Mostramos una interesante carta aparecida en el diario digital Hispanidad.com, y Hazteoir.org (22/09/2003) acerca del destino a abortos que hacen en la ONG ´Ayuda en Acción´ con el dinero que supuestamente tendría que dedicarse al apadrinamiento de niños en el Tercer Mundo.
Sr. Director:
Hace un par de meses recibí una llamada de la Asociación Ayuda en Acción para proponerme un «apadrinamiento solidario». La señorita me explicó que el dinero no iría al niño apadrinado de modo directo, sino a través de proyectos de desarrollo local. Medida razonable, pues evita desigualdades entre los niños y diversifica más la ayuda. Añadió que estos proyectos abarcaban, entre otros ámbitos, el de la salud. Entonces, se me ocurrió preguntarle si dentro de los proyectos de salud se incluía el aborto (ya sabe, por lo de la «salud reproductiva»). Ante lo cual, la informadora me respondió con un nítido: «¡Claro!», dando por hecho que yo aplaudía la medida de eliminar la pobreza eliminando al pobre, o que me parecería lógico promover el desarrollo humano postnatal «interrumpiendo» el prenatal.
Mi respuesta fue una clara negativa a ese apadrinamiento, a lo cual sucedió un silencio de contrariedad y sorpresa por su parte, y, posteriormente, la propuesta de incluir en mi apadrinamiento la petición de que no se realizasen abortos con mi dinero. Ante esto, les propuse que me lo certificasen, en cuyo caso accedería al apadrinamiento, y ahí quedó la cosa hasta anteayer. En esta nueva llamada, otra amable voz femenina comenzó informándome de que, tras haber estudiado mi propuesta, no podían garantizarme que no se efectuarían abortos con mi dinero, pero eso sí, de practicarse, sería siempre respetando la ley del país de turno.
Posteriormente, me informó de que Ayuda en Acción no era confesional, ni católica, pero que podía proporcionarme los datos de una ONG católica (Cáritas), a lo cual le objeté que el aborto no era una cuestión de confesionalidad, sino de simple respeto del derecho a la vida.
En España hay muchas personas contrarias al aborto, católicas o no, que están costeándolo sin saberlo o sin quererlo, a través de ONG´s, de impuestos fiscales al Estado o CC.AA, de empresas que financian abiertamente el aborto… Ya es hora de cortarles el grifo a los que sufragan el mayor genocidio de la Historia. Y también es hora de que el Estado y las distintas ONG´s, tan comprometidas y meritorias en gran parte de su labor (incluida Ayuda en Acción), sufraguen el derecho de la mujeres pobres o necesitadas a no abortar. ¡No, en nuestro nombre! ¡No, con nuestro dinero!
Pablo Sánchez
«La vida humana es sagrada e inviolable en cada momento de su existencia, también en el inicial que precede al nacimiento.» (Juan Pablo II)