En España, joven y vivienda siguen siendo términos que no se llevan nada bien. Es una de las conclusiones a las que ha llegado el Consejo de la Juventud, en España, relativo al primer semestre de este año, que asegura que sólo el 19,7% el porcentaje de jóvenes de entre 16 y 29 años pueden acceder a una vivienda
Por Comunidades, Madrid es en la que los salarios son más altos, mientras que en Extremadura los sueldos son menores. Si comparamos estos datos con los del año pasado, vemos que la situación empeora ya que las cifras de este año son 4,84% más bajas a las del mismo período del año anterior. De hecho esta cifra es la más baja en los últimos 12 años.
Y uno de los problemas es el aumento anual de los precios de compra y alquiler de vivienda. Los hogares jóvenes deberían realizar un sobreesfuerzo económico por encima del recomendado para acceder a la compra o el alquiler de una vivienda libre.
Las condiciones laborales de la población joven ocupada están muy marcadas por una cada vez mayor precarización en el empleo. De hecho, el salario medio de las personas jóvenes ha descendido un 3,91% en el último año y en 2015 una de cada cuatro personas jóvenes ocupadas se encontraba en situación de pobreza.
Encarecimiento de la vivienda
También los adultos de entre 30 y 34 años, que tradicionalmente ha mantenido unas pautas residenciales muy estables, acumula tres trimestres consecutivos de descensos, el último de algo más del 7%.
El encarecimiento de la vivienda, tanto en propiedad como de alquiler, hace inviable la independencia de los jóvenes españoles, ya que en uno u otro caso deberían pagar más de la mitad de lo que sus salarios realmente les permite.
Además la mayoría de los contratos siguen siendo temporales, de forma que el 92,5 % de los que se hacen es a jóvenes.
En los EEUU
El salario mínimo en los EEUU no permite con 40 horas a la semana pagarse un alquiler de pocos metros (1 habitación), tienes que hacer al menos 50 horas (Véase mapa adjunto)
Primeras y negativas consecuencias para los migrantes empobrecidos y para la cada vez mayor cantidad de trabajadores en los países del Norte que quedan apartados de la «tarta de la productividad».
Redacción: solidaridad.net