El gasto militar mundial tocó máximos desde la Guerra Fría en 2018, impulsado por el acelerón en los presupuestos de defensa de Estados Unidos y China. Los desembolsos militares globales subieron un 2,6% el año pasado hasta 1,82 billones de dólares (1,63 billones de euros), según el Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo (SIPRI).
El gasto, equivalente al 2,1% del Producto Interior Bruto (PIB) global, marcó un récord desde 1988, cuando este organismo empezó a recopilar datos consistentes a escala global. La cabalgada, que supone un incremento del 76% desde el mínimo de 1998, se debe en gran medida a Estados Unidos y China, mientras que el presupuesto de Rusia decreció ligeramente en términos interanuales.
«En 2018, Estados Unidos y China supusieron cerca de la mitad del gasto militar global. El mayor gasto se debe principalmente a los significativos incrementos de estos dos países», explica el investigador NanTian, del programa de Gasto Armamentístico y Militar del SIPRI.
Sube el presupuesto de Washington y Pekín...
Según el respetado informe anual, Estados Unidos sigue siendo con amplia diferencia el país que más destina a armamento y suma casi tanto como el gasto combinado de los siguientes ocho países que más dedican a defensa. El incremento con respecto a 2017 es del 4,6%, hasta alcanzar los 649.000 millones de dólares (579.840 millones de euros). «El aumento estadounidense se debe a la puesta en marcha de los programas de aprovisionamiento de nuevas armas de 2017 de la administración (del presidente Donald) Trump», aclaró Aude Fleurant, directora del programa de Gasto Armamentístico y Militar del SIPRI.
El segundo en términos absolutos es China, con el 14% del gasto militar global. Su presupuesto de defensa encadena 24 subidas interanuales consecutivas. La de 2018 fue del 5,0%, hasta situarse en los 250.000 millones de dólares (223.360 millones de euros). Esta partida es en la actualidad diez veces más grande que hace un cuarto de siglo. «El aumento del gasto militar chino sigue paralelo al crecimiento económico general del país», explica Tian, quien asegura que desde 2013 Pekín ha destinado anualmente el equivalente al 1,9 % de su PIB a defensa.
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El modelo a seguir, explica el estudio, es Francia. Es, añade, el más claro exponente de «simbiosis entre estrategia de seguridad e industria militar de toda Europa»
… y cae el gasto en Rusia
Arabia Saudí, India y Francia siguen a Estados Unidos y China en la tabla. El gasto combinado de este «Top 5» supone el 60% del global. En sexta posición y muy lejos de la cabeza se encuentra Rusia, que recorta por segundo año consecutivo su presupuesto militar. En 2018 le dedicó a esta partida 61.400 millones de dólares (54.860 millones de euros), menos de una décima parte de lo que gastó Estados Unidos y la cuarta parte de lo presupuestado por China.
El miedo a Moscú, sin embargo, siguió espoleando el gasto militar entre su vecindario. «Los incrementos en el centro y este de Europa se deben principalmente a la creciente percepción de la amenaza desde Rusia», consideró PieterWezeman, investigador del programa de Gasto Armamentístico y Militar del SIPRI. Aquí destaca los repuntes de Polonia, de un 8,9% hasta 11.600 millones de dólares (10.364 millones de euros) y Ucrania, de un 21% hasta 4.800 millones de dólares (4.288 millones de euros). Los presupuestos de Bulgaria, Letonia, Lituania y Rumanía también se dispararon el año pasado entre un 18% y un 24%.
La OTAN y el 2% del PIB
Los 29 países miembros de la OTAN dedicaron en total 963.000 millones de dólares (860.378 millones de euros) a defensa, lo que supone el 53% del gasto militar global, pero con grandes diferencias entre los aliados pese a las críticas del presidente Trump. El mandatario estadounidense lleva años exigiendo a sus socios que aumenten sus contribuciones para distribuir de forma más justa las cargas financieras dentro de la Alianza Atlántica y alcanzar cuanto antes el equivalente al 2,0% del PIB. Si Washington dedica el equivalente del 3,2% de armamento, Alemania e Italia sólo emplean el 1,2% y el 1,3%, respectivamente. España, en el puesto decimosexto de la tabla global, empleó también en 2018 el equivalente al 1,3% de su PIB, la misma tasa que hace una década.
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En Oriente Medio, donde países como Siria y Yemen se desangran en crueles guerras, el gasto militar cayó en un 1,9% según el SIPRI, que reconoce ciertos vacíos en sus estadísticas regionales. El de Arabia Saudí se elevó un 8,8%, mientras que el de Irán se derrumbó un 9,5%. Los presupuestos de Irak y Baréin se contrajeron asimismo de forma notable: un 16% y un 11%, respectivamente. En esta región se encuentran además seis de los diez países donde mayor es la carga militar para el presupuesto, según los datos que maneja la institución. En Arabia Saudí supone el 8,8% del PIB, seguido por Omán, Kuwait, Líbano, Jordania e Israel, con un 4,3%.
Turquía, por su parte, fue la gran economía que más incrementó su presupuesto en defensa en términos relativos con una subida del 24% en términos interanuales hasta 18.967 millones de dólares (16.946 millones de euros). Ankara tuvo que hacer este esfuerzo presupuestario debido a su creciente implicación en la guerra en Siria.
Asia y América Latina suben, África baja
El estudio destaca también que el gasto militar ha subido todos los años en Asia y Oceanía desde que empezaron las estadísticas en 1988. La región dedica a este campo 507.000 millones de dólares (452.972 millones de euros). Se trata de un 28% del total mundial, cuando hace 30 años apenas suponía un 9,0%, según el SIPRI, que destacó el alza del 11% en Pakistán.
En América Latina también despuntó el gasto militar en un 3,1% en términos interanuales, gracias en gran medida al aumento del 5,1% de Brasil, su mayor economía. En el conjunto de África cayó por el contrario, un destacable 8,4%, según las estadísticas del SIPRI, que incluyen una caída del 49% en el presupuesto de defensa de Sudán.