El aborto sigue creciendo en España

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Un reciente informe del Ministerio de Sanidad muestra que el aborto en España sigue aumentando. No es la primera vez que denunciamos que el aborto es el acto más abominable de una cultura de muerte que niega la solidaridad y que antepone el lucro, el capital, a la persona que se dignifica y crea riqueza con su trabajo creativo.

Se legitima así todo tipo de atropellos contra el hombre, sometiéndolo a vejaciones y explotación, y reduciéndolo a la esclavitud y a la muerte. Es la cultura que sustenta al capitalismo que, en su fase actual de desarrollo, trata de imponer en el mundo un imperialismo totalitario.

En este contexto es donde las leyes del aborto encuentran su más clara explicación. El totalitarismo necesita no sólo el control de la población, sino la adhesión interior de sus víctimas, convertirse en su propia conciencia. Es por ello que tiene que hacernos participar a cada uno de nosotros de ésta aniquilación. Cuanto más herido esté cada corazón por la complicidad y cuanto más injusto sea el crimen en el que participemos, más necesitará justificar, como un orden normal, un desorden que obtiene su ganancia de la explotación y el asesinato del débil. Es así como una legislación que aceptamos como justa, en una democracia, nos convierte a todos en cómplices, en agresores reales, en personas heridas incapaces de rebelarnos ante toda injusticia (no sólo la que nos afecta a nosotros).

Los partidos al servicio de este imperialismo totalitario, ya sea PSOE o PP, o cualquier otra coalición del arco parlamentario, son esencialmente abortistas. No vale, como ocurre en algún caso, oponerse al aborto y luego no manifestar un respeto coherente a una dignidad que acompañará al nacido durante toda su existencia. Tampoco lo contrario.

De modo que sí: el PP es también un partido abortista. Es el partido que ahora necesita el capital. Porque aunque dice con la boca chica “no al aborto”, no le tiembla el pulso para hacer recortes en políticas sociales, robando a los pobres a favor de la banca; tampoco para precarizar el empleo hasta situaciones desconocidas para la mayoría de los españoles, ni para aceptar como inevitable los 6 millones de parados, hundiendo en la desesperación a toda una generación; o para aumentar los impuestos a los débiles y permitir el fraude de los fuertes. Un partido que desahucia al enfermo, al anciano, al inmigrante y al que no tiene protección mientras bulle la corrupción en su cúpula, es un partido “abortista”.

No es de extrañar, porque ya lo demostró en el período de Aznar, que el PP haya permitido que se cierre el año 2011 con un crecimiento de más de un 4% de abortos, superándose ya los 118.000. Y tampoco es de extrañar que tras más de un año de mayoría absoluta siga presenciando impasible los 120.000 asesinatos de no nacidos que este año pasado se habrán producido.

¿Quién esperaba otra cosa? ¿Quién se hará ahora responsable de su mayoría absoluta?

Fuente: Revista Autogestión