Las luchas de los empobrecidos están siendo silenciadas. Seamos nosotros la voz de quienes no la tienen y salgamos a las calles en estas fechas a denunciarlo…
Señor director:
Este verano conocí a Donato en un curso del Aula Malagón-Rovirosa. Donato es un periodista africano. Ahora que llegan las fechas navideñas y todos queremos «jugar» a ser solidarios recuerdo continuamente sus palabras.
Donato no cuenta nada nuevo, puesto que todas las cosas se saben perfectamente. Quizá ese sea nuestro problema; que ya nos lo sabemos. Así, la mayor parte de los conflictos armados, de las hambrunas y demás situaciones de caos que se producen en África no son debidos a luchas tribales, ni a desastres naturales, ni nada por el estilo. Se trata de luchas de intereses de las potencias occidentales que defienden sus inversiones y las fuentes de materias primas que sirven para que los europeos seamos cada vez más libres y prósperos.
Hay un triple objetivo fijado para África: explotar los recursos naturales, base del bienestar de Europa; explotar la mano de obra africana de origen necesaria para hacer producir esos recursos; y favorecer la emigración de africanos hacia Europa con el fin de que se ocupen de los trabajos que ya no queremos realizar. El resto nos sobra, y por eso los matamos de hambre.
Ante este triple objetivo, los ciudadanos europeos apadrinamos niños (ya incluso por menos de 1 euro al día), o nos los traemos de vacaciones, o mandamos unos cuantos kilos de arroz con la operación kilo, o hacemos no se qué subastas, bocatas solidarios, festivales de música solidarios, cuentas bancarias solidarias …
Donato afirma que la única ayuda útil que necesita África es que se creen en sus países las condiciones mínimas para que se pueda vivir en ellos. Que todo lo demás sólo está destinado a tranquilizar nuestras conciencias. Y esto sólo se puede conseguir con propuestas políticas, y no con ONG´s, ni 0,7%.
Si todos los médicos africanos que viven fuera de su país pudieran regresar, se acabaría el problema de la salud en África, si todos los profesores, abogados, obreros y peones, arquitectos… que están trabajando en nuestros países pudieran hacerlo en los suyos con un salario digno, no habría emigración y se acabarían los problemas de África.
Pero empresas europeas son las que sostienen las dictaduras en África. Y las armas con que se montan golpes de estado son suministradas por los occidentales y hay países enteros en manos de una sola multinacional que controla toda su economía.
Señoras y señores, mientras sigamos sin plantear estos problemas desde sus causas y en el plano político, y sigamos haciendo 0,7%, y apadrinemos y demos un kilo y otro…. no estaremos más que perpetuando este abismo de injusticia con los países que hemos empobrecido. Que no son pobres, que tienen riqueza hasta para que se la robemos.
Las luchas de los empobrecidos están siendo silenciadas. Seamos nosotros la voz de quienes no la tienen y salgamos a las calles en estas fechas a denunciarlo
MªLuisa Sáinz Martín
Astillero (Cantabria)
arcerasainz@arsystel.com