Según el informe del Observatorio Venezolano de Violencia 2018, en Venezuela hubo 23.047 muertes violentas. La violencia se ha apoderado del país. La criminalidad que antes se concentraba en unos municipios, ahora abarca a casi todo el país. De acuerdo a los parámetros de la Organización Mundial de la Salud, puede afirmarse con claridad que una epidemia de violencia se expande por el territorio nacional.
El empobrecimiento se agudiza y cambia las formas del delito, incorpora nuevos actores, hay un nuevo tipo de delincuente, no profesional: son las personas empujadas al delito por hambre. También cambian las formas del delito pues los delincuentes, los ladrones profesionales, ya no buscan dinero, sino que roban bienes y comida.
Surge con fuerza el delito en las zonas rurales, allí hay comida. La cadena agroalimentaria es la victima de las nuevas formas de delito y violencia: hay extorsión de los productores y distribuidores de alimentos, pero también hay depredación, se asalta las fincas, y se roba el ganado o las cosechas, y se delinque con saña mostrando conductas primitivas, a veces por hambre, y en otras por acuerdos y negocios de la delincuencia organizada.”
La pobreza se agudiza cada día que transcurre deteriorándose aún más la calidad de vida del venezolano, mientras el salario mínimo no alcanza ni para comprar un cartón de huevos el gobierno gasta millones en equipamiento y ejercicios militares, sus altos funcionarios cobran en dólares y se pasean en lujosos carros.
Mientras el país se hunde en el caos las multinacionales y los países aliados del régimen hacen su gran negocio con la extracción de minerales.
Esto demuestra que las causas no son solo internas sino externas. Somos víctima de un sistema imperialista formado por multinacionales, organismos internacionales y supranacionales, gobiernos, elites y ONGS coordinados desde diferentes ámbitos que controlan el comercio, los recursos naturales,
la tecnología, la información y los flujos financieros, además de leyes y tratados que hacen que una minoría de la población del planeta viva a costa de la inmensa mayoría del mundo. Esto es lo que sucede en Venezuela. Una minoría Enriquecida vive a costa de la gran mayoría. Tiene razón el Papa Benedicto XVI cuando expresaba que “Un Estado sin justicia se convierte en una banda de ladrones.
El retorno a una vida de paz y convivencia en el país será posible si rige la justicia y la equidad que es la raíz de toda violencia.
Todo lo demás que se implemente no serán más que paños calientes.
Autogestión (Venezuela)