El Imperialismo tira de la cadena

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Roma no paga traidores. Nunca esto fue tan verdad como hoy. En 1887 los obreros mártires de Chicago morían por unas mejores condiciones de trabajo dando un gran paso en la historia de las luchas de liberación del Hombre.

Hoy los sindicalistas no están en el patíbulo con la soga de la horca al cuello sino en lo más alto de los consejos de administración de grandes empresas. Qué hacen UGT y CCOO en la dirección de Caja Madrid, por ejemplo, sino tomar decisiones empresariales que a la postre se traducen en inversiones en armas, cierre de empresas, hipotecas ejecutadas… contra aquellos que dicen defender.

Con la boca muy pequeña han tenido que organizar una huelga general, con servicios mínimos pactadísimos, para aparentar estar en contra de la reforma, pero su vidas, sus sueldos… les ponen del lado de los poderosos más que del parado y del explotado laboral. Desde hace más de 50 años, los sindicatos, vienen prostituyendo su identidad al servicio del imperialismo. Nacieron solidariamente para la Solidaridad y hoy en su corrupción la impiden.

Esta reforma laboral está hecha contra los trabajadores de hoy, pero sobre todo contra los niños y jóvenes del futuro. Es, por tanto, necesaria una nueva organización de los hombres y mujeres del trabajo que hagan posible avanzar la solidaridad en la Historia. Y esto no será posible sin grupos de personas capaces de dar la vida por ella como hace 125 años.

Hoy, como ayer, Roma no paga traidores. Los sindicatos ya bajan por el desagüe y quiera Dios que no se atasque. El imperialismo ha tirado de la cadena