Del comunismo atroz al capitalismo salvaje

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China es ya un país de enormes contrastes donde Chen sobrevive gracias a la basura de una sociedad cada vez más consumista, en la que abundan ya los multimillonarios cuyas fortunas aparecen en las listas de Forbes..

POR PABLO M. DÍEZ. CORRESPONSAL/
20-06-2005

PEKÍN. A sus 37 años y con dos niños, Chen es uno de los miles de chatarreros que recorren Pekín, que han hecho de la basura su modo de vida. Saca al mes entre 300 y 1.200 yuanes (29,6 a 118,4 euros) por unas jornadas laborales de 13 horas.

A pesar de su exiguo salario, Chen ya no es uno de los 90 millones de personas (el 6,9 por ciento de la población) que, según los datos oficiales, viven bajo el nivel de la pobreza por ganar menos de un euro al día. Ese era el dinero de que disponía Chen cuando hace tres años dejó su ruinosa granja de la provincia de Henan, una de las menos desarrolladas del país, para probar fortuna en Pekín.

Depresión rural

No en vano el 75,8 por cien de esos 90 millones de pobres viven en las zonas rurales, donde los ingresos anuales apenas llegan a 924 yuanes (91,22 euros) y 26 millones de personas no tienen comida ni ropa para subsistir. Mientras, en las ciudades hay 22 millones de residentes con menos de 668 yuanes al año (65,94 euros), el límite establecido por el régimen para fijar el nivel de la pobreza en China.

Todo ello a pesar de que la economía china viene creciendo a un ritmo superior al 9 por ciento anual desde que en, 1978, emprendió profundas reformas de corte capitalista. Dichos cambios han provocado una radical transformación en sólo tres décadas, cuando había 250 millones de pobres, pero también han propiciado un desigual reparto de la riqueza que amenaza la estabilidad de un sistema que ha salido del fuego del comunismo atroz para caer en las brasas del capitalismo salvaje.

Aunque Pekín pretende erradicar las cada vez más patentes desigualdades sociales y el abismo que separa la boyante costa oriental del atrasado interior, las diferencias entre ricos y pobres han vuelto a aumentar en lo que va de año en China.

Según el último estudio de la Oficina Nacional de Estadísticas, el 10 por ciento de la población posee el 45 por ciento de la riqueza del país, mientras que el 10 por ciento más pobre apenas disfruta del 1,4 por ciento de ese bienestar. En este sentido, los ingresos de los más pudientes son casi 12 veces superiores a la renta de los más desfavorecidos, un incremento de un punto respecto a 2004.

Con una sociedad de 1.300 millones de habitantes tan polarizada, la ascensión de la clase media urbana, cuyos ingresos han aumentado este año un 15,7 por ciento hasta los 8.800 yuanes (867,88 euros), apenas puede neutralizar las precarias condiciones de los 800 millones de granjeros que viven en el campo, cuya renta subió tan sólo un 7,6 por ciento.

Como consecuencia, China es ya un país de enormes contrastes donde Chen sobrevive gracias a la basura de una sociedad cada vez más consumista, en la que abundan ya los multimillonarios cuyas fortunas aparecen en las listas de Forbes.