El gobierno de Somalia recluta niños soldados con el consentimiento de EEUU

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 Nairobi  29/10/2010

Con el ajusticiamiento este jueves por parte de las milicias de Al Shabab de dos jóvenes somalíes de 14 y 16 años acusadas de ser espías, el país africano vuelve a despertar las miserias de un conflicto en el que los menores de edad son su máximo exponente.

Sin embargo, esta infamia moral no se limita tan sólo a los rebeldes islamistas. Según denunciaba recientemente el director ejecutivo de Unicef, Anthony Lake, así como la representante especial del secretario general de la ONU para los Niños en Conflictos Armados, Radhika Coomaraswamy, el Gobierno somalí estaría reclutando para sus filas a decenas de niños soldado, algunos de tan sólo nueve años.

De igual modo, según señalan varias organizaciones locales, las propias escuelas estarían siendo utilizadas como centros de reclutamiento.

Precisamente esta semana, Coomaraswamy aseguraba sentirse “muy decepcionada” por la decisión del presidente estadounidense, Barack Obama, de seguir prestando apoyo financiero al Gobierno de Sharif Sheikh Ahmed, pese a su más que palpable violación de derechos humanos.

Aunque los motivos parecen obvios. En la actualidad, tanto EE.UU. como Somalia son los únicos países del mundo que se mantienen sin ratificar la Convención sobre los Derechos del Niño, de 1989. Un texto que impide la participación de menores en conflicto, así como su tráfico.

Mientras, la sangría educativa continúa. Según la organización “Global Campaign for Education”, el índice de escolaridad de Somalia es de tan sólo el 10% y su analfabetismo del 70%; lo que convierte al país africano en el “peor lugar del mundo para los menores en edad colegial”.

Así que ante la ausencia de escuelas, no es extraño que el conflicto se retroalimente.

Ya el pasado año, una niña de tan sólo 13 años fue lapidada en la ciudad de Kismayo por milicianos de Al Shabab, tras haber sido acusada de adulterio. Paradójicamente, la menor había sido violada tan sólo una semana antes, y en repetidas ocasiones, por tres de los rebeldes.