Todos los informes demográficos a nivel mundial ponen de manifiesto que la población mundial está frenando su crecimiento; que importantes zonas del planeta, como Europa y Rusia, perderán población de manera rápida y casi irreversible; y que la humanidad entrará en una fase de envejecimiento durante todo el siglo XXI.
En estos informes se pone de manifiesto la mentira de la superpoblación con la que se ha justificado la esterilización, el aborto y el exterminio de millones de empobrecidos durante décadas para sostener los niveles de vida de una minoría opulenta de la humanidad.
Este acontecimiento, de gran relevancia, se está escandalosamente silenciando y manipulando mediática y políticamente. Por ejemplo hemos tenido que aguantar en la pasada Cumbre Internacional de Copenhague de nuevo el insulto de que el presunto cambio climático se debe al exceso de población y que por tanto hay que controlar el crecimiento demográfico. Evidentemente es la vieja estrategia del imperialismo que pretende proteger los intereses de los poderosos.
La modificación de la inercia de las tendencias demográficas exige mucho tiempo y esfuerzos. ¿Qué supone a corto plazo para Europa la pérdida de población y su envejecimiento? ¿Qué significa que en unos pocos años el número de viejos, pensionistas, sea mayor que la población activa? ¿Qué puede suponer que el porcentaje de personas dependientes, tanto viejos como niños sean más que los que trabajan? Europa decidió hace mucho tiempo no tener hijos y lo va a pagar caro: el sistema de pensiones tendrá graves problemas; el debate de la eutanasia saltará a la opinión pública distorsionado tras la llamada «muerte digna» ya que los viejos y los enfermos van a estorbar, Los inmigrantes van a ser más necesarios que nunca y posiblemente haya que incentivar su venida a Europa para sostener nuestras sociedades a costa de seguir expoliando a los países empobrecidos, etc. En definitiva, el envejecimiento de la población mundial se esta silenciando para seguir expoliando a los empobrecidos de la tierra en beneficio de las sociedades opulentas. Ahora, la nueva cantinela se llama «calentamiento global», «cambios climático», etc