El chikungunya se ceba con los empobrecidos

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Los casos registrados en Venezuela representan el doble de los ocurridos en 37 países. En Haití se extiende en las chozas de la mayoría empobrecida

Venezuela

El ex ministro de Salud José Félix Oletta expresó que el chikungunya debe ser considerada una epidemia en el país.»Esta es una calamidad pública a la que el Gobierno (Venezuela) no ha querido poner nombre. El Ministerio para la Salud está en mora con la población”, dijo.

Explicó que la enfermedad es transmitida única y exclusivamente por un vector (el mosquito Aedes Aegypti) y que, al consultar datos oficiales y otros referidos por el entorno científico, se revela que más de 15% de las viviendas del país tienen reservorios de estos mosquitos.

“Esta cifra es muy elevada, si consideramos que la Organización Mundial de la Salud usa como referencia permisible de domiciliación médica una cifra hasta 1%.

Históricamente se conoce que cuando los valores llegan a 5% se asocian con epidemia, por lo tanto estar entre 15% y 20% es un riesgo extremadamente alto para nuestro país», agregó Oletta durante el anuncio de la Alcaldía Metropolitana de la activación del Centro Metropolitano de Abatización, que se encargará de combatir el virus.

El ex ministro de Salud sostiene que hasta la fecha hay 1,5 millones de casos de fiebre notificados y que se calcula que hay 1,5 millones más por personas que no asisten a los centros asistenciales y se automedican.

“Estimamos que son 3 millones de personas que han sufrido la epidemia en 23 semanas (…) Los casos registrados en Venezuela representan el doble de los ocurridos en 37 países, según la Organización Panamericana de la Salud”, dijo.

Haití

Chikungunya2En un enmarañado conjunto de endebles chozas hechas principalmente de lonas de plástico y planchas de madera, una joven madre acuna a su niña enferma, que llora intentado protegerse del feroz sol tropical.

Delimene San Lise dice que está haciendo todo lo posible para consolar a su hija de dos años y controlar su elevada fiebre en lo que se ha convertido rápidamente en una común agonía en esta improvisada comunidad de chozas ubicada en un canal atascado de basura en la capital haitiana.

“Durante los últimos tres días, su cuerpo se calienta mucho y todo le duele”, dijo San Lise sentada en un colchón de su hogar, un lugar sofocante con paredes de plástico que aleteaban sin cesar en el polvoriento distrito de Delmas, en la capital. “Lo sé porque yo tuve esta horrible enfermedad antes de ella”.

La nueva plaga en Haití se llama chikungunya. Es un virus transmitido por mosquitos, raramente fatal pero muy doloroso, que se ha extendido rápidamente por todo el Caribe y partes de América Latina desde que empezó a propagarse en la pequeña isla caribeña de French St. Martin el año pasado, posiblemente traído por un viajero infectado.

Haití está demostrando ser particularmente vulnerable debido a que muchas personas viven como San Lise y sus vecinos, hacinados en viviendas desvencijadas con terribles condiciones sanitarias, el caldo de cultivo ideal para los mosquitos que transmiten la enfermedad.

“Chikungunya ha sido implacable en Haití. La falta de infraestructura básica, las medidas deficientes de control de mosquitos, y las profundas desigualdades sociales y económicas obstaculizan los esfuerzos de prevención y tratamiento”, indicó un nuevo informe sobre la epidemia en Haití presentado por el Instituto Igarapé, un grupo de estudios con sede en Brasil.

Desde el primer caso documentado del virus en Haití en mayo, se han producido cerca de 40.000 casos sospechosos atendidos por personal médico, según informa la Organización Panamericana de la Salud. Los únicos lugares con números más altos son la vecina República Dominicana y Guadalupe.

Chikungunya3Pero hay muchos indicios de que el número real es mucho mayor en Haití, un país de 10 millones de personas que lucha contra muchas cargas, una pobreza aplastante, falta de acceso al agua potable y el hecho de que al menos 146.000 personas desplazadas por el terremoto de enero 2010 todavía viven en casas improvisadas.

En Haití, la situación ha empeorado tan rápido que mucha gente se ha resignado a que padecerá el virus, conocido como “kaze le zo” o “rompe huesos” en idioma creole, debido a un dolor de articulaciones tan intenso que algunos pacientes apenas pueden caminar o utilizar los dedos durante días. No hay vacuna, y el único tratamiento es medicación básica para el dolor y líquidos para evitar la deshidratación.

Los síntomas dolorosos del chikungunya suelen disiparse en una semana, y la gente desarrolla inmunidad al virus tras padecerlo. Pero algunos pacientes pueden desarrollar complicaciones graves e incluso que pongan en riesgo su vida, como fallo respiratorio.

Los brotes del chikungunya llevan tiempo haciendo empobrecidos a la gente en África y Asia. En el hemisferio occidental, donde la enfermedad es nueva y avanza veloz, las autoridades sanitarias trabajan para educar al público y reducir la población de mosquitos.

Fuente: El Nacional (Ve), La Patilla