Hoy en 2010, la esclavitud infantil sigue aumentando a cada instante. A comienzos del siglo XXI, son más de 400 millones los niños esclavizados en el mundo.
Millones de niños viven hoy tras el humo de los basureros, arriesgan sus vidas como pescadores de perlas, trabajan en las minas para producir nuestros productos cosméticos, son secuestrados para ser niños soldado, viven entre balazos y violaciones en las calles, son utilizados en el comercio de órganos, en los prostíbulos, en talleres de manufacturas,… Niños a los que se les ha robado la infancia, la educación. Niños sometidos, esclavizados, humillados. Nuestras casas, nuestras calles, los centros comerciales, nuestro consumo, muestran a diario productos elaborados con las manos de los niños esclavos.
Hoy hay más esclavos que en cualquier momento de la historia. Los niños son obligados a participar en una planificación internacional del trabajo, consecuencia de un sistema económico perverso. Este crimen mundial, lejos de desaparecer aumenta anualmente en número y en crueldad. No nos dejemos llevar por un lenguaje manipulado: ¡son niños esclavos, no niños trabajadores!
Cuando se habla de crisis económica en los foros internacionales, y en nuestros medios de comunicación, nadie dice que esta crisis la pagarán los pobres, y especialmente, los niños que serán o eliminados antes de nacer o sometidos a más esclavitud.
Las causas de este crimen tienen una clara dimensión económica: estamos ante un sistema económico internacional radicalmente injusto, organizado a la medida de las grandes compañías multinacionales, y un sistema financiero mundial que busca el máximo beneficio y no reparan en usar a los niños como mano de obra esclava.
Pero la esclavitud infantil es un crimen primordialmente político y sindical. El sistema político, que se apoya en los grandes organismos internacionales (ONU, UNICEF, OIT..) y en todos los partidos con representación parlamentaria, hasta ahora sólo han legitimado esta situación y no han hecho nada para acabar con este crimen.
También es causa de este drama un sindicalismo que ha traicionado su historia de lucha solidaria en los países enriquecidos con su silencio ante la esclavitud infantil, manifestando así su complicidad y su insolidaridad con los trabajadores empobrecidos del mundo y de España.
La esclavitud infantil es por tanto, el primer problema que tiene planteado el mundo del trabajo.
También nosotros colaboramos con esta situación cuando vivimos sólo de cara a nuestros intereses de sociedad enriquecida y cegados por el afán de consumir, que cierra los ojos ante esta barbarie, de la cual nos beneficiamos.
Por todas estas razones afirmamos que a principios del siglo XXI, con más de 400 millones de niños en el mundo que son esclavizados, se puede acabar con la esclavitud infantil si luchamos contra sus causas.
La esclavitud infantil es un problema moral y político, y sólo tiene solución desde estos dos terrenos: La Moral y la Política. Por eso exigimos a sindicatos y partidos que denuncien desde las causas de la esclavitud infantil.
La abolición INMEDIATA Y URGENTE de la esclavitud infantil es posible hoy como ayer, si luchamos solidariamente, si promovemos una conciencia solidaria colectiva que transforme esta falta de voluntad política y sindical. ¡Construyamos opinión pública para erradicar la esclavitud infantil de la tierra!
En el XV aniversario del asesinato del Iqbal Masih, queremos gritar juntos
¡JUSTICIA CON LOS NIÑOS ESCLAVOS!
¡Arriba los pobres del mundo!
Convocan y organizan: Movimiento Cultural Cristiano, Partido SAIn (Solidaridad y Autogestión Internacionalista) y Camino Juvenil Solidario.