mi posicionamiento socialista, corregir algunas informaciones falsas y responder a las críticas que me parecen injustas.
Primero – ¿Cómo me convierto en una socialista? Mediante la lectura. El primer libro que leí fue “New Worlds for Old” (H.G Wells 1908). Lo leí por recomendación de la señora Macy (Anne Sullivan). Ella se sintió atraída por su calidad imaginativa, y esperaba que su estilo eléctrico pudiera estimularme y despertar cierto interés en mí. Cuando me dio el libro, ella no era socialista y tampoco lo es ahora.
Mi lectura ha sido limitada y lenta. Leo los periódicos bimensuales alemanes socialistas que están transcritos al braille. Tengo también el Programa de Erfurt del partido socialdemócrata alemán escrito por Kautsky. El resto de literatura socialista que he leído ha sido la que un amigo me deletreaba en las manos tres veces por semana. La revista que más le solicitaba era “Socialista Nacional” También leí artículos de la Revista Internacional Socialista. La ortografía manual llevaba mucho tiempo. No es cosa fácil leer un libro de 50.000 palabras sobre economía, pero es un placer, y así fue como llegué a conocer a todos los autores socialistas clásicos.
Segundo – A la luz de todo lo anterior me gustaría hacer un comentario respecto al fragmento escribo sobre mí que fue impreso en “Common Cause” y reimpreso en “Live Issue”, dos publicaciones antisocialistas. He aquí una cita de esa pieza:
«Durante veinticinco años, la señorita Keller ha estado instruida y ha sido acompañada constantemente por su profesora, la Sra. Macy y su marido John Macy. Tanto el señor como la señora Macy son entusiastas propagandistas marxistas, y no es de extrañar que la señorita Keller, por depender en su vida diaria de los apoyos de ambos, haya bebido de tales opiniones.»
El Sr. Macy puede ser un propagandista entusiasta marxista, aunque lamento decir que no ha mostrado mucho entusiasmo en la propagación de su marxismo a través de mis manos. La Sra. Macy no es marxista ni socialista. Por lo tanto, no es verdad lo que escriben. El editor debe haber inventado eso; ha salido de la nada, y si esa es la forma en que su mente trabaja, no es de extrañar que se oponga al socialismo. No tiene el sentido común suficiente como para ser socialista o cualquier otra cosa que intelectualmente valga la pena.
Consideremos otra cita del mismo artículo:
«Sería difícil imaginar algo más patético que laexplotación actual de la pobre Helen Keller por los socialistas de Schenectady. Durante semanas los organismos del partido de prensa han anunciado el hecho de que ella es socialista, y que está a punto de convertirse en miembro de la nueva Junta de Bienestar Público de Schenectady”
No me gusta la simpatía hipócrita de ese documento, pero me alegro si saben lo que significa la palabra «explotación«.
Vayamos a los hechos. Cuando el alcalde Lunn se enteró de que yo podría ir a Schenectady, propuso a la Junta de Beneficencia Pública que se me reservara un lugar allí. Nada se imprimió ni publicó sobre esto en “The Citizen”, publicación del alcalde Lunn. Pero los reporteros de la prensa capitalista se enteraron del plan, y aprovechando la ausencia del alcalde en Schenectady, la publicación “Knickerbocker Albany” hizo el anuncio. Primero se envió un telegrama por todo el país, y luego comenzó la “explotación” en prensa. Su difusión primera fue lanzada por los capitalistas. Los periódicos imprimían la noticia, y algunos de ellos escribieron incluso editoriales de bienvenida. Pero “The Citizen” no mencionó mi nombre durante todas las semanas en las que los reporteros fueron llamando por teléfono y telégrafo para solicitar entrevistas. Fue la prensa capitalista la que explotó la noticia, no porque le importe el socialismo, al contrario, lo odia, sino porque mi nombre es sinónimo de publicidad y ventas. Estábamos ya hartos de negar que yo estuviera en Schenectady, y comencé a tener aversión al periodista que publicó por primera vez la «noticia».
Todos los periodistas que vinieron a verme eran de periódicos comerciales. Ningún periódico socialista, ni tampoco una llamada de “Socialista Nacional”; ninguno de ellos me pidió un artículo. El editor de “The Citizen” dio a entender al señor John Macy que él quisiera, pero que era demasiado fino y considerado como para pedirlo categóricamente.
The New York Times me pidió un artículo. El editor del Times me escribió asegurándome que su publicación sería un medio útil para llegar a muchísimos lectores. Me envió un telegrama pidiéndome que le enviara un relato de mis planes y esbozara mis ideas de lo que serían mis obligaciones como miembro de la Junta de Beneficencia Pública de Schenectady. Me alegro de no haber respondido a esta solicitud, pues días más tarde, el 21 de septiembre, el Times publicó un editorial en que decía:
«La bandera es gratis. Pero no deja de ser destestable. Es el símbolo de la anarquía y llevar el símbolo de la anarquía, hace perder todo derecho al respeto y la simpatía«.
Me gustan los periodistas. He conocido a muchos, y dos o tres editores han estado entre mis amigos más íntimos. Por otra parte, los periódicos han sido de gran ayuda en el trabajo que hemos estado tratando de hacer por las personas ciegas. No presentan reticencias a la hora de prestar su ayuda para trabajar para las personas ciegas y para otras organizaciones benéficas. Pero el socialismo – ah ¡eso es otra cosa!- Eso va a la raíz de toda la pobreza y la caridad. El poder del dinero está detrás de los periódicos y los editores, obedientes a la mano que les da de comer; No van a reparar en poner límites para acabar con el socialismo y socavar la influencia de los socialistas.
The Brooklyn Eagle dice a propósito de mí y del socialismo que: “los errores de Helen Keller surgen de las limitaciones evidentes de su desarrollo” Hace algunos años conocí a un señor que me fue presentado como el señor McKelway, editor del Brooklyn Eagle; fue después de una reunión que tuvimos en Nueva York en favor de los ciegos. En ese momento los elogios que me daba eran tan generosos que me sonrojo al recordarlos. Pero ahora que “he salido por la vía del socialismo” le recuerda al público que soy ciega, sorda y especialmente susceptible de equivocarme. Debo haber reducido en inteligencia durante los años transcurridos desde que lo conocí. Sin duda, es su turno de ruborizarse.
¡Oh! ridículo Brooklyn Eagle, socialmente ciego y sordo, que defiende un sistema intolerable, un sistema que es la causa de gran parte de la ceguera y la sordera física que estamos tratando de evitar. Soy capaz de leer. Soy capaz de leer todos los libros socialistas en inglés, alemán y francés. Sueño con escribir un libro que contribuya al movimiento socialista. Su título sería: “Ceguera Industrial y Sordera Social”
* Helen Keller fue una muchacha sorda y ciega que ayudada por Ana Sullivan además de luchar durante toda su vida contra la ceguera y la sordera, fue una entusiasta militante en defensa de los pobres de la tierra.
Publicado por primera vez: New York Call, 03 de noviembre 1912
Fuente: Helen Keller: Sus Años Socialistas (International Publishers, 1967)
Extraído y traducido por: Silvia Rumeu Navarro