Democracia y materias primas en África, pocas veces van de la mano

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Guinea Ecuatorial encarna lo que algunos teóricos llaman la maldición de los recursos naturales. Es uno de los países más ricos de África gracias a sus reservas de petróleo

Desde que comenzó a explotarlas, hace un cuarto de siglo, el tamaño de su economía se ha multiplicado casi por 20. Nada de ello parece haber repercutido en el nivel de vida de sus ciudadanos (dos tercios de la población vive en extrema pobreza, con menos de dólares al día). Pero sí en la de una élite que ha hecho del país su feudo y lo gobierna con mano de hierro para mantener las reglas de juego.

Se pueden destacar otras muchas experiencias de intento de liberar a los pueblos de la opresión de grandes corporaciones, de corruptos, corruptores, ejércitos de mercenarios etc.

Algo similar sucede en Irak, Siria, Arabia Saudí, Qatar, Nigeria, Venezuela… Salvo contadas excepciones, como EE UU y Noruega, los países ricos en petróleo son menos democráticos, menos estables económicamente y sufren más violencia (delincuencia, guerras) que los que no tienen crudo.

Esto se puede trasladar a otros recursos energéticos y minerales, y podemos incluso llegar a la conclusión, de que “estas riquezas” dependen de la riqueza social y política de un país.

Por ejemplo, en relación a las zonas de influencia del coltán congoleño, destacar cómo se perpetúa en el poder en Ruanda, con distintas artimañas, Paul Kagame.

En 1994, Sudáfrica albergó las primeras elecciones democráticas multipartidistas del continente, con la victoria de Nelson Mandela, y a partir de este punto de inflexión, varias democracias como Ghana, Burkina Faso o Senegal han logrado consolidarse, frente a otros regímenes personalistas que se han ido quedando estancados entre acusaciones de corrupción, desigualdad económica o crímenes contra la humanidad. Teodoro Obiang (Guinea Ecuatorial), Robert Mugabe (Zimbabue)…

Hay otras experiencias a destacar

Ghana, un ejemplo de alternancia política

Gahana, siempre ha sido uno de los casos más cuidados por la comunidad internacional. El partido de Rawlings, el Congreso Nacional Democrático (NDC), vencedor en 1992 y 1996, fue derrotado en 2000 por el principal partido de la oposición, el Nuevo Partido Patriótico (NPP). Ante la atención de los observadores internacionales, se inició un proceso de alternancia en el poder entre ambas fuerzas basado en su carácter pacífico.

Burkina Faso, superó golpe de estado e intentos de enmendar Constitución

La iniciativa de la ciudadanía de Burkina Faso puso fin en 2014 al largo mandato del presidente Blaise Compaoré, en el cargo desde 1987 tras un golpe de Estado. El detonante de las protestas de los burkineses se encontraba en el proyecto de ley que pretendía enmendar la Constitución y extender el número de veces que el gobernante podía concurrir a las elecciones. Pese a la violencia y la represión policial contra los manifestantes, que terminó llevando ante los tribunales al antiguo primer ministro, la rebelión ciudadana surtió efecto. En 2015 superaron un golpe de estado y el mismo año celebraron elecciones democráticas.

Liberia saliendo del hoyo

En su historia reciente, Liberia se vio inmersa en dos guerras civiles sucesivas, la primera entre 1989 y 1996 y la segunda entre 1999 y 2003 que han desplazado a cientos de miles de sus ciudadanos y devastado su economía. Un acuerdo de paz en 2003 llevó a elecciones democráticas en 2005, en las cuales Ellen Johnson Sirleaf fue elegida Presidenta.

Destacamos este artículo publicado en Solidaridadnet sobre Liberia sobre el papel de las mujeres en su liberación.

Se pueden destacar otras muchas experiencias de intento de liberar a los pueblos de la opresión de grandes corporaciones, de corruptos, corruptores, ejércitos de mercenarios etc..

Podemos nombrar también países que viven en paz (aunque bajo el yugo de la miseria y la pobreza), como Benín o Senegal. En Benín en concreto, con el trabajo callado de la iglesia en promover una agenda democrática.

Estaremos atentos.

Autor: Luis Antúnez