EL PROBLEMA DE DIOS

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Vivimos en una sociedad imperialista (1) , una sociedad donde se ha programado de manera científica y sistemática una guerra de los poderosos contra los débiles ( 2) . Vivimos en verdadera cultura de muerte y hemos construido, seamos conscientes o no, un mundo donde una minoría banqueteamos (3) y una gran mayoría se muere de hambre. Partimos por tanto de que este imperialismo es un sistema social basado en la explotación y en la violencia estructuralmente y supone un modo de considerar al hombre, y de considerarle como un simple instrumento. ¿Cómo hablar de Dios en una sociedad imperialista? ¿De dónde partimos para hablar de Dios? Hemos de partir de la vida misma, de los hechos y no de las palabras. Hemos de hablar de Dios desde el sufrimiento del inocente(4) en esta sociedad imperialista.


Vivimos en una sociedad imperialista (1) , una sociedad donde se ha programado de manera científica y sistemática una guerra de los poderosos contra los débiles ( 2) . Vivimos en verdadera cultura de muerte y hemos construido, seamos conscientes o no, un mundo donde una minoría banqueteamos (3) y una gran mayoría se muere de hambre. Partimos por tanto de que este imperialismo es un sistema social basado en la explotación y en la violencia estructuralmente y supone un modo de considerar al hombre, y de considerarle como un simple instrumento. ¿Cómo hablar de Dios en una sociedad imperialista? ¿De dónde partimos para hablar de Dios? Hemos de partir de la vida misma, de los hechos y no de las palabras. Hemos de hablar de Dios desde el sufrimiento del inocente(4) en esta sociedad imperialista.


Descubrimos un mundo de egoísmo de explotación y de inmoralidad (5). Vivimos una ceguera fratricida (6), no se trata de goteras que se arreglan con parches, se exige una revolución desde los cimientos en nuestro corazón y en el mundo. Pero, ¿quien está dispuesto a luchar y dar la vida? ¿Existe alguna razón para dar la vida?

1. LA NEGACION DEL HOMBRE, LA NEGACION DE DIOS

El hombre de hoy sufre la manipulación de su conciencia . Los grandes medios de comunicación han conseguido generar una mentalidad hedonista, individualista, relativista, utilitarista (7). Tenemos un concepto egoísta de la libertad. Una libertad para tener cada día más, para saber cada día más y para lograr más poder cada día. Es decir, la propuesta no del bienser sino del bienestar:

Tanto tienes, tanto puedes, tanto vales. Vemos al otro según nuestros intereses.
Podemos cada vez más. Sabemos cada vez más. Tenemos cada día más.
No podemos silenciar esta pregunta: ¿Pero a costa de que?.(8)
Esta pregunta se rechaza porque cuestiona todo el edificio. En la memoria del corazón de todo hombre esta grabada esta pregunta:
¿Caín, que has hecho de tu hermano?.
Y podemos seguir preguntando: «¿Acaso soy yo el guardián de mi hermano?»

Nos creemos libres y nuestra libertad es fratricida y cainita no sólo por acción, sobre todo por omisión. Perdemos la capacidad de amar, pero la cuenta corriente esta llena. Dejamos de ser libres un día y no nos damos cuenta, porque creemos que somos libres. Este es el gran logro de la sociedad neocapitalista: ha logrado meter en el corazón de cada uno su propio proyecto, su propio tipo de hombre. El imperio pretende un reduccionismo antropológico: hacer del hombre un hombre consumidor y competidor salvajemente individualista) y esto lo intenta imponer culturalmente, también en el Tercer Mundo .

Todo el interés del neocapitalismo consiste en que el hombre se cree necesidades, no en que se quite necesidades. Y así amarra y esclaviza al hombre haciéndole sentir necesidades que no tiene…

El deseo de ser el primero, la ambición de las cosas y el placer, propio de nuestra condición de pecadores, empalma perfectamente con las pretensiones de la sociedad neocapitalista. De aquí su éxito parcial antropológico, conectando mejor que el socialismo su propuesta económica, social, política y cultural con la condición de las tendencias del ser humano (9). La clave del fracaso de los países del Este está en su error antropológico. En prescindir del hombre como pecador, esa necesidad que tenemos del perdón (10). Somos idólatras de nosotros mismos y la sociedad de consumo, que lo sabe, cultiva con todos los medios a su alcance nuestro yo, pero produce insatisfacción constantemente.

Lógicamente el Neocapitalismo también tiene su error antropológico (aunque conecta con nuestras tendencias) prescinde de nuestra condición solidaria. Nuestro ser para amar. Nadie puede quitarnos esta sed de amor, de eternidad, porque estamos hechos a imagen y semejanza de Dios. Dios ha sembrado en cada hombre una semilla de infinito. Un deseo inmenso de llegar a la plenitud. Este deseo, aunque pretenda la sociedad de consumo o postmoderna negarla ( ha muerto la utopía nos dirán) sólo se cura con el infinito mismo. Pero esto supone abrirse al don, a la gratuidad, caer de rodillas, salir de nuestra prisión para abrirnos al misterio de Dios.

Presentimos en el fondo que cuando vivimos una experiencia de solidaridad sentimos agua fresca. Intuimos que negándonos a nosotros mismos hay una fuente de vida. El sacrificio que otros hacen nos conmueve.
El imperialismo combatirá a muerte una sola cosa: la solidaridad-comunión que es lo único que puede vencerlo.

Somos solidaridad-comunión, al tiempo que reconocemos que nos revolcamos en nuestro amor propio como animalitos de bellotas . Existe la incoherencia en nuestro corazón humano, capaz de bondad y de la traición. Sólo reconociéndonos traidores, abriéndonos al perdón es posible descubrir el rostro de Dios de la vida. El hombre no se explica desde el mismo hombre, necesitamos una antropología trinitaria. Nuestra sed de eternidad se intenta saciar con sucedáneos, como la Cocacola, «lo auténtico, la chispa de la vida»…

2. LA NEGACION DE DIOS EN EL ATEISMO

El ateismo de principios de siglo: Marx, Nietzsche, Freud ( maestros de la sospecha) pretendían buscar el hombre nuevo, el santo sin dios. Aunque fuesen equivocadas sus planteamientos al menos planteaban la sed de Justicia, de libertad, de infinito que anida en el fondo del hombre pero la postmodernidad pretende negar esta sed.
Miguel Bakunín, el célebre anarquista ruso dirá:

» Enamorado y celoso de la libertad humana, a la que considero como la condición absoluta de todo lo que adoramos y respetamos en la humanidad, doy la vuelta a la frase de Voltaire, y digo que si Dios en verdad existiera, habría que hacerlo desaparecer» (11). » Dios existe, luego el hombre es esclavo. El hombre es inteligente, justo, libre, luego Dios no existe.»
De ahí que para Bakunín un cristiano no es un hombre por faltarle la conciencia de su humanidad y no respetar su dignidad. Bakunín junto a Marx serán los precursores del ateísmo militante en un movimiento obrero cuyos orígenes son ininteligibles sin lo cristiano o los cristianos. No olvidemos que la Primera Internacional comenzó rezando un «Padre Nuestro». Estas ideologías agenas al Movimiento Obrero producirán la división y su posterior derrumbamiento.(12)
Para Marx la religión es alienante, el opio del pueblo. Es una aliada del poder político y de la explotación económica. Es una superestructura ideológica. Hace una crítica total a la religión como ya es conocido. Su argumento está basado princiaplmente en las ideas de Feuerbach.»Dios es la proyección de la conciencia humana».
Nietzsche también dedicó la mayor parte de su obra a hacer desaparecer Dios, y podemos resumirla en la archiconocida frase:
«Dios ha muerto, y nosotros lo hemos matado»
Nietzsche, que acabaría loco, ataca duramente al cristianismo, principalmente su moral: por predicar perdón, el amor a los pobres y la igualdad. En vez de apoyar a los fuertes ha apoyado a los débiles. Con esto el cristianismo se convierte en perversidad para la humanidad. Porque va contra la fuerza y la vida. De la voluntad de dominio del hombre brota el deseo de vida y grandeza, de ser superhombre y ocupar el lugar dejado vacío por el Dios muerto. En el fondo para Nietzsche, Jesús ha sido un sentimental, un débil necesitado de amor de los demás. Por eso en el «Anticristo», lo califica de «idiota», un ser inocente que tuvo la suficiente voluntad de poder afirmar plenamente la vida en toda su fuerza y se refugió en lo débil del mundo.

Un joven exponente de la generación postnietzscheana como es Savater escribe:
«Ante todo, es preciso que la perfección de las instituciones humanas llegue a ser tal, que podamos meditar sin perturbaciones sobre la imperfección de las instituciones divinas».(13)

Sartre confiesa:
«Nosotros queremos decir únicamente que Dios no existe y que es preciso sacar hasta el fin las consecuencias de tal afirmación».
Reconoce que la negación de Dios es para el existencialismo molesta, ya que con él desaparece la posibilidad de encontrar valores absolutos y conduce necesariamente a la afirmación de Dostoievski: «Si no existe Dios todo está permitido». Este es el punto de partida de Sartre: «El existencialismo , afirma, no es más que un esfuerzo para sacar las consecuencias de una posisción atea coherente»(14)«El problema no es el de la existencia de Dios, es preciso que el hombre se halle a si mismo y que se convenza que nada le va a salvar, ni siquiera una prueba válida de la existencia de Dios».
Marcuse ha resumido la postura de Sartre así:
«La aparición del otro, dice Sartre, transforma mi mundo de conflicto, de alienación, de cosificación; el otro es aquel que usurpa mi mundo, que me hace objeto de evaluación o de estimación… La única actitud posible frente al otro es el odio. Pero tampoco esta actitud alcanza la liberación del ego. Por tanto, no hay escape posible al círculo del fracaso. El infierno son los otros.»

En definitiva los otros son:» puerta cerrada, «puta respetuosa», «manos sucias»; «el infierno son los otros» dirá Sartre. Es la «nausea», el sentimiento que provoca al comprobar que el mundo es absurdo. Si es así: ¿qué diríamos del amor al enemigo?
Veamos lo que Freud nos dice al respecto:

(15)

Confucio también dirá que es injusto amar al enemigo.
Como dice Guillermo Rovirosa , la verdad desnuda escandaliza siempre y más si se trata del Cristo Crucificado.

Evidentemente el límite del razonamiento del agnóstico es la ley del Talión ( ojo por ojo, diente por diente), la lógica prometeica; cualquier otra ampliación agnóstica mas allá del Talión mismo y en favor del perdón (aunque deseable y siempre plausible) resulta argumentalmente insostenible (16). El hombre es un lobo para el otro hombre, los hombres débiles están llamados a perecer.

Y cuando esto es así, dice Carlos Díaz, que el absurdo acecha al menor giro de la opinión del sujeto. En un mundo sin providencia, sin un Dios Padre misericordioso, que razón tengo yo para amar a mi enemigo. Para el creyente puede haber muchas cosas oscuras y debe esperarse de antemano, pero para el ateo además debe añadir el absurdo de su teoría. De ahí la disyunción o Dios o el absurdo. En este contexto Camus elige el absurdo y llega a decir:

» Lo único que le pido a mi generación que os pongáis a la altura de vuestra desesperación».

Albert Camus, humanista existencialista, nos ha dado una descripción impresionante cuando habla del hombre moderno preso entre los engranajes de la vida moderna y superracionalizada: levantarse, tranvía, trabajo, comer, tranvía, trabajo, lunes, martes, miércoles…. De pronto todo se derrumba, se revela en toda su crudeza el absurdo y el vacío de semejante existencia. De ahí el interrogante fundamental. ¿vale la pena vivir!.
«Existe un sólo problema filosófico verdaderamente serio: el suicidio. Juzgar si la vida merece o no merece ser vivida es responder a la cuestión fundamental de la filosofía [..]muchas personas mueren porque juzgan que la vida ya no es digna de ser vivida. Y paradójicamente veo a otros que se hacen matar por ciertas ideas – o ilusiones- que constituyen su razón de vivir… Por tanto pienso que el sentido de la vida es la cuestión más urgente(17)

Pero no podemos resignarnos ante el absurdo, dirá Camus.
Rovirosa dirá al respecto:
«Hay que escoger en cada momento, aun en aquellos que parecen prestarse menos a la opción. Aun cargado de cadenas puede uno escoger entre el conformismo fatalista o la rebeldía interna.
Un existencialista destacado dice que la primera elección que hay que hacer es la de decidir si uno ha de suicidarse, o si no ha de suicidarse. Esto es de un lógica aplastante en un materialista.
Esta idea nosotros la traduciríamos en lenguaje cristiano afirmando que la elección fundamental del hombre es la de decidirse por Cristo (que es la Vida), o por separarse de Cristo (que es permanecer en la muerte). «

Lo único que se nos pide a todos es que seamos coherentes con lo que pensamos.
Y aunque pareciese que la vida ha sido un triunfo siempre el final es la tragedia de la muerte, el final es el pudridero. O el hombre es un valor absoluto o la muerte significa el triunfo de la nada misma (18), y entonces se impone inexorablenente la lógica de la arbitrariedad, el voluntarismo subjetivista. Si muere un hombre no ha pasado nada, es un sin sentido de algo que no tiene valor.
No hay ya rostro de nadie y me quedo con mi desesperanza. Esta es la soledad total, esto es el infierno. Dante en su Divina Comedia, coloca en la entrada al infierno un cartel que dice. «Abandonad toda esperanza los que entráis aquí».
Cuando el hombre ha querido hacer el cielo en la tierra (como diría Marx), a costa de Dios, hemos hecho de la tierra un infierno.
«Cuando se deja de creer en Dios, decía Chesterton, ya no se puede creer en nada, y el problema más grave es que entonces se puede creer en cualquier cosa»

Es moralmente absurdo que Dios no exista para quien da su vida por los demás. Guillermo Rovirosa nos recuerda
«Jesús, verdadero hombre histórico es verdadero Dios Eterno. Sin términos medios. Porque si no fué la plenitud de Dios, fué el hombre más embustero, más criminal de toda la historia, y todo hombre honrado que no crea que es Dios (como Saulo de Tarso) debe, en conciencia perseguir su rastro con todas sus fuerzas; esta afán de justicia le llevará a descubrir la suprema Justicia, aunque falta un milagro. Lo que es infrahumano es no apasionarse (en pro o en contra) ante el Nazareno. «
¿Cuánto de falsa imagen de Dios y alienación religiosa, de justificante del orden establecido, hubo entonces como lo hay hoy?(19) Los maestros de la sospecha en el fondo nos invitan sin quererlo a sospechar de nuestras intenciones y motivaciones. Si mi fe no me lleva a la justicia es alienante. Es necesario meter esa cuña molesta de sospecha en nuestra vida porque fácilmente nos autoengañamos y barnizamos las cosa. No es lo que creo que soy sino lo que verdaderamente soy. Hacia donde dirijo mi ser vectorial. Me busco a mi mismo o salgo de mi mismo. ¿Cuál es la orientación profunda de mi vida? NO podemos darlo por supuesto. Esta es la sensibilidad militante.

Todos los grandes hombres que se han propuesto tranformar el mundo, han sostenido la necesidad de conseguir el hombre nuevo. A. Camus llegará a decir: «o se consigue el santo sin Dios o el ateismo no tiene sentido»…

La Iglesia propone a toda la humanidad, en todos los tiempos, el ejemplo de los santos. Ellos son hombres y mujeres nuevos , que partieron del reconocimiento de lo canallas que eran y desearon no serlo » el que quiera ser el primero, hágase servidor de todos»… Nadie más que la Iglesia puede presentar a la humanidad una experiencia como la de los santos: Francisco, Teresa, Rovirosa, Ignacio, Maximiliano, Pedro… y miles y miles de mártires que dieron su vida por los demás. Son hechos, no teorías..

Freud no entendió el perdón, ni Nietzche la gratuidad, ni Marx el cambio profundo de ser humano.» (Carlos Díaz)

3. LA NEGACION DE DIOS EN LA POSTMODERNIDAD O EL ATEISMO BLASFEMO

En la postmodernidad estamos ante un vacío antropológico. El propio Lenin, que no era precisamente un moralista, afirmaba: » Bueno es lo que favorece al Partido, malo lo que le perjudica». Pero hoy ha llegado a ser virtud el no plantearse la virtud, lo bueno y lo malo depende de uno mismo. Hoy el que se dedica a la política es un payaso si no saca provecho.

Pero los postmodernos como no han encontrado la fuente, la sed de eternidad que proponían estos maestros de la sospecha, en vez de seguir buscando donde saciar la fuente de la vida lo que hacen es negar la fuente de la vida,( ha muerto la utopía). No cabe plantearse la sociedad de otra manera. La postmodernidad niega la sed. Antes todavía, aunque fuesen falsas las utopías planteaban la sed de justicia, de libertad, de igualdad, de infinito que anida en el fondo del hombre. Hoy la postmodernidad dice que la causa de infelicidad del hombre es querer plantearse la sed. El querer organizar la sociedad de otra manera genera conflicto y enfrentamientos, mejor será tener una ética de mínimos universal (Banco Mundial) y que las religiones dejen de pretender dar una visión de la totalidad de la vida. Es la ética de naúfragos, de supervivientes. El ego ahoga y hace que otros se ahoguen. En nuestra barca que nadie se suba antes los arrojamos al fondo del mar (son ya miles los emigrantes ahogados en pateras). En un anuncio de los autobuses de París se decía:
» En una sociedad tan cínica como esta, sólo hay una cosa que merece la pena movilizarse: sus vacaciones «

Hay que acordarse de lo que esta escrito en el Evangelio de Lucas:

«Si queréis a los que os quieren, ¡vaya generosidad! También los descreídos quieren a quien los quiere. Y hacéis el bien al que os hace el bien, ¡vaya generosidad!. También los descreídos lo hacen. Y si prestáis sólo cuando esperáis cobrar, ¡vaya generosidad! También los descreídos se prestan unos a otros con la intención de cobrarse. ¡No! . Amad a vuestros enemigos, haced el bien y prestad sin esperar nada: Así tendréis una gran recompensa y seréis hijos del Altísimo, porque El es bondadoso con los malos y desgraciados. Sed generosos como vuestro Padre es generoso».(20)

Según esto un amor incondicional no nace de las fuerzas de la razón sino de la la invitación al amor de Dios que nos amó primero. No se entra a la verdad, si no es por la vía del amor. Sin Dios el hombre no puede organizar la tierra más que contra el hombre, dice el teólogo De Lubac.(21). Sin el no hay razón para devolver bien por mal. Sin él el odio siempre vence sobre el amor.

Sabemos que nuestras tendencias mal canalizadas nos llevan a generar injusticia y muerte en nuestro mundo.
Debemos caer en la cuenta de que nuestra vida es artificial y que nuestros ambientes no favorecen a que seamos solidaridad-comunión que es lo más real que somos como imagen trinitaria de Dios. El reto es construir ambientes donde verdaderamente seamos comunión de vida, de bienes y de acción con el creador).

Existen dos tipos de negación: una con las palabras y otra con los hechos. Esta última es la más importante.
Un campesino boliviano nos diría que:
«Ateo es el que no ha practicado la justicia con el pobre».

¿Que pensar cuando desde la fe se justifica un sistema de exterminio de los pobres? NO es posible servir a Dios y al dinero.(Mt 6,24) ¿Estamos con la vida o la muerte, con el Imperio o con los pobres de la Tierra?
Un teólogo español decía:» que la mayoría de los cristianos españoles vamos a misa con la misma inercia que a los cadáveres les crece el pelo y las uñas después de muertos». En definitiva Dios ocupa en nuestra vida lo que ocupa en nuestro tiempo.

Con los hechos podemos estar negando lo que afirmamos con las palabras. Si practicamos hoy la justicia nos llevará a ser perseguidos. Mounier decía: » sólo se le pide a los cristianos que sean auténticos. Esto es verdaderamente, la revolución. «No es con palabras como los hombres nos acercamos al misterio de Dios. Gandhi nos dice: » Cuando leo el evangelio, me siento cristiano, pero cuando os veo a los cristianos hacer la guerra, oprimir a los pueblos colonizados,… me doy cuenta de que no vivís el evangelio». La mayoría de los cristianos rebajamos el Ideal y esto no tiene otro nombre que blasfemar, negar a Dios. «Si alguno dice . Amo a Dios y aborrece a su hermano, es un mentiroso; pues quien no ama a su hermano a quien ve, no puede amar a Dios a quien no ve « (1 Jn 20). Rezamos aunque seamos incoscientes así:
«Padre nuestro que estas en los cielos quedaté ahí, no nos molestes, es decir, dejanos hacer nuestra voluntad y no la tuya».
El teólogo Metz nos dirá:
«Nosotros los cristianos de este país. ¿nos convertimos o nos limitamos a creer en la conversión y seguimos siendo los mismos de antes con la coartada de la conversión en que creemos? ¿Practicamos el seguimiento o nos limitamos a creer en él y continuamos recorriendo los mismos caminos de siempre con la coartada del seguimiento en que creemos? ¿Amamos o nos limitamos a creer en el amor y no dejamos de ser los viejos egoístas y conformistas con la coartada del amor en que creemos?» (22)

4. AFIRMACIÓN DE DIOS

La dimensión divina se abre a partir del encuentro cara a cara con el prójimo.
La espiritualidad cristiana es una espiritualidad del «nosotros», reflejo de la Trinidad. NO hay vida cristiana sin solidaridad-comunión. Tomás Malagón nos dirá que lo propio del cristiano no es vivir, es convivir; no es creer, es cocreer ( confesar juntos nuestra fe)
Así podemos decir con los Padres del Oriente que:
«De la misma manera que hay un sólo Dios y tres personas, todos nosotros somos en Cristo por el bautismo miembros los unos de los otros. Estamos llamados a ser un sólo hombre en una multitud de personas»

El hombre ya no esta separado de ninguna existencia ni en el espacio ni en el tiempo. Lleva en sí mismo a toda la humanidad. Esto revoluciona nuestra manera de ver a los demás y da sentido a la historia. Todo hombre es mi hermano, la historia es mi historia, todos hijos de un mismo Padre que nos ha creado libres en la solidaridad-comunión. No es una preocupación ética ni masoquista, nuestra preocupación por la Justicia. Jesús amó desde la experiencia del dolor químicamente puro. Este es el escándalo de un Dios que nace en pesebre y mueren la cruz. Un Dios cosufriente que escandaliza a los judíos . EL Dios verdadero es cosufriente. El niño sufriendo esta asumido en la Cruz de Dios y resucitado también en ella».
El Dios solidaridad-comunión nos sigue preguntado: ¿ Qué has hecho de tu hermano? Y nos dice:
«Tuve hambre y me disteis de comer, tuve hambre y no me disteis de comer». . «Os lo aseguro, todo lo que hicisteis con uno de estos hermanos mis pequeños, conmigo lo hicisteis»
Debemos caer en la cuenta que el pobre, el que sufre en la miseria, mi enemigo, es carne de mi misma carne. El Dios que nos ha creado no puede violentar nuestra libertad. Dios nos invita con su testimonio en la cruz a seguirle a liberarnos de nuestro yo, de nuestras tendencias, dejando bienes, dejando afectos , haciendo su voluntad y no la nuestra, es decir negándonos a nosotros mismos
» Si el grano de trigo no cae en la tierra y muere , no da fruto».
De que lado estamos dice Gustavo Gutiérrez:
¿De aquellos que participan activamente o por omisión de la violencia que hoy desgarran y trituran a los pobres?, ¿o de quienes buscan también con «voces y gestos » y contra viento y marea dar un testimonio de vida, a veces al precio de su propia vida»(23)

Resumiendo:

El imperio conoce las claves antropológicas de nuestro corazón. Es más, sin las marcas del imperio en determinados ambientes no podemos entrar. Un corazón liberado de la ambición de poder, saber y tener que es donde se asienta la Bestia del Apocalipsis no puede ser esclavizado, y aquí es donde esta en juego todo proyecto antropológico, y el sentido de nuestra conversión a Jesús y a nada y nadie más.
Sin las claves antropológicas de nuestra condición de pecadores (microcosmos interior) y la condición de sociedad imperialista (macrocosmos exterior) Que empalman en nuestro corazón no es posible ningún proyecto de solidaridad entre los hombres. Dios se revela como un Dios liberador, un Dios vivo, como el amigo de la vida. Ser cristiano es ser amigo del autor de la vida, de Jesús el Cristo que vino para que tengamos vida en abundancia. O estamos con la vida o con la muerte.

Terminamos con la frase de Guillermo Rovirosa:

«Asesinas de Jesús con nuestras pecados; ladrones de la gloria de Dios con nuestra soberbia; traidores integrales y ejemplo de todas la bajezas, unamos nuestro llanto y elevemos muy alto nuestro grito triunfal:
¡Jesús es nuestro Dios !,
con el Padre y el Espiritu Santo
¡El único Dios!

Francisco Sandalio

NOTAS:

1 «Un holocausto sin antecedentes, cuyo horror abarca en un único año todo el espanto de las matanzas que nuestras generaciones han conocido en la primera mitad de este siglo, está actualmente en proceso de realización y desborda cada día más, a cada instante que pasa, el perímetro de la barbarie y de muerte no solamente en el mundo sino también en nuestras conciencias». 160 premios Nobel
2 Veritatis Esplendor 17
3″Es doloroso constatar que la Tierra y su banquete esta en manos de una minoría», Juan Pablo II, Mensaje de Cuaresma de 1992.
4 » Hablar de Dios desde el sufrimiento del inocente». Gustavo Gutierrez, Voz de los Sin Voz
5 Encuesta Europea, Carlos Díaz:
A la pregunta : ¿Qué es lo que usted más desea en el mundo? Un 88% opina que el dinero. El 64% haría cualquier cosa por dinero (menos matar)
¿Se fía usted de los demás? El 76% dice que no se fía de nadie ( en la década de los ochenta era del 53%)
6 Juan Pablo II
7 «El hombre light», Enrique Rojas
8 Los millones de hombres, mujeres y niños obligados a una vida mísera y condenados a morir de hambre nos impone una reflexión valiente y unánime para determinar y eliminar las causas de semejante situación. Y la primera causa, sin duda, la ofuscación de la conciencia moral, fruto también de la exclusión de Dios del horizonte del corazón humano y de la sociedad» Juan Pablo II. Discurso en Siena a los representantes del trabajo. 1996
9 Curso de Contempación y Lucha. Aula Malagón-Rovirosa.
10 Centesimus annus 25
11 Bakunin. Dios y el estado
12 Pizarro, «Lo cristiano y los cristianos en los orígenes del movimiento obrero», Voz de los sin Voz
13 Savater, F. Panfleto contra todo, 1978. Pag 187
14 Citado en el libro : La idea de Dios en tiempo de Increencias». Marcos Martinez VadilloEd. Atenas
15 Freud, El malestar de la cultura, Alianza, 1970 pp. 50-52
16 Carlos Díaz. El hombre y Dios. Instituto Enmanuel Mounier
17 El Problema del Hombre, Joseph, Sigueme, pag 46
18 Ruiz de la Peña, J.L.. El último sentido. Ed Marova. 1980, p.151
19 En esta génesis del ateísmo pueden tener parte no pequeña los propios creyente, en cuanto que, con el descuido de la educación religiosa, o la exposición inadecuada de la doctrina, o incluso con los defectos de su vida religiosa, moral y social, han velado más bien que revelado el genuino rostro de Dios y de la religión» Gaudium et spes, n°19
20 Lucas, 6, 32-36
21 De Lubac. El drama del humanismo ateo. Epesa
22 Mas allá de la religión burguesa, Johann Baptist Metz, Voz de los sin Voz
23 Gustavo Gutiérrez. Revista Id y Evangelizad n°3, Abril 1997 , p.6