Demandamos una calle dedicada a D. Felipe López

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El 15 y 16 de Enero tuvieron lugar las XIV Jornadas de Militancia Cristiana D Felipe López organizadas por el Movimiento Cultural Cristiano en memoria de este gran sacerdote burgalés que fue clave en el impulso del apostolado obrero durante y después del franquismo y acompañó a diversas asociaciones laicales y religiosas

Puso sus grandes dotes intelectuales al servicio de los pobres y de los sacerdotes

El viernes 15 de enero la Facultad de Teología de Burgos albergó una Eucaristía presidida por el Arzobispo de Burgos D. Francisco Gil Hellín, seguida de una charla de D. Damián Iguacén, Obispo emérito de Tenerife, titulada «María, madre de la humanidad sufriente» en la que presentó la figura de María como fundamental en la espiritualidad de encarnación ya que ella representa como nadie la cercanía de Dios al ser humano y la preocupación viva de la Iglesia por los que sufren. Nos recordó que los cristianos que somos buscadores de las Verdad, no podemos ser simplemente “trasmisores de noticias, debemos conocer la realidad para obrar con eficacia. El Señor nos quiere comprometidos y santos” y que vivamos con alegría y buen humor cristiano, las Bienventuranzas”. Los asistentes, que llenaron el Aula Magna de la Facultad, quedaron sorprendidos por la energía y honda espiritualidad de este anciano que el 12 de febrero cumplirá 94 años y que, desde que dejara el Obispado de Tenerife en 1991, no ha dejado de recorrer España impartiendo ejercicios espirituales, cursos y conferencias, además de una intensa labor literaria e intelectual.

Los responsables de estas jornadas denunciaron al Ayuntamiento de Burgos, que sigue prestando oídos sordos a la demanda de dedicar una calle a D. Felipe López, a pesar de la insistente solicitud del Movimiento Cultural Cristiano avalada por centenares de firmas de amigos de este gran sacerdote burgalés.

El sábado 16 un grupo de militantes de Madrid representó la obra de teatro «La barca sin pescador», de Alejandro Casona, escrita en 1945 y que plantea un tema de gran actualidad, como es la corrupción de un ejecutivo financiero que llega a pactar con el diablo el asesinato de un inocente por dinero. El Público llenó completamente todas las butacas disponibles y valoró muy positivamente la oportunidad de recuperar el teatro social, como se hacía antiguamente en los ateneos obreros.

D. Felipe López

Hoy, tras 21 años de su muerte en un accidente de carretera, sus profundas enseñanzas siguen vivas. Fue norma en su vida poner sus grandes dotes intelectuales al servicio de todos los hombres y, de forma especial, de los futuros sacerdotes y de los pobres. Primero en el Seminario y después en la Facultad de Teología la tarea académica ha marcado su itinerario existencial. Fue ejemplar en el no considerar nunca que sus valores y conocimientos intelectuales le daban derecho a una vida aburguesada, más bien, todo lo contrario: un constante crecimiento hacia abajo que le condujo a tener las máximas delicadezas con los pequeños y la mayor dignidad con los grandes. Le dolían los pobres y él vivió pobremente. Nos recordaba una religiosa cómo ponía su cuenta a cero cuando comenzaba el nuevo año, entregando lo que tenía a la promoción de los pobres.

Y todo ello sin que en ningún momento rebajara o amañara el mensaje evangélico, aunque ello le costara la incomprensión de sus superiores. Su austeridad y sencillez le proporcionaron el menosprecio de mediocridades intelectuales, incapaces de situarse a su altura y para quienes su forma de vida era una acusación. El constituye un testimonio inequívoco de servicio intelectual y cristiano a los pobres, tanto con su pensamiento como con su vida.

D. Felipe procuró servir a aquellas organizaciones apostólicas y militantes que mejor sirvieran a los pobres según los signos de los tiempos: la HOAC, el MOA, ZYX y, en sus últimos años, el Movimiento Cultural Cristiano. Y siempre sirvió a cualquier otro grupo que quisiese avanzar en su formación: el grupo de ‘rurales’; las Hermanas Clarisas de Castil de Lences; la Adoración Nocturna; el grupo de maestras; Los Maristas, Religiosas misioneras de acción parroquial, entre otros…..

Cuando hoy se ha escrito por algunos líderes que en la Iglesia nunca hubo, durante el franquismo, militantes cristianos obreros, negando lo evidente, la figura de este sacerdote burgalés, Felipe López se presenta como ejemplarmente militante con «los pobres del mundo». En la brillante tesis doctoral presentada en Valladolid por el Dr. Berzal de la Rosa o en la publicación de la Cámara del Comercio burgalesa “Burgos, siglo XX”, se reconoce su gran labor de apostolado en la promoción de militantes durante el franquismo trabajando en la justicia social, la solidaridad y reconciliación entre las dos españas. Hoy, cuando tantas calumnias se dicen contra la Iglesia, incluso por los que tuvieron treinta años de vacaciones durante el franquismo, la eclesialidad de Don Felipe López tiene una relevancia especial. Sin embargo, a pesar de que llevamos años exigiéndo que al menos una calle de Burgos lleve su nombre, ninguno de los partidos locales ha querido reconocer su gran labor.

Julián Gómez del Castillo, converso y uno de los grandes apóstoles de la clase obrera en España junto a su amigo Guillermo Rovirosa, ambos del grupo fundador de la HOAC y la editorial ZYX, habla de Don Felipe, del amigo entrañable, con este testimonio: “Habían los políticos conquistado el poder de la “Editorial ZYX”, y esta había dejado de ser organización apostólica privada, para ser “organización de la clase”. Nos habían lanzado por la ventana a los que hicimos ZYX. Yo me había quedado sin trabajo y se me exigía que pagara la casa donde vivía, al contado, cuando yo ya la había pagado. El médico me había dicho que “si quería vivir, tenía que querer vivir”. Nadie de los amigos cercanos se acercó a preguntarme si mis hijos tenían pan o techo. Usted [Don Felipe] a 240 kms de distancia se dio cuenta… y “solucionó la papeleta” pagando y no aceptando jamás la devolución. Mis hijos pudieron comer y tener techo. La amistad, una vez más, adivinaba la necesidad del amigo.”

Sus trabajos no han sido estériles. Hoy discípulos suyos,( entre ellos el último grupo de formación militante que llevó en vida) se han entregado al apostolado militante: unos como sacerdotes en el Tercer Mundo, otros con sus familias promoviendo el apostolado laico en el Movimiento Cultural Cristiano, o la caridad política en el reciente partido SAIn (Solidaridad y Autogestión Internacionalista). Sabemos que Don Felipe sigue intercediendo por nosotros.