Cuatro de cada cinco personas en el mundo pasa algún tipo de hambre. Y este problema AUMENTA. De la misma manera que hoy nos parece inconcebible cómo se silenciaron los campos de concentración nazis durante la Segunda Guerra Mundial, asistimos al silencio de lo que constituye un genocidio de proporciones descomunales. 100.000 personas mueren cada día por hambre en un mundo en el que se tiran alimentos.
Por SAIn (Solidaridad y Autogestión Internacionalista)
Cuatro de cada cinco personas en el mundo pasa algún tipo de hambre. Y este problema AUMENTA. De la misma manera que hoy nos parece inconcebible cómo se silenciaron los campos de concentración nazis durante la Segunda Guerra Mundial, asistimos al silencio de lo que constituye un genocidio de proporciones descomunales. 100.000 personas mueren cada día por hambre en un mundo en el que se tiran alimentos.
Con estos números en la mano, nadie podrá negar que nos encontramos ante el principal problema de la Humanidad y que, por tanto, éste es un problema político. Pues bien, ¿cómo podremos calificar a todos los partidos políticos del arco parlamentario que se han conjurado en no hablar de este tema?.
Lo más canalla del asunto es que se silencia de modo premeditado el saqueo a que está sometido el Sur empobrecido y del que los ciudadanos españoles también nos beneficiamos. Sólo del robo que se efectúa mediante mecanismos comerciales sacamos más de diez veces lo que «ayudamos».
Por eso no aceptamos las mentiras que continuamente nos vemos obligados a escuchar: que si faltan alimentos, que si la superpoblación, que hay que afrontar nuestras crisis, etc.
Y, por supuesto, tampoco aceptamos las «ayudas» que caminan a lomos de las mentiras. Llevamos décadas diciendo que ayudamos y el hambre crece. La propaganda insistirá en las bondades de los 0´7% y demás cataplasmas pero es hora de enfrentarse a la realidad de los hechos no vayan, entre las ayudas y las mentiras, a acabar de convencernos del todo de que no se puede hacer nada.
Es por ello por lo que el SAIn nace: para decir que el problema del hambre DEBE y PUEDE combatirse. Mientras los organismos burocráticos, como la FAO, se siguen reuniendo para acabar concluyendo que el hambre crece y que hasta dentro de varias décadas no podrá invertirse la tendencia, apostamos por la creación de un frente político contra al hambre en el mundo que luche en el seno de los organismos internacionales, que ponga coto a las multinacionales, que socialice la tecnología a escala planetaria, que organice la fiscalidad desde parámetros solidarios, etc.
Desde el gobierno Zapatero parece que se nos quiere convencer de que el hambre se acaba con abrazos o comprando tarjetas de UNICEF. Nosotros, en cambio, pensamos que todo está por hacer y que se debe empezar YA. Que el hambre se remedia en el plano político y los grandes partidos no quieren remediarlo.