Dorothy Day, hacia la beatificación.

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(…) abogaron por medios puros (no violentamente) y por medios pobres, empezando por sus propias vidas. La propaganda debía hacerse más con la acción que con la palabra.

Si se estudia un poco la vida de Dorothy Day, se verá que tuvo conexiones con la madre Teresa y con Teresa de Lisieux.

Misionera de los pobres

Había un común denominador entre ellas: su tremendo e incondicional amor a los pobres. Lo que me resulta más difícil comprender es su devoción a la santa de Lisieux. Esta es misionera y evangelizadora desde su clausura, ofreciendo oraciones y sacrificios por las misiones de la Iglesia universal. Dorothy Day viene a ser como la misionera de los pobres de América. Llevada de su devoción a la santa, se tomó tiempo libre para escribir un libro sobre ella. Y fue allí donde descubrió que sus vidas, si no paralelas, al menos no eran tan dispares; y también que las dos sacaban su inspiración y aliento de la misma fuente: Cristo y su Evangelio.

Dorothy Day se convirtió al catolicismo en 1927, a la edad de 30 años. Según narra ella misma en su autobiografía La larga soledad, el Movimiento del Obrero Católico, que fundó junto a su esposo, el filósofo Peter Maurin, fue inspirado por la persona del príncipe ruso Peter Kropotkin. Nacido en 1842, Kropotkin luchó contra las injusticias sociales y contra los malos tratos que en la época se daba a la servidumbre. Para él, los grandes terratenientes, el Estado y los prestamistas eran los tres vampiros que tenían esclavizados al trabajador agrícola e industrial.

La fuerza de la palabra

A pesar de esa realidad, y admitiendo la necesidad de cambio, abogaron por medios puros (no violentamente) y por medios pobres, empezando por sus propias vidas. La propaganda debía hacerse más con la acción que con la palabra. Jesús predicaba, es verdad, pero también sanaba. Había que ir a la conversión personal, no a la conversión de masas. El Movimiento había aceptado la consigna Trabajar como si todo dependiera de uno; rezar como si todo dependiera de Dios.

¿Hasta qué punto Dorothy Day era radical? Por de pronto, ella no aceptaba lo que hoy llamaríamos católicos de cafetería. Para ella, el Evangelio era una túnica inconsútil, sin costura. Los soldados no dividieron en partes la túnica de Jesús, sino que la sortearon. Según el padre John Hugo, su amigo y director espiritual, Dorothy Day fue una luchadora contra las injusticias de la sociedad capitalista en la que vivió, insistiendo en que cada ser humano debe contar con los medios esenciales para llevar una vida digna. Dorothy Day también repetía que las obras de misericordia deben ser practicadas por todos, no sólo por los espirituales superstar. Y hay que practicarlas sin mirar a quién. Y cuenta el caso de uno que aceptó en su casa a un hombre con aparente necesidad material y espiritual. Hice que se bañara, le invité a que descansara en mi propia cama, le ofrecí café y unos sandwiches y sólo cuando se fue noté que me había desaparecido la cartera. Dorothy Day creó unas cuarenta casas de hospitalidad para marginados.

Con el tiempo, la santidad de esta mujer se fue haciendo de dominio público. Ella quería ser santa en contacto con la gente, no quería ser santa de las que se veneran a distancia, expuestas en una peana. Conocemos su vida pecadora; pero como Agustín y María Magdalena, también ella alcanzó la gracia del perdón y de la conversión radical. Se está trabajando en la causa de beatificación. Esperemos que pronto la podamos ver en los altares.