Hace algunos años, Martin Luther King se atrevió a denunciar a los 'buenos'; a los hombres y mujeres que ni pegan, ni roban, ni matan… pero callan.
Millones de norteamericanos están en contra de la pena de muerte que se sigue aplicando en Estados Unidos; pero no dicen nada. La inmensa mayoría de los pakistaníes aborrecen la esclavitud a la que se somete a niños en fábricas de Pakistán; pero se resignan. Miles y miles de franceses se escandalizan de cómo petroleras galas están expoliando los recursos de África; pero miran para otro lado…
Y así, silencio a silencio, se sigue asesinando, explotando, esclavizando… sin que pase nada. También, silencio a silencio, vemos cómo en nuestro país los partidos políticos aumentan sus propias asignaciones en más del 4%, vemos cómo aumenta mes a mes el paro, cómo ya no hay plazas libres en los comedores sociales, o cómo el gobierno nos enreda con falsos debates y manchados de sangre…
Mas que las palabras de los violentos, Luther King temía el silencio de los buenos, el silencio que justifica, que hace cómplices… Del paro, de la pobreza creciente en nuestras calles, o de la corrupción política, será responsable nuestro gobierno, los actuales partidos políticos, los sindicatos… pero también todos los que vivimos calladitos, silenciosos, y para colmo nos creemos «buenos».
Nuria Sánchez Díaz de Isla.
Militante del Partido SAIn