Desde hace quince días, las mujeres afganas se enfrentan a una nueva prohibición de los talibanes, el sonido en público de voces femeninas, incluyendo cantar, recitar, o hablar frente a micrófonos.
«De acuerdo con esta ley, el Ministerio -para la Propagación de la Virtud y la Prevención del Vicio- está obligado a ordenar el bien y prohibir el mal (…) y también es responsable de la paz y la fraternidad entre la gente», indicó el portavoz del Ministerio de Justicia, Barkatullah Rasooli, en una declaración publicada la pasada semana por el canal afgano Tolo News.
Esta medida, que se suma a una larga lista de prohibiciones, ha impulsado un movimiento en redes sociales que se está amplificando. Este 29 de agosto, decenas de mujeres han publicado varios videos en los que se les observa cantando.
«Nuestra voz no es Aurat (privada) y tentadora, tus ojos fabrican tentaciones» o «mi rostro no es tentación, tus ojos fabrican tentaciones», son algunas de las proclamas que canta una decena de mujeres -algunas de ellas con el rostro tapado- en uno de los vídeos que circuló en redes sociales, según recoge EFE.
En las imágenes que circulaban en redes, se pueden ver a mujeres cantando, mientras sostienen carteles, con el rostro tachado del líder supremo de los talibanes, el mulá Hibatullah Akhundzada, que acaban partiendo por la mitad.
Aparecen tanto solas como acompañadas en estos vídeos, reivindicando su derecho a mostrarse y expresarse públicamente. «Los talibanes han impedido mi voz, mi rostro, mi mirada y mi presencia. Ven y sé mi voz por última vez y di: Mujeres, vida y libertad«, se escucha en un fragmento.
Políticas de los talibanes
Desde su llegada al poder en agosto de 2021, los talibanes han impuesto un goteo implacable de prohibiciones contra las mujeres que las empujan a quedar cada vez más recluidas en el ámbito privado, a imagen de lo que sucedió durante el anterior régimen de los talibanes, entre 1996 y 2001.
Estas limitaciones incluyen la prohibición de la educación secundaria y superior femenina, o que las afganas desempeñen la mayoría de trabajos. Los talibanes justifican estas medidas bajo el amparo de la interpretación que hacen de la sharia o ley islámica.