La iniciativa del Gobierno y los partidos es muy bonita. Compatibilizar el horario laboral con el de la familia, atender a los hijos y cuidar a los mayores. La realidad muy distinta
El telediario se abre con la noticia. El Gobierno plantea que la jornada laboral acabe a las 18:00 horas. Y para más inri nos colocan una gran empresa eléctrica como modelo de flexibilización de horarios. En esta empresa todos salen antes de las 18:00 horas, algunos a las 15:30 y otros pueden entrar más tarde. Todo es precioso y acogedor, parece el Show de Truman, los empleados hablan de las bonanzas del sistema, no sabemos en realidad si se lo están creyendo o no. Una campaña de marketing televisivo en toda regla.
¿Pero de qué no se habla? No se habla de la empresas subcontratadas para mantenimiento de calderas de esa gran empresa, muchos de ellos salen de casa a las 8 y llegan a las 21 horas. Pequeñas empresas a las que se les aprieta los márgenes comerciales al máximo. No se habla tampoco de empresas eléctricas que contratan a trabajadores para hacer la poda de las líneas eléctricas o de gas, y alguno incluso duermen y comen en sitios poco salubres trabajando a destajo. Tampoco se dice nada de los jóvenes comerciales que envían puerta por puerta en las distintas barriadas, de Madrid y otras ciudades… Por no hablar de sus filiales en los países empobrecidos.
En las grandes empresas del sector energético sucede cosas como las que nos contaba el diario el Mundo hace unos meses:
Pedro R. [pide que omitamos su apellido] es consultor SAP en una gran petrolera. «Me vendría de lujo salir a las seis, pero en mi trabajo es imposible, porque tenemos que cumplir los objetivos del proyecto, que ya de inicio va ajustado. En teoría, el horario es de 9 a 19, con una hora para comer, y el viernes hasta las 15 horas. Pero lo normal es salir a las nueve», si no más tarde. Por eso, cuenta, la mayoría de la gente deja este tipo de empleo a los dos años, por el nivel del trabajo y para poder conciliar.
Otro amigo me cuenta que su hijo trabaja de camarero, y todas las mañanas le dicen donde trabaja, si es que trabaja… En el país del sector servicios, España Servicios S.A., ¿es posible un cambio de políticas sin tocar grandes puntos del sistema económico?
Estoy de acuerdo con un buen horario de trabajo (y de sueldo), con más horas de sueño, horas de estancia en la familia (hogar), y horas para luchar contra las causas de estas injusticias, que generan estos problemas. Por eso hemos de trabajar por una cultura, una política y una economía que ponga el trabajo por encima del capital. Si no, todo será una filfa, expresión máxima del marketing político actual.
Autor: Luis Antúnez