Cristianos, romped el gueto

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Nadie puede confesar su nueva fe dentro de Irán, porque se enfrentan incluso a la muerte.

La Iglesia católica en el Oriente Próximo: comunión y testimonio es el tema del próximo Sínodo de los Obispos para Oriente Próximo, que tendrá lugar en Roma del 10 al 24 de octubre. Éste es un mapa -elaborado con la colaboración de Ayuda a la Iglesia Necesitada- de la situación en la que se encuentran los cristianos de los países que participarán en la Asamblea y los principales retos a los que se enfrentan. No caer en actitudes propias de un gueto, pese a las dificultades que padecen; formarse en la Palabra de Dios; y reconocer que, ante todo, son cristianos por vocación, son sus metas principales.

Líbano:

El aumento del fundamentalismo islámico ha provocado que los cristianos emigren: desde 1970 se han reducido a la mitad y ahora no llegan al 35% de la población. Los que permanecen, no se sienten aceptados por la sociedad -cerca del 45% son musulmanes-. Pero la Iglesia en Líbano es optimista y apuesta por la formación de los fieles.

Turquía:

La paz sólo llegará a través de la fecundidad del perdón frente a la estéril alternativa del odio y la venganza, escribía monseñor Padovese, Vicario apostólico de Anatolia, asesinado el pasado junio. El 0,6% de cristianos turcos no sólo sufren la violencia física, también están excluidos de determinadas profesiones y no pueden disponer de representación parlamentaria en un país en el que hay un 97,2% de musulmanes. La Unión Europea lleva años exigiendo una mayor libertad religiosa como requisito para su adhesión. Por eso, el pasado 20 de septiembre, tras 95 años, permitió la celebración de una misa de la Iglesia ortodoxa armenia; para unos, un avance; para otros, un lavado de cara ante Europa.

Palestina e Israel:

La cada vez más reducida comunidad cristiana de Tierra Santa es la gran perjudicada en medio del conflicto palestino-israelí -hasta el acceso a los Santos Lugares está condicionado por permisos militares-. Su sufrimiento es constante, por eso terminan por emigrar. En Belén, la ciudad sitiada, se calcula que hace cien años cerca del 40% de la población era cristiana. Ahora, la mayoría es musulmana y sólo cerca del 2% de los residentes palestinos profesan la fe de Cristo.

Egipto:

Es el país de Oriente Próximo con más cristianos, la mayoría de ellos de la Iglesia copto-ortodoxa. El Islam es la religión de Estado, por lo que los cristianos se sienten discriminados y privados de muchos derechos, en especial de su libertad de culto -es prácticamente imposible construir iglesias nuevas- . Incluso, en el carnet de identidad, es obligatorio indicar la creencia religiosa. Esta situación provoca que las conversiones al Islam se sucedan cada vez más.

Jordania:

La Constitución ampara el ejercicio de todas las formas de culto y los cristianos tienen representación en el Parlamento y en el Gobierno. Pero el Islam es la religión oficial y el resto sólo son toleradas. No se permite a un musulmán abandonar su creencia, y el cambio de religión se percibe como una traición a la sociedad, la cultura y la nación. Muchos cristianos iraquíes emigran a Jordania, aunque no tienen fácil permanecer en el país más de seis meses.

Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos:

Los diversos regímenes políticos tienen diferentes actitudes hacia los cristianos, que van desde el respeto -como ocurre en Qatar, Abu Dhabi y Dubai-, a la intransigencia y la falta de libertad, como ocurre en Arabia Saudí. Mientras que Qatar ha permitido la construcción de una iglesia que acoge a 5.000 fieles, a los cristianos en Arabia Saudí -alrededor de medio millón- no se les permite reunirse para la oración. Se reúnen en secreto en casas particulares para rezar el domingo, con sus consabidos riesgos. Otro problema es el gran número de cristianos que hay entre los trabajadores inmigrantes, a menudo privados de sus derechos elementales sociales y religiosos. Además, el Islam militante se aprovecha de las penalidades económicas de estos trabajadores inmigrantes para convertirlos al Islam.

Siria:

Greco-católicos, greco-ortodoxos, sirio-católicos, sirio-ortodoxos, maronitas, armenios, latinos y caldeos conforman la comunidad cristiana de Siria: un 7% del total de la población. Aunque la Constitución de 1973 establece que la ley islámica es una de las fuentes legislativas del país, el Islam no es la religión oficial. El texto constitucional garantiza el reconocimiento de otras religiones y la libertad religiosa y de culto. Pero en la mayoría de las ocasiones, la presión social es más fuerte que la legal, por lo que los conversos al cristianismo sufren graves hostilidades, lo que motiva que muchos de ellos tengan que salir del país. La atención socio-caritativa y pastoral a los numerosos refugiados iraquíes que han llegado al país huyendo de la guerra desde 2003, es otro de los grandes retos que afronta la Iglesia en Siria, junto a un significativo éxodo de cristianos sirios.

Irán:

Los cristianos, predominantemente armenios y siro-caldeos, son vistos como minorías étnicas y no gozan de los mismos derechos que los musulmanes. Tras la revolución islámica de 1979, más de la mitad de la población cristiana abandonó el país, y ahora, cerca de 10.000 familias abandonan Irán cada año, por la dificultad para encontrar trabajo. Las conversiones también han provocado la emigración: nadie puede confesar su nueva fe dentro de Irán, porque se enfrentan incluso a la muerte.

Iraq:

El asesinato y la persecución de los cristianos en Iraq ha llevado a que se sientan desplazados y desmoralizados. Muchos han perdido la vida, sus hogares, sus medios de subsistencia, y la comodidad de una familia cercana, ya que se han visto obligados a huir y buscar refugio en otros lugares. Los que quedan, están viviendo con miedo, pero no se detienen: contribuyen a la reconstrucción del país a través de sus apostolados educativos y sanitarios, mientras que su participación en proyectos humanitarios proporciona una asistencia muy necesaria en la recuperación de la sociedad.