El trabajo nos da la dignidad

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Durante este fin de semana ha tenido lugar en el Aula de verano Malagón Rovirosa el curso dedicado al Trabajo. Bajo el título «El paro en España: causas y efectos» se ha dialogado sobre los rostros del paro en España, sobre el porqué se ha llegado a una situación con más de 6 millones de parados y sobre propuestas de acción para salir de esta canallada.

Rubén Requena, técnico de empleo de Cáritas y en representación de la fundación FOESSA, nos ha desmenuzado y puesto en contexto los dramáticos datos del paro y la pobreza en nuestro país. Aumenta el paro a todos los niveles y aumenta el número de personas que aun trabajando a jornada completa no llegan a fin de mes  A continuación la socióloga Mónica Prieto y el médico Rodrigo Lastra han dialogado sobre las consecuencias que el paro forzoso está teniendo para las familias y la salud respectivamente. El paro forzoso es un ataque a la familia. El paro forzoso está claramente relacionado con el desarrollo de enfermedades mentales, cardiovasculares e incluso oncológicas. Por la tarde, el economista Julián Gómez del Castillo,  ha hablado sobre las causas del paro estructural  en una economía canalla. En España se ha mantenido la productividad por que las tasas de desempleo se han triplicado en los últimos 6 años.

Chema Berro, auxiliar administrativo y ex-secretario general de la CGT nos ha traslado su experiencia de lucha por el reparto del trabajo en solidaridad con los desempleados. Los  sindicatos ya no son respuesta al problema de los parados. La sociedad tiene que poner en marcha nuevas iniciativas de lucha asociada.

Para finalizar el curso, Francisco Gómez del Castillo ha afirmado que el paro y el trabajo precario sólo tendrán solución cuando el trabajo tenga en la sociedad su verdadera dimensión humana. Tenemos que levantar, de nuevo, una voz por la dignidad de la persona humana que  ponga el trabajo por encima del capital, como principio moral y político incuestionable.

¡El trabajo nos da la dignidad! Quien trabaja es digno, tiene una dignidad especial, una dignidad de persona: el hombre y la mujer que trabajan son dignos. En cambio, los que no trabajan no tienen esta dignidad. Pero tantos son aquellos que quieren trabajar y no pueden. Esto es un peso para nuestra conciencia, porque cuando la sociedad está organizada de tal modo, que no todos tienen la posibilidad de trabajar, de estar unidos por la dignidad del trabajo, esa sociedad no va bien: ¡no es justa! Va contra el mismo Dios, que ha querido que nuestra dignidad comience desde aquí”.

Papa Francisco. Homilía, 1 de mayo de 2013