EDUCAR para la RESPONSABILIDAD. Por Bernabé Tierno

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Muchos jóvenes me preguntan que cuándo son adultos y maduros psicológicamente y mi respuesta es siempre la misma: Cuando seas capaz de hacer lo que debes, lo que verdaderamente te conviene en lugar de lo que te apetece, y demuestres ser responsable de tus actos y de tu vida; entonces has llegado a ese mínimo de madurez…



Por Bernabé Tierno. Psicólogo, Pedagogo, escritor

Muchos jóvenes me preguntan que cuándo son adultos y maduros psicológicamente y mi respuesta es siempre la misma: Cuando seas capaz de hacer lo que debes, lo que verdaderamente te conviene en lugar de lo que te apetece, y demuestres ser responsable de tus actos y de tu vida; entonces has llegado a ese mínimo de madurez.

¿Cómo educar a los hijos para que sean responsables de su vida y de sus actos? Los discursos y sermones sirven de poco. Hay que exigirles que tomen decisiones firmes y bien pensadas cada día, que recaben información sobre las opciones que se les presentan y sobre las consecuencias, positivas o negativas, que seguirán a cada opción y, después, decidan.

Deben aprender, desde niños, a adquirir compromisos personales y a llevarlos a cabo aunque el esfuerzo sea importante. La educación para la responsabilidad corre paralela con la educación para la libertad interior de acción. Además, los padres que pretenden fomentar la responsabilidad en sus hijos deben seguir el esquema de actuación que se sigue:

1. Puesto que el niño nace sin saber lo que es bueno o malo, serán los padres los que se lo indiquen al principio hasta que, con el tiempo, el mismo niño sepa distinguir lo bueno de lo malo. En consecuencia, no hay más remedio que establecer unas normas y unos límites que le indiquen al niño lo que debe hacer en cada momento. Esto le da seguridad y tranquilidad. De no obrar así, el niño será malcriado, caprichoso y débil.

2. Según la edad y capacidad del niño, hay que darle ciertas responsabilidades en las tareas del hogar.

3. No darle normas contradictorias. La coherencia educativa y el acuerdo entre los padres es fundamental para educarles en la responsabilidad.

4. Predicar con el ejemplo. Los padres responsables y que cumplen lo que prometen tienen autoridad moral.

5. Recompensar la responsabilidad, el esfuerzo y el autocontrol. Que el hacerse cargo de sí mismos les reporte a los hijos beneficios y, al contrario, el ser irresponsables no les reporte nada positivo.

6. A medida que los hijos demuestran que saben ser responsables y utilizar bien su libertad, premiarles con más confianza y libertad.