¿Dónde han quedado los derechos del niño después de 26 años? En un mundo con 400 millones de niños esclavos, con la planificación contra la vida y la familia por parte de los organismos internacionales y de las grandes corporaciones económicas transnacionales.
El 20 de Noviembre de 1989 se aprobaba la Convención sobre los Derechos del Niño (CDN) por la Asamblea General de Naciones Unidas y entró en vigor el 2 de septiembre de 1990.
Los 54 artículos que componen la CDN recogen los derechos económicos, sociales, culturales, civiles y políticos de todos los niños. Su aplicación es, en teoría, obligación de los gobiernos, pero también define las obligaciones y responsabilidades de otros agentes como los padres, profesores, profesionales de la salud, investigadores…etc.
Varios hechos constatan la situación de los niños y el atentado permanente que se hace contra la vida.
Por un lado la existencia de 400 millones de niños esclavos en el mundo. La mayoría coincide en países empobrecidos donde la economía informal propiciada por un capitalismo salvaje hace que sus padres estén en el paro; son dos caras de la misma moneda.
La situación de guerra que viven miles de niños en el mundo, incluyendo la violencia de las mafias y la trata, que se han introducido en la vida social y económica aplastando a los pobres. Las guerras se amplían con fuertes intereses en la venta de armas y en mantener conflictos de forma permanente.
Los niños desplazados en guerras como la Siria, viviendo en campos de refugiados toda su infancia, niños inmigrantes en las fronteras de EEUU o Europa, y los 50.000 que mueren al día en la guerra diaria del hambre, claman Justicia.
En los países enriquecidos se ha expulsado a familias enteras a la exclusión, privándolos de los servicios básicos (alimentación, educación..), como ratifican informes de Cáritas en España y otros a nivel de la OCDE que ponen de manifiesto esta situación de retroceso. Por ejemplo se señala en alguno de estos informes que entre 2008 y 2012 las familias griegas habrían retrocedido en sus condiciones económicas, el equivalente a 14 años.
Las políticas antinatalistas y contra la familia, hace que países como España se sitúen en 2023 con casi un millón de niños menos que en la actualidad.
Es necesario, pues, como mejor aportación a los derechos del niño, defender la Justicia, denunciar los mecanismos del robo a los pobres, fomentar el derecho al trabajo por encima de los «derechos del capital», y situar, a la persona humana en el primer lugar en todo el desarrollo de las políticas internacionales tanto económicas como socioculturales.