El papa Benedicto XVI denunció ayer el «escándalo» que representan el hambre y la desnutrición en el mundo, de las que el hombre es en parte responsable debido a su egoísmo. Así se manifestó en un mensaje dirigido al director general de la agencia de la ONU para la alimentación (FAO) con ocasión del 60º aniversario de esta organización.
RD
Domingo, 16 de octubre 2005
En una carta en francés dirigida al senegalés Jacques Diouf, el Papa recuerda que millones de personas amenazadas en su propia existencia, porque están privadas de un mínimo de alimentos necesario, requieren la atención de la comunidad internacional, «porque tenemos todos el deber de ocuparnos de nuestros hermanos».
«En efecto, -subraya- la hambruna no depende únicamente de situaciones geográficas y climáticas o de circunstancias desfavorables vinculadas a las cosechas. También es provocada por el hombre y por su egoísmo, que se traduce en carencias en la organización social, una rigidez de las estructuras económicas demasiado a menudo dedicadas únicamente al lucro e incluso prácticas contra la vida humana y sistemas ideológicos que reducen a la persona, privada de su dignidad fundamental, a no ser más que un instrumento».
«Respuestas concretas»
Benedicto XVI manifiesta que «el verdadero desarrollo mundial, organizado e integral, deseado por todos, exige al contrario conocer de manera objetiva las situaciones humanas, determinar las verdaderas causas de la miseria y ofrecer respuestas concretas, como la formación apropiada de las personas y las comunidades». El Pontífice añade que «los objetivos ambiciosos y complejos de su organización no podrán alcanzarse más que si la protección de la dignidad humana, origen y fin de los derechos fundamentales, se convierte en el criterio que inspira y orienta todos los esfuerzos».