El 20% de los asalariados es pobre en las ciudades con más de 150.000 habitantes

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La pobreza no está siempre ligada al desempleo. Se puede ser pobre, aunque sea en términos relativos, y tener empleo. Así lo refleja un estudio elaborado por el Ayuntamiento de Barcelona.

Los datos reflejan una tendencia cada vez más acusada: tener empleo no evita necesariamente que un asalariado caiga en situación de pobreza laboral. ¿Cómo se define este concepto? Desde luego, no es ser mileurista. El criterio más utilizado en las estadísticas europeas lo vincula al hecho de que los ingresos de un trabajador no alcancen el 60% de la mediana de los salarios, concepto que es más representativo que el salario medio porque evita que valores extremos sesguen hacia un lado o hacia otro el resultado final.

Se trata, por lo tanto, de una pobreza relativa, no absoluta, por lo que en realidad mide más la desigualdad que una situación de extrema necesidad. El resultado, según el departamento de análisis del Ayuntamiento de Barcelona es que Elche (Alicante), Palma de Mallorca y Las Palmas fueron en 2020 las ciudades españolas donde se registraron los mayores niveles de pobreza laboral entre las poblaciones con más de 150.000 habitantes. En el lado opuesto se sitúan Zaragoza, Sabadell (Barcelona) y Burgos.

Se puede ser ‘rico’ con 25.000 euros en una ciudad y ‘pobre’ en otra con los mismos ingresos

La media para el conjunto de España, es decir, el porcentaje de asalariados que no alcanzan el 60% de la mediana de ingresos, se sitúa en el 20,6%, lo que significa que uno de cada cinco trabajadores ha caído en situación de pobreza relativa. La horquilla se mueve entre el 27,2% de Elche (con un salario medio equivalente a 19.805 euros) y el 15,5% de Zaragoza, con un salario medio de 25.065 euros. La ciudad de Madrid, donde los salarios son los más altos de España (32.610 euros), se sitúa en el 18%, dos puntos por debajo de la media nacional.

Lo que destaca el estudio es que para identificar el tamaño de la pobreza laboral en una determinada población no basta con conocer el salario medio de un individuo, sino que hay que ponerlo en relación con los ingresos que percibe el resto de asalariados. Se puede ser ‘rico’ con 25.000 euros en una ciudad y ‘pobre’ en otra con los mismos ingresos. De ahí que lo que se considera, en realidad, es la desigualdad medida a través de la llamada pobreza laboral. Se es pobre en relación con algo, salvo que este concepto se aplique en términos absolutos, lo que es más propio de países en situación extrema.

Los datos se refieren al año 2020, un ejercicio atípico debido a la pandemia, lo que explica que los salarios de los sectores más castigados por las restricciones a la movilidad sean los más perjudicados. “A la vista de estos resultados, está claro que las ciudades con mayor especialización en turismo o servicios a las personas, con más presencia de trabajadores de nacionalidad no española ni de la UE y con predominio de microempresas en el territorio son aquellas con mayor porcentaje de pobreza salarial”, sostienen los autores.

Los más vulnerables

Esto hace que la pobreza salarial sea especialmente significativa en la hostelería (73,7%), la inmigración no UE (49,6%), los trabajadores a tiempo parcial (45,7%) y los no cualificados (42,7%). Por el contrario, los niveles de pobreza laboral se sitúan por debajo del 10% en las empresas con más de 200 trabajadores, en la Administración pública, en la industria, y entre los trabajadores más cualificados (licenciados, graduados o gerentes de empresa), apenas un 2,3% están en situación de pobreza laboral. El hecho de que el año de referencia sea 2020, el año de la pandemia, significa que en 2021, ya con la recuperación en marcha, el resultado final será algo distinto.

Para alcanzar estas conclusiones, lo que hace el trabajo de Dolors Cotrina y de Alex Costa, analistas de datos del Ayuntamiento de Barcelona, es utilizar para su estudio la Muestra Continua de Vidas Laborales (MCVL), que recoge toda la información de los trabajadores inscritos en la Seguridad Social, lo que la convierte en el mejor instrumento para conocer la realidad salarial de los trabajadores.

España es, tras Rumanía, el país de la Unión Europea donde el riesgo de pobreza es mayor para los trabajadores con empleo

Como dice el trabajo, publicado en la revista de la Asociación Española de Ciencia Regional, la MCVL tiene algunas ventajas importantes para el estudio de los salarios en el territorio. Así, por ejemplo, cuenta con la fiabilidad propia de los registros fiscales, la desagregación territorial para municipios de más de 40.000 habitantes, con una muestra suficiente y, finalmente, su puntualidad, derivada del hecho de que su fuente de información son las retenciones, con lo que se avanza la disponibilidad de los resultados al menos en un año respecto de las estadísticas que utilizan como fuente las declaraciones fiscales.

Este análisis coincide con otros publicados recientemente. El Instituto Sindical Europeo (ETUI, pos sus siglas en inglés) ha estimado que la pandemia ha aumentado la desigualdad golpeando más a los trabajadores más vulnerables. En 2019, el 9% de la población activa en la UE vivía en un hogar en riesgo de pobreza, es decir, el ingreso familiar disponible era inferior al 60% de la mediana de ingresos. Este número fue ligeramente superior al de 2010, cuando fue del 8,5%, a pesar de que los gobiernos se han puesto como objetivo reducir tanto los hogares en riesgo de pobreza como la tasa de trabajadores pobres.

En línea con lo que sostiene el estudio del Ayuntamiento de Barcelona, el riesgo aumenta, fundamentalmente, en los trabajadores de menor nivel educativo, quienes tienen contratos a tiempo parcial o temporales y los inmigrantes de fuera de la Unión Europea.

Respecto a 2020, y gracias al importante apoyo brindado a los hogares con instrumentos como los ERTE, la prevalencia de la pobreza laboral no aumentó significativamente en la mayoría de los Estados. Incluso disminuyó en un punto porcentual en Portugal y España, y más modestamente en Rumania, Hungría, Bélgica y Austria. Ahora bien, España es, tras Rumanía, el país de la Unión Europea donde el riesgo de pobreza es mayor para los trabajadores con empleo. En Finlandia, Bélgica y Eslovenia, por el contrario, es donde el riesgo es menor.

Por Carlos Sánchez

Fuente: El Confidencial