De media, los autónomos declaran un beneficio de 751 euros al mes, un 25,5% menos que antes de la crisis. Hay un claro incremento de rentas bajas frente a aquellos tienen grandes ingresos.
El 41% de los contribuyentes del IRPF presenta bases imponibles inferiores a 12.000 euros anuales. Así lo indica la última estadística de Hacienda, que refleja el efecto de la crisis en la demografía fiscal. Desde 2008, el número de declarantes que no llega a 12.000 euros se ha incrementado un 11,5% y, en el mismo periodo, los declarantes con bases imponibles superiores a 60.000 euros anuales han retrocedido un 22,9%.
La publicación de la estadística de la campaña de IRPF de 2013, que se declaró a partir de junio del año pasado, refleja el incremento de contribuyentes con rentas bajas frente a aquellos que disfrutan de ingresos elevados. De los 19,2 millones de declarantes del IRPF del año pasado, el 41,6% presentó una base imponible –incluyendo rentas salariales y del ahorro– inferior a 12.000 euros. En 2008, este perfil de contribuyentes sumaba el 37% del total, casi cinco puntos menos que ahora. En cambio, las rentas superiores a 60.000 euros se han reducido. Los datos de Hacienda incluyen a todos los contribuyentes que presentaron la declaración, con independencia de si trabajaron durante todo el año o solo unos meses. También aparecen pensionistas o parados con prestación que cumplimentaron la declaración del IRPF.
Se observa un retroceso en todas las fuentes de renta. Los salarios, el principal origen de los ingresos de las familias, son un buen ejemplo de ello. El rendimiento medio del trabajo declarado en el IRPF –que está básicamente formado por el sueldo– se situó en 2013 en 21.821 euros, un 3,6% menos que antes de la crisis. No todos los asalariados que sufren retenciones en sus nóminas aparecen en la estadística. Hay que tener en cuenta que no es obligatorio presentar la declaración para aquellos que ganan menos de 22.000 euros u 11.200 euros cuando existe más de un pagador.
La fuente de renta que sufre un mayor retroceso es la derivada de actividades económicas, es decir, aquellas que presentan los autónomos. Así, el rendimiento neto declarado se situó en 9.011 euros al año, un 25,5% menos que en 2008. De media, los autónomos aseguran ante Hacienda que sus beneficios se limitan a 751 euros al mes. En el caso de los asalariados, el rendimiento neto declarado –equivale al sueldo tras descontar las cuotas a la Seguridad Social o la reducción por rendimientos del trabajo– asciende a 18.787 euros al año. Es decir, de media, un asalariado declara más del doble que un autónomo. Hay que tener en cuenta que los trabajadores por cuenta propia pueden deducirse gastos inherentes a su actividad, algo que no sucede en el caso de los trabajadores por cuenta ajena.
Autor: Jaume Viñas
Fuente: Cinco Días ( *Extracto)