El Noi del Sucre

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Decía el apóstol de la clase obrera en España, Guillermo Rovirosa, que Salvador Seguí era el mejor militante obrero que había conocido

Su capacidad organizativa la demostró durante la huelga de «La Canadiense» a comienzos del año 1919, gracias a la cual fue aprobada en España la jornada de ocho horas. Cabe recordar que jamás cobró de la organización, viviendo siempre de su trabajo como pintor. Su asesinato en 1923 no sólo fue un crimen, sino una tragedia para el futuro de la CNT, y quizá de España. Seguí, reunía todos los elementos ideales para haber puesto fin a los desbordamientos de la violencia y al sectarismo que se fue agudizando en el anarcosindicalismo, y para haber dado al movimiento obrero español la autoridad moral y la eficacia orgánica que tan necesarias eran en aquella encrucijada decisiva de nuestra historia. El asesinato de Seguí fue deplorado por todos los españoles honrados, sin distinción de partidos ni ideologías. Este militante obrero catalán, también llamado Noi del Sucre, fue solidario e internacionalista.


Hoy queremos recordarle con algunos de sus pensamientos de plena actualidad:


El momento apremia y la historia, nos empuja para que estemos suficientemente preparados y terminar con el predominio capitalista que nos esclaviza, embrutece y mata, precisamente porque queremos vivir una vida noble y digna: porque queremos, por encima de todo, el reinado de la justicia social sobre la tierra.


Es preciso que la gente luche, el que no lucha no vive: el agua encharcada se corrompe!.


Se habla con demasiada frecuencia de los problemas de Cataluña. ¿Qué problemas de Cataluña?. En Cataluña no hay ningún problema; el único problema que pudiera haber planteado en Cataluña está planteado por nosotros (el problema proletario); pero el problema que está planteado por nosotros no es un problema de Cataluña, es un problema universal. Cuando han venido aquí (a Madrid) las representaciones organizadas de la burguesía catalana a hablar del problema de Cataluña, no han hecho más que desviar la opinión y decir cosas que no se ajustaban a la realidad de los hechos.


El catalanismo es una ficción que mantiene el favor oficial. El catalanismo es algo que vive a expensas del Estado, y que éste, en su inconsciencia, fortalece, cuando le sería más cómodo arruinarlo en absoluto.


Las llagas de un país no puede curarse con gritos y amenazas; ni tampoco empujando al adversario al abismo con asesinatos. El hombre es lo más sagrado que hay en la tierra. No admitiremos ningún régimen que no respete el individuo; todo ha de estar al servicio del hombre.


Del libro «El Noi del sucre», Edicciones Voz de los sin voz