El trabajo humano dignifica al hombre

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La ponencia sobre la historia del trabajo e historia de la solidaridad ha ahondado en nuestro pasado, como una colaboración entre los seres humanos desde hace miles de años y con la técnica de por medio.

Vivimos en una sociedad científico-técnica, en la que el hombre no se ha resignado a trabajar la tierra sin máquinas, a poder sanar enfermedades que azotan al hombre, a tener iluminación en la ciudades, luz eléctrica en las casas y en las fábricas…

La técnica unida al trabajo humano, ha ensanchando la base de la historia del hombre.

Un pensador dijo que sin técnica no existiría el hombre y no es posible pensar en el desarrollo de la técnica sin pensar en la historia del trabajo y de los pobres, aquellos que desde la trastienda han hecho posible la historia del progreso humano.

Como diría Unamuno «los periódicos nada dicen de la vida silenciosa de millones de hombres sin historia…», se señaló en la primera ponencia de este curso.

Los obreros hacen la historia aunque no la escriban y la historia del trabajo es el armazón de la historia de la humanidad, estas han sido algunas de las ideas sobre las que ha pivotado esta primera jornada del curso sobre Técnica y Solidaridad en el mundo del Trabajo.

En esta primera intervención, Rodrigo Lastra, señaló como a medida que profundizamos en la historia del hombre descubrimos nuestra capacidad de emancipación, el conocimiento del pasado es el medio más sólido y seguro para ello.

Esto no tiene nada que ver con un saber histórico sino con el amor a la historia de los hermanos que te han precedido.

Todos de los hechos de progreso en la civilización actual son fruto del trabajo humano, aunque es cierta la permanente tensión entre esclavitud/explotación del hombre y libertad/solidaridad.

Es el trabajo en definitiva lo que configura nuestro ser, nuestra capacidad de servir a la sociedad…

«El trabajo nos da la dignidad» afirmó el ponente, parafraseando al Papa Francisco.