Daniel Estullin, ruso de nacimiento y nacionalizado canadiense, quien sigue el rastro del Club Bilderberg y de sus participantes desde hace casi quince años, ha incluido el nombre de Hillary Clinton entre los integrantes del Club cuya filosofía se inspira en el deseo de alcanzar un Nuevo Orden mundial.
Por su parte, Alexander Backman incluye a Barack Hussein Obama y a Hillary Clinton entre los asistentes a la reunión celebrada por este Club en el Hotel Westfields Marriott Resort de Virginia, del 5 al 8 de Junio de 2008.
Sea o no cierta la pertenencia de ambos al Club, lo que es evidente es que este Club funciona en la práctica como una sociedad secreta entre cuyos objetivos primordiales se encuentra el de establecer el principio de que «alguien» debería tomar el control del gobierno mundial. Los socios representan a la élite de todas las naciones occidentales y, sin ir más lejos, Alexander Backman relaciona en la lista de asistentes a la reunión de 2008 a un total de 143 personas, entre las que destacan entre otros los nombres de Josef Ackermann (Deutsche Bank), John
Adams (Ministerio de Defensa de Canadá), Joaquin Almunia (Comisión Europea), Roger Altman (Evercore Partners Inc.), Ben Bernanke (Reserva Federal USA), Juan Luis Cebrian (Grupo PRISA), Thomas Daschle (Actual Secretario de Servicios Humanos y Salud), Kenneth Jacobs (Lazard Frères & Co. LLC), Henry Kissinger (Kissinger Associates), Bernardino León (Secretario General de la Oficina del Presidente del Gobierno de España), Craig Mundie (Microsoft), Matthias Nass (Die Zeit), y Su Majestad Sofía de Grecia, Reina de España.
Los miembros del Bilderberg saben que defender públicamente un gobierno único mundial generaría un gran rechazo, que es mejor evitar. Por ello han ido convenciendo a la opinión pública mediante el control de los medios de comunicación, hasta el punto de que este tema forme parte de las reuniones del G-20 sin que generen demasiada atención o preocupación ciertos síntomas indicativos de que ya está en marcha la imposición del Nuevo Orden Mundial, cuya hoja de ruta sería la siguiente:
1.- Eliminar discretamente las fronteras de las naciones soberanas, para sustituirlas poco a poco por simples regiones mundiales.
2.- Eliminar discretamente las competencias de los gobiernos nacionales, para sustituirlos poco a poco por un gobierno universal.
3.- Eliminar discretamente la democracia: El gobierno mundial será designado y no elegido.
4.- Colapsar lentamente las economías de cada país, para que sus habitantes acepten sin reservas la imposición de un nuevo sistema económico universal, que será convenientemente presentado como la solución más idónea al colapso y promesa de un futuro mejor.
5.- Recortar discretamente las funciones y el presupuesto de los ejércitos nacionales, para sustituirlos poco a poco por un ejército universal, formado por cascos azules de la ONU.
6.- Controlar discretamente la educación de las nuevas generaciones preferentemente a través de la escuela y de la televisión- para que acepten sin reservas los postulados del Nuevo Orden.
7.-Sustituir poco a poco las monedas de cada país por tres monedas: el dólar para la región de América, el euro para la región de Eurasia y otra moneda para la unión Asia-Pacífico.
8.- Contrarrestar y anular lenta y discretamente toda visión transcendente del hombre, para sustituirla por un nuevo sistema de valores. Las Tablas de la Ley serán poco a poco sustituidas por la Carta de la Tierra, que será oportuna y convenientemente enseñada en los colegios.
En tal sentido, David Rockefeller dijo en un reportaje a la revista «Newsweek»: «Algo debe reemplazar a los gobiernos, y el poder privado me parece la entidad más adecuada para hacerlo».
Por su parte, el banquero James P. Warburg afirmó: «Guste o no guste tendremos un gobierno mundial. La única cuestión es si será por concesión… o por imposición».
Y en su reciente visita a la eurocámara, Hillary Clinton ha asegurado que su país «está preparado para contribuir al nuevo andamiaje económico internacional.»
¿Nuevo andamiaje económico internacional? ¿Qué significa todo esto? Muy sencillo: Dado que por el momento es preferible el «consenso» a la imposición forzosa, se está recurriendo a los disfraces, a los adobos. Y una de las más eficaces maneras de disfrazar, de adobar el proceso de creación del Nuevo Orden Mundial, es recurrir a la palabra mágica «Globalización». Por ello se entiende que cuando Hillary Clinton fue designada para el cargo de Secretaria de Estado, emitiera una declaración al Comité de Relaciones Exteriores del Senado, que ofrece una lectura muy interesante: «América por sí misma no puede resolver los problemas más apremiantes del mundo, y el mundo no puede resolverlos sin América. La mejor manera de que los intereses americanos avancen es diseñar y poner en práctica soluciones globales».
Otra manera de instaurar el Nuevo Orden Mundial es avanzar en la consecución de los eufemísticos «Objetivos de Desarrollo del Milenio», que no son más que otro adobo semántico para disfrazar un plan encaminado desde 1999 a instaurar el control de la población y el sometimiento a la ideología de género en todo el planeta, para el año 2015. En este sentido su compromiso quedó patente de manera reciente en la carta que Hillary envió al presidente del Gobierno de España José Luis Rodríguez Zapatero con motivo de la Reunión de Alto Nivel sobre Seguridad Alimentaria. En esa carta Hillary Clinton declara sin rodeos lo siguiente: «Estamos comprometidos con la creación de una nueva asociación entre países donantes, países en desarrollo, agencias de la ONU, ONGs, el sector privado y otros, para coordinar mejor las políticas para lograr los Objetivos de Desarrollo del Milenio acordados en 2000.»