Toda guerra es un crimen contra la humanidad. Si la gente supiera la verdad, -afirmaba Lloyd George el ministro británico de la guerra de 1914-, la guerra se acabaría mañana.
No olvidemos que la primera víctima en una guerra es la verdad y la mentira es un arma fundamental en la propaganda bélica. Ha salido a la luz que muchas de las justificaciones para la guerra del Golfo no eran ciertas e incluso fueron fabricadas intencionadamente para influir en la opinión pública.
“Nunca más la guerra”
«¡Hay un juicio de Dios y también un juicio de la historia sobre nuestras acciones al que no se puede escapar!”
El Papa Francisco se ha manifestando reiteradamente contra la intervención militar en Siria y ha hecho llamamientos a favor de la paz y en contra de la guerra enviando una carta a Vladimir Putin y a los líderes del G-20 pidiéndoles que abandonen “cualquier pretensión de una solución militar”; ha convocado a una jornada de ayuno y oración por la paz en Siria, en Oriente Medio y en el mundo entero junto a otras religiones, que reunió a más de 100.000 personas en la plaza de San Pedro, donde advirtió de que “la guerra solo trae muerte”. Ha acusado directamente: “Siempre queda la duda de si esta guerra de aquí o de allí es de verdad una guerra o una guerra comercial para vender armas o para incrementar su comercio ilegal”. Nuevamente ha puesto el dedo en la llaga.
Además la comunidad internacional silencia que la minoría cristiana de Siria se ha convertido en el «chivo expiatorio» de la guerra, víctima de los ataques del régimen y de los rebeldes, según ha informado el presidente de Cáritas Líbano, padre Simón Fadu. Hay una verdadera limpieza étnica de los cristianos.
La guerra es un negocio
El Banco Santander y el BBVA conceden créditos a fabricantes de armas nucleares como denuncia el Informe Don’t Bank on the Bomb.
En Siria la guerra se ha cobrado en dos años la vida de más de 100.000 civiles asesinados con armas vendidas por las grandes potencias: Reino Unido vendió armas químicas a Siria 10 meses después de iniciarse la guerra. Rusia es uno de los mayores proveedores de armas a Siria y sus negocios han superado los 4.000 millones de dólares.
El Historiador romano Tácito a comienzos del siglo II ya defendía que “El oro y las riquezas son las causas principales de las guerras”. W. Wilson, presidente de EEUU e incitador del la Primera Guerra Mundial afirmaba: “¿Hay algún hombre o mujer –qué digo, hay siquiera un niño- que no sepa que la semilla de la guerra en el mundo moderno es la rivalidad industrial y comercial?… Esta guerra ha sido una guerra industrial y comercial.”
En la Depresión de los años 30, hubo dos países que la abordaron de una manera sorprendentemente parecida: Estados Unidos y Alemania. Los dos líderes de estas grandes naciones industriales –el presidente estadounidense Roosevelt con su programa de activación económica del «New Deal» y el canciller alemán A. Hitler con su ministro de economía Hjalmar Schacht- creyeron que aquella crisis que golpeaba a sus países sólo podría resolverse de una manera: a través de la guerra.
Tras la Segunda Guerra Mundial, EEUU logra imponer su moneda, el dólar (mediante el patrón dólar-oro), como divisa hegemónica.
Intereses económicos en juego en Siria
Que permiten comprender la intensidad de la lucha por el control de Siria y del Líbano. Según el Washington Institute for Near East Policy, Siria es país de tránsito. Ofrece una salida al Mediterráneo al petróleo iraquí, saudita y de otros países del Golfo. Acercar esas zonas de producción a sus mercados le permitiría a Siria transformarse en un centro de repartición de esos recursos hacia los países de la región, tal como afirma en una nota el Ministerio de Economía francés.
En julio de 2011, Irán (principal aliado del tirano Bashar Asad) firmó numerosos acuerdos para el transporte de su gas a través de Irak y de Siria (llamada “tubería chiíta”), que cuenta con la inversión ruso-iraní, que iba a exportar el gas a Europa. Según el diario Teherán Times, el transporte de gas se llevará a cabo por un conducto de 6.000 kilómetros que atravesará Irán, Irak, Siria y Líbano para luego ir a Europa bajo el Mar Mediterráneo.
El director del Instituto para Investigación de Política y Desarrollo en el Reino Unido, Nafeez Ahmed, escribe en el periódico The Guardian, que este gasoducto «potencialmente consolidaría la posición de Irán como un poderoso actor global». «El gasoducto es una «bofetada directa» para Qatar (sunita y aliado de EE.UU), que planea construir su propio gasoducto a través de Arabia Saudita, Jordania, Siria y Turquía, también para abastecer a los mercados europeos con el apoyo de Estados Unidos.
Con el gaseoducto Irán se fortalecería y Estados Unidos perdería un gran negocio económico y una palanca de poder, ya que ese gas va a Europa, que lo necesita como agua de mayo.
Intereses rusos en Siria
En cuanto a la posición de Rusia en Siria, en el Club de Bilderberg (reuniones de las instituciones financieras más poderosas y más depredadoras del mundo) no ven con buenos ojos el rechazo de Putin a un cambio de régimen en Siria.
Murdoch tendría intereses petroleros en Siria
El magnate de los medios de comunicación Rupert Murdoch y Jacob Rothschild, de la legendaria casa de banqueros Rothschild, apoyan una guerra en Siria porque tienen intereses en los territorios ocupados por Israel en el país árabe.
«Fox News apoya la acción militar contra el Gobierno de [Bashar al] Assad, pero no informa a los telespectadores de que el dueño del conglomerado de medios [al que pertenece la cadena], Rupert Murdoch, es el copropietario de una compañía petrolera que está explotando ilegalmente recursos de la zona de Siria ocupada por los israelíes», señala el periodista de investigación Christopher Bollyn. Bollyn recuerda que «millones de estadounidenses ven las noticias de Fox News y leen el diario Wall Street Journal o alguna publicación de noticias que pertenece a Murdoch». «Estos medios generalmente apoyan la acción militar estadounidense contra Siria», agregó el periodista.
Israel concedió el pasado mes de febrero una licencia para la extracción de gas y petróleo en los Altos del Golán, territorios de Siria ocupados por el Estado hebreo, a la empresa de energía estadounidense-israelí Genie Energy, cuyos mayores accionistas son Murdoch y Rothschild. Ambos apoyarían el derrocamiento del Gobierno de Bashar al Assad porque así se debilitaría aún más Siria y la nación quedaría dividida, como sucedió con Yugoslavia en la década de 1990.
De acuerdo con el derecho internacional, es ilegal que Israel conceda derechos de exploración petrolera en territorios ocupados, afirmó por su parte el ex-embajador británico Craig Murray. Israel ocupó los Altos del Golán en la guerra de 1967, operación que la comunidad internacional no reconoció.
El colapso del dólar y la guerra en Siria
El escritor J. Manuel de Prada sobre Siria escribía en ABC: “Por aceptar euros a cambio de petróleo fue derrocado Sadam Husein; por pretender crear una divisa africana fundada en el patrón oro- el dinar, fue liquidado Gadafi; por pretender desligar las ventas de su petróleo del dólar, Irán se ha convertido en la bicha de los americanos.
El problema de fondo es que el dólar, la moneda de reserva mundial desde Bretton-Woods, está cada vez más desprestigiada; con una deuda pública mayor que todos los países de la Unión Europea juntos, cada dólar que imprime Estados Unidos es, a estas alturas, papel mojado. El colapso del dólar sólo se podrá dilatar mientras se mantenga como divisa de las transacciones internacionales de petróleo; en cuanto un grupo de países empezase a comerciar en otra divisa, Estados Unidos iría a la bancarrota. La intervención en Siria es tan sólo un subterfugio para desestabilizar aún más la zona y justificar una ofensiva contra Irán.”
En el ataque contra Siria, EE.UU. buscaría aplazar la caída del monopolio del dólar como moneda de reserva mundial. El Poder de EE.UU. se compone de dos elementos: el dólar como moneda de reserva mundial y el ejército, para aquellos que no entienden quién manda en el mundo. El analista bielorruso N. Malishevski recuerda que «ya en el primer semestre de 2013 no solo Irán y Australia, sino también cinco de las diez principales economías del mundo, incluyendo China, Japón, India y Rusia, dejaron de usar el dólar en las transacciones de comercio exterior». Este analista conjetura que Rusia y China, que ocupan la posición número uno en el mundo en exportación e importación de petróleo, respectivamente, pueden en cualquier momento anunciar su decisión de dejar de vender y comprar el petróleo en dólares. «Es ahí donde radica el mayor peligro para Estados Unidos. Por eso el deseo de iniciar una guerra contra Siria se ve como un intento de retrasar el colapso del dólar», sostiene Malishevski.
El yuan es ya una de las diez divisas con más presencia internacional y China quiere convertir el yuan en divisa mundial. Una de las principales conclusiones de la reunión de Bilderberg 2012, fue la intención de Estados Unidos de manipular la caída del dólar frente al yuan chino. La idea fue que el dólar devaluado desinflaría las deudas de los Estados Unidos y las obligaciones.
Algunos analistas destacan que la idea de los países BRICS de formar el Banco de Desarrollo y la Fundación Anticrisis, podría debilitar la posición de las instituciones de Bretton Woods, es decir, el Banco Mundial y el FMI, dominados por EE.UU.
El mundo de hoy se parece muy poco al de hace cinco años. Aún no estamos en un mundo multipolar, pero hay países que están asumiendo un papel geopolítico impensable hace muy poco tiempo. Uno de ellos es China, convertido ya en el primer sujeto económico mundial (en febrero de este año logró sobrepasar a EEUU como primera potencia comercial con una balanza de 3’87 billones de dólares frente a los 3’82 billones de EEUU y en reservas de divisas, con 3’31 billones de dólares). Otro es Rusia, recuperando a marchas forzadas el papel que tuvo durante la etapa de la Unión Soviética.
En este esbozo de mundo multipolar imperialista, con tres actores ya situados casi de igual a igual, Siria tiene muy poco que decir. Sin embargo, está sirviendo como base de pruebas para muchas cuestiones.
La estrategia del sistema imperialista necesita un clima bélico
La guerra del Congo, Siria, Libia, Afganistán, Irak, o las numerosas guerras actuales y las ya planificadas, tienen lugar, no para luchar contra el terrorismo o por la democracia o para conquistar los campos petrolíferos, las minas de coltán, los yacimiento de gas, las fuentes de agua u otros recursos. Forman parte, además, de una estrategia a largo plazo de las poderosas corporaciones de inversión petro-químicas/ armamentísticas/ farmacéuticas para crear un estado psicológico de miedo con el fin de mantener su control mundial en un planeta mayoritariamente de hambrientos y bajo una economía especulativa financiera.
Las transnacionales que saquean al Tercer Mundo, necesitan este clima bélico para una salida de su enorme potencial armamentístico, asegurarse el control de recursos energéticos o estratégicos y la reconstrucción e incluso la expansión de enfermedades y el control de la población para seguir obteniendo pingües beneficios.
Hacemos nuestras las palabras de ese gran defensor de la Paz en el mundo que fue Juan Pablo II: “¡Nunca más la guerra! ¡Nunca más la guerra! que destruye la vida de los inocentes, que enseña a matar y trastorna igualmente la vida de los que matan, que deja tras de sí un rastro de rencores y odio, y hace más difícil la solución de los problemas que la provocaron
Autor: Francisco Rey Alamillo