Si el petróleo ha supuesto el elemento en disputa que ha fomentado guerras y conflictos en el siglo XX y en lo que va de siglo XXI, en las próximas décadas otras materias primas o recursos minerales supondrán un giro en la geopolítica mundial, así como otros «motivos» para aplastar a los pobres de la tierra.
La geopolítica mundial del siglo XX ha estado dominada por los países que disponen de grandes reservas de petróleo. Incluso EEUU lleva años almacenando este material mientras lo compra a otras naciones. «Hay una carrera por apoderarse de los enormes yacimientos de clatratos (como fuentes de gas natural) que yacen en los fondos marinos del Polo Norte», explica Pablo San-José experto del Instituto de Ciencia de Materiales de Madrid (CSIC).
Las tierras raras
Más del 85% de la oferta mundial viene de China y prácticamente el 100% de las tierras raras "pesadas"–en el extremo más lejano de la tabla periódica– también están en territorio chino.
Y, hasta hace poco, China no ha mostrado muchos escrúpulos ante las consecuencias que puede tener la extracción de tierras raras.
Es un negocio muy sucio. Se encuentran a menudo con elementos radiactivos como el torio y el uranio, y separarlos requiere una gran cantidad de productos químicos tóxicos.
Se usan para fabricar productos como fibra óptica, pantallas y altavoces de móviles, células solares o LED, aerogeneradores…entre otros, cuentan con estos componentes casi monopolizados por el gigante asiático.
El litio
El uso sobre todo para baterías (móviles o coches eléctricos), ya que están logrando una velocidad de carga 10 veces más rápidas que los ánodos de grafito utilizados convencionalmente. Tiene múltiples usos en la industria química y farmacéutica.
El litio será objeto de disputa en países como Bolivia, Chile, Brasil…sólo en Iberoamérica.
El coltán sangriento y otros minerales
Se estima que la RDC, un país del tamaño de Europa Occidental, posee 24 billones de dólares en reservas minerales, que comprenden oro, diamantes, cobre, cobalto, coltan, estaño, tungsteno, zinc, manganeso, magnesio, uranio, niobio y plata.
Los grupos armados se disputan el control de las minas y de las rutas de transporte. Los minerales son canalizados a través de los países vecinos, Ruanda y Uganda, por grupos rebeldes violentos y luego son comprados por las empresas multinacionales.
Según el Washington Post el contrabando de los minerales congoleses que entran en Ruanda es del orden de 6 millones de dólares al día.
Aplicaciones militares del coltán: más sangre
Los condensadores de tantalio no se utilizan solamente en los smartphones. También son importantes para las tecnologías aeroespaciales y militares, que se basan en condensadores de tantalio para hacer funcionar aplicaciones que alcanzan temperaturas muy elevadas. Con una extraordinaria capacidad para soportar una gran escala de temperaturas y resistir la corrosión, los condensadores de tantalio son una maravilla de la tecnología. Pueden retener una carga durante mucho tiempo y pueden tolerar entornos funcionales de hasta 200º C.
Los ingenieros electrónicos en el área de la defensa estudian la manipulación de temperaturas extremadamente altas generadas por procesadores de alto rendimiento en las nuevas aplicaciones militares. Innovaciones recientes en el campo de la térmica han hecho posible operar con cargas de alta temperatura utilizando condensadores de tantalio.
Esto se extiende a las bombas inteligentes, la navegación a bordo en los drones, los robots y toda una variedad de sistemas armamentísticos, como los condensadores en los sistemas anti-tanque. Los nuevos avances tecnológicos han originado un rápido desarrollo de armas totalmente autónomas o robots autónomos mortales. En resumen, si no fuera por las sorprendentes propiedades de resistencia al calor del tantalio, estos sistemas se sobrecalentarían.
Autor: Juan Rodríguez