16 años de guerra interminable por los preciados minerales de la zona. Miles de personas vagan por las calles de Goma
El presidente de la Conferencia Episcopal de la República Democrática del Congo (RDC), monseñor Nicolas Djomo Lola, ha denunciado que el objetivo de la ofensiva del grupo rebelde M23 en Kivu Norte y de la guerra que, en general, sufre la región de los Kivus (este del país) es el «saqueo de los recursos minerales».
«Se puede perpetuar una inestabilidad en los Kivus que ayudará al saqueo de los recursos minerales», declaró Djomo en relación con los últimos acontecimientos en el este de la RDC, citado por la edición digital de Radio Okapi.
«En el momento en que estamos hablando, miles de personas vagan por las calles de Goma sin ayuda», prosiguió. «Es la increíble miseria que sufren los habitantes de la región desde 1996, año en que comenzó la guerra que condujo al poder a Laurent Désiré Kabila (padre del actual presidente, Joseph Kabil)», recordó.
Por ello, el presidente de la Conferencia Episcopal ha reclamado la implicación de la comunidad internacional para poner fin a la guerra que actualmente se vive en el este de la RDC.
Fuentes religiosas han informado a la agencia misionera de noticias MISNA de que en la capital de Kivu Norte, Goma (en poder del M23 desde el pasado martes), «no hay luz ni agua» y el cierre de los accesos impide la llegada de bienes de primera necesidad.
«Es una crisis humanitaria debida a una serie de factores, y la población está pagando, una vez más, el precio más alto», declaró a MISNA el nuncio apostólico, monseñor Adolfo Tito Yllana. «Lo que está sucediendo no es solo un problema interno y debería requerir una implicación más decisiva de los organismos internacionales», prosiguió. «El solo hecho de que no se produzca causa perplejidad», denunció.
Una llamada a parar esta sangría
Es necesario que los países que se benefician de la riqueza (como el coltán) sustraídas ilícitamente al pueblo congoleño con la complicidad de los grupos armados que operan en Kivu dejen de alimentar el conflicto.
“Lo que debe evitarse es un posible enfrentamiento entre dos grandes bloques: por un lado, el M23 y los grupos aliados, y por otro el ejército nacional reforzada por la integración de otros grupos armados. Se transformaría de una guerra de agresión en una guerra civil”, escriben los misioneros de la Red Paz para el Congo, en una nota enviada a la Agencia Fides sobre el norte y sur de Kivu (este de la República Democrática del Congo), donde “la situación se vuelve cada vez más compleja”.
“El movimiento del 23 de Marzo (M23), un grupo armado apoyado por Ruanda y Uganda, ocupa militarmente el territorio de Rutchuru, reorganiza su estructura militar, lleva a cabo alianzas con otros grupos armados y amenaza con retomar las hostilidades, si el gobierno congoleño no acepta las tratativas.
Por su parte, el Gobierno está procediendo a la integración de otros grupos armados en las filas del ejército nacional”. En la nota se pasa a describir las medidas políticas y diplomáticas emprendidas por los países de la región: “Los países miembros de la Conferencia Internacional para la Región de los Grandes Lagos (CIRGL) están luchando por establecer una fuerza internacional neutral para combatir los diversos grupos armados, entre ellos el M23 y las Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda (FDLR)”.
El problema es que de la CIRGL también forman parte Ruanda y Uganda, acusados por la ONU de apoyar al M23. Para complicar más la situación, según la Red Paz para el Congo, se añade el hecho de que los servicios de seguridad y los más altos cargos del Estado y el ejército son expresiones de grupos, que a su vez están vinculados a Ruanda.
“Para salir de este sistema y poner fin a la guerra en la República Democrática del Congo – afirma el comunicado – la vía política no violenta de las elecciones es, sin duda alguna, la más democrática. Por esta razón es importante seguir luchando por una reestructuración radical de la Comisión Electoral Nacional Independiente (CENI) que pueda permitir la realización de unas elecciones realmente libres, transparentes y creíbles”.
Además de esto, también es necesario que los países que se benefician de la riqueza (como el coltán) sustraídas ilícitamente al pueblo congoleño con la complicidad de los grupos armados que operan en Kivu dejen de alimentar el conflicto.
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