El Movimiento Cultural Cristiano apoya la convocatoria por la familia del 2 de enero

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Las familias toman la calle reivindicando su protagonismo político.

Defender la familia no es que cada uno piense en su propia familia.

El Movimiento Cultural Cristiano y Camino Juvenil Solidario han emitido un comunicado de prensa en el que manifiestan su apoyo a la jornada de la familia que se celebrará en la madrileña plaza de Colón el próximo día 2 de enero.

El texto destaca la importancia de la calle como espacio de convivencia y encuentro, como foro o ágora en que tiene origen la democracia y como lugar de expresión de la opinión pública.

Denuncia que los grupos que salen a la calle a exponer sus ideas sufren cada vez mayores trabas por las autoridades municipales, que priman las actividades comerciales, y limitan el derecho a la libertad de expresión. Algo que el MCC constata a diario por las prohibiciones de muchos ayuntamientos a los actos de su Campaña Contra las Causas del Hambre.

En el comunicado se recuerda que la mayor parte de las familias del mundo son empobrecidas, y carecen de trabajo, vivienda, pan y educación para sus hijos, y desde las políticas de ayuda se les quiere imponer el aborto. Por ello, insiste en que “defender la familia no es que cada uno piense en su propia familia”.

Destaca, finalmente, la importancia de la llamada del papa Benedicto XVI durante la inauguración de la Sagrada Familia en Barcelona para que las mujeres puedan compaginar su vida laboral con la maternidad.

Las familias salimos a la calle
reivindicando nuestro protagonismo político

Los católicos españoles queremos comenzar en año 2011 en las calles, celebrando la Eucaristía por la familia en la Plaza de Colón el domingo 2 de enero, en el mismo escenario del Paseo de la Castellana donde pronto recibiremos al papa Benedicto XVI y acogeremos a cientos de miles de jóvenes de todo el mundo congregados para la Jornada Mundial de la Juventud.

La calle es el lugar donde transcurre cotidianamente nuestra vida. El trabajo, el transporte, la diversión,… La vida de nuestras familias se entremezcla en las calles e instituciones donde hoy nos encontramos con personas de toda raza y cultura, millones de ellos inmigrantes de los países empobrecidos, llegados a esta tierra en busca del trabajo digno, que se les niega por la explotación a la que vienen siendo sometidos sus países de procedencia.

La calle ha sido ágora y foro en el que se ha gestado la convivencia democrática. En la plaza pública las familias se asociaron para formar los primeros concejos que están en el origen de la democracia moderna, que hunde sus raíces en la cultura cristiana y en  su defensa del protagonismo de cada persona en la vida de su comunidad política.

La calle es hoy un campo de batalla por la opinión pública. El espacio común va siendo acaparado por los intereses comerciales, mientras se restringe a los ciudadanos y asociaciones el derecho a expresar libremente sus ideas. De esto tenemos mucha experiencia tras 25 años de la “Campaña por Justicia en las Relaciones Norte Sur”, ya que los ayuntamientos ponen cada vez más impedimentos para el libre desarrollo del derecho de reunión y manifestación. Del mismo modo que las leyes pretenden privar a los padres del protagonismo en la educación moral de sus hijos.

Por eso desde el MOVIMIENTO CULTURAL CRISTIANO y CAMINO JUVENIL SOLIDARIO nos sumamos a la convocatoria de los obispos españoles para celebrar en la calle un día de la familia como testimonio de la vida solidaria que nace de la entrega mutua de los esposos unidos en matrimonio, como agradecimiento del don de la vida que nace de su unión y como denuncia de los ataques que sufre la familia en la actualidad.

No podemos olvidar que la mayor parte de las familias del mundo son empobrecidas. Que los salarios de hambre y muchas veces la esclavitud les privan de lo necesario para vivir. Que sus casas son chabolas que impiden una convivencia propiamente humana.  Que donde no llega la electricidad o el agua potable, se difunde la droga, el alcohol, la violencia,… y los medios de comunicación manipuladores de la conciencia. Que el sistema sanitario y las supuestas ayudas les imponen el aborto, que es fuente de mayores sufrimientos. Que sus hijos no tienen acceso a la escuela, que de existir no cumple las condiciones necesarias, y muchas veces deben abandonar su educación, forzados a trabajar víctimas de un sistema económico que pone el lucro por encima de la dignidad de la persona.

Defender a la familia no es que cada uno piense en su propia familia, sino descubrir que la vocación de toda familia es luchar a favor de las familias más pobres, y hacer un mundo de justicia para que el conjunto de la humanidad sea una familia presidida por esa forma superior del amor cristiano que es la solidaridad.

Defender la familia es trabajar para que pueda contar con una casa y un trabajo; es combatir la inmoralidad de la usura, de la explotación laboral y del paro. Benedicto XVI reclamaba el derecho a la familia y al trabajo en la consagración de la basílica de la Sagrada Familia de Barcelona, ante el escándalo de quienes, sirviendo a la dictadura del mercado, oponen la promoción de la mujer a su vocación a ser madre y esposa. Su  promoción no debe empujarles a renunciar a su maternidad, ni a buscar una solución en el asesinato del hijo ya concebido, como tantas veces está ocurriendo.

Así lo demandó el Movimiento Obrero, desde sus orígenes, que se enraízan en la cultura solidaria de las familias pobres y trabajadoras de Europa. Familias militantes, cuyos hijos eran su mayor tesoro, y denunciaban el aborto y el divorcio como propios de la inmoralidad de la burguesía.

Defendemos el protagonismo político de la familia. Por ello llevamos décadas en las calles promoviendo la militancia propia de los laicos cristianos. Y nos sumamos a esta convocatoria eclesial, como uno más de los actos que permanentemente hacemos en la plaza pública con la revista “Autogestión”, la “Campaña por la Justicia en las relaciones Norte Sur”, las ediciones “Voz de los sin voz”,… y en solidaridad con las familias empobrecidas que hoy siguen luchando por la justicia en todo el mundo.

MOVIMIENTO CULTURAL CRISTIANO

y CAMINO JUVENIL SOLIDARIO