Contundente repudio al crimen en Guayana

2606

Caminata por la Vida y la Familia en Ciudad Guayana, Venezuela… La violencia y el crimen se extienden en Venezuela. Un venezolano es asesinado cada media hora. En 2009 murieron asesinados 16.000 venezolanos, mayoritariamente jóvenes, varones y pobres, esta es una guerra silenciada.

En Ciudad Guayana (Venezuela) tuvo lugar el sábado 8 de mayo la II Caminata por la Vida y la Familia, en la que los manifestantes clamaron por el cese de la violencia en el país, que hace dos semanas cobró la vida del sacerdote Esteban Wood, asesinado en su casa parroquial.

Los detonantes de este flagelo, tiene su origen en la crisis o pérdidas de valores que vive cada núcleo familiar. En el área social, existen pocas alternativas de formación, notándose este hecho en las estadísticas actuales donde se refleja la suma de 650.000 jóvenes sin escolarizar, así mismo se hace presente la crisis institucional, que pone de manifiesto un alto grado de impunidad sobre todo en los casos de violencia.

Para Aída Noguera, madre de un joven asesinado, miembro de la recién creada Fundación por la Dignidad de la Persona, la tímida embestida del gobierno contra la violencia y la delincuencia trae como consecuencia el silencio de los familiares por temor a represalias. “Hemos ido callando y acostumbrándonos a este tipo de situación, no queremos ser más cómplices de esto, estamos haciendo un llamado de conciencia”, exclamó. A juicio de Noguera no sólo los asesinatos representan una forma de violencia, “todo este escenario que estamos viviendo crea un caldo de cultivo y una sociedad violenta. Este sistema de transporte deficiente que padecemos los guayaneses, por ejemplo, es una agresión a la dignidad de la persona”.

Cientos de personas conjuntamente con representantes de la diócesis de la ciudad marcharon para manifestar su posición en cuanto a los hechos violentos de los que constantemente son víctimas.

Los manifestantes rechazaron también el aborto y solicitaron «que se abrieran más colegios en lugar de la construcción de moteles (prostitución)».

La situación es “una emergencia nacional”. Ante un Estado que no garantiza la seguridad, hace muy poco para “desarmar” a la población y avala un aparato judicial que no responde. “Quiero vivir”, “no quiero enterrar más alumnos”, “no seamos indiferentes”, “Justicia”, “No matarás”, fueron algunas de las voces que se escucharon durante la caminata, que se llenó de cantos, y dramatizaciones.

Con pancartas en mano, dieron muestra de su sentir para invitar a la colectividad a trabajar juntos.

La caminata estuvo presidida por las mujeres que han sufrido en carne propia la violencia: madres, viudas, huérfanas… de los asesinados.

“Estamos marchando por la vida, por la familia, por los familiares de personas que han muerto en manos del hampa, por los 16.000 jóvenes que mueren durante el año y sus muertes quedan impunes.

“No podemos ser cómplices de estas atrocidades” dijeron.

Esta acción es expresión de la lucha del pueblo por los derechos humanos. Hacen un llamado de conciencia a la población en general para que se una a esta causa.

La caminata contó con el impulso y la presencia del Obispo de la diócesis, Mons. Mariano José Parra Sandoval, en respuesta a «la triste realidad que asalta todo el país”

“El amor y el perdón a todos es la única salida para superar esta situación de violencia que está acabando con nuestro pueblo».

«Ese mismo amor exige también la justicia y la reparación para no seguir perpetuando el mal. Por eso, exigimos a las autoridades competentes que se investigue hasta el final y no se deje impune el crimen, como lamentablemente ocurre con la gran mayoría de los homicidios cometidos en nuestra patria”

Durante el cierre del acto las mujeres de la Fundación por la Dignidad Humana de la personas, presentaron un manifiesto e invitaron a todas aquellas personas que han sufrido una pérdida como consecuencia de un acto violento, a unirse para trabajar por la Paz.

Tramitan “la instalación de la oficina de ayuda a la víctima la cual permitirá: ayuda psicológica, jurídica…con dos objetivos: “ayuda mutua de los que la forman y la socialización del dolor para que la comunidad y la sociedad tome conciencia y no los dejen solos en su sufrimiento”.

El próximo 29 de mayo se celebrará una vigilia como rechazo a los hechos violentos y la ratificación del derecho a la vida.