El empleo de trabajadores con bajos salarios se ha convertido en un factor cada vez más singular de la economía española. Entre las naciones europeas, únicamente en el Reino Unido hay más personas que trabajan en empleos escasamente remunerados. Y entre los países más desarrollados, sólo Estados Unidos cuenta con más empleos de bajos salarios que en España.
Así lo pone de manifiesto un estudio publicado recientemente por Información Comercial Española, una revista editada por la secretaría de Estado de Comercio, y en el que los autores alertan sobre las consecuencias macroeconómicas que conlleva un modelo productivo basado en una gran dispersión salarial (la distancia entre los que más cobran y los que menos reciben). “La desigualdad salarial incide en la eficiencia del funcionamiento del mercado de trabajo e influye en cuestiones relacionadas con la equidad social, tales como la pobreza”, sostienen los profesores Fernández, Meixide y Simón, de las universidades de Santiago de Compostela y Alicante.
El concepto ‘empleos de bajos salarios” no es una simple comparación entre niveles retributivos (España respecto de Francia o Italia), sino que define a quien ocupa un puesto de trabajo por el que percibe un salario inferior a dos tercios del salario que cobra la media del país. Pues bien, según ese estudio, el empleo de bajos salarios afecta al 18,3% de los asalariados españoles, porcentaje que sólo se sitúa, como se ha dicho, por debajo de EEUU (25,2%) y Reino Unido (20%). Por el contrario, Italia (3,4%) es donde la estructura salarial es más homogénea. Más equitativa. A continuación se sitúan Finlandia, Bélgica y Dinamarca, con niveles que en ningún caso suponen que más del 8% de sus ocupados trabaja en un empleo de bajos salarios. Trabajos ‘basura’, según la definición que se ha llegado a utilizar en la literatura económica.
La influencia de los convenios
El estudio se basa en la información suministrada por la Encuesta de Estructura Salarial que periódicamente realiza el Instituto Nacional de Estadística. Y aunque las conclusiones se refieren al año 1995, lo cierto es que desde entonces no se han producido cambios radicales, sobre todo debido a que las bases sobre las que se asienta el trabajo son los convenios colectivos, la fuente que explica tanta disparidad salarial, dicen los autores.
De hecho, otras fuentes estadísticas -como las que maneja Hacienda- confirman la existencia de fuertes disparidades en la cuantía de las nóminas. En 2005 (último año publicado), se incorporaron a las estadísticas tributarias (como perceptores de alguna renta gravada por el Fisco) 1.039.106 asalariados, pero más del 60% reveló unos ingresos inferiores al Salario Mínimo Interprofesional (que aquel año se situó en 513 euros para trabajadores con 18 años o más). Durante ese mismo ejercicio, la retribución anual media (a los ojos de Hacienda) se sitúo en 14.697 euros, prácticamente el doble de lo que cobraron los asalariados con menores ingresos. Es decir, que la gran mayoría (con ingresos inferiores a 7.182 euros) no alcanzaba la mitad de la remuneración media.
La última Encuesta de Estructura Salarial publicada por el INE, y referida al año 2004, estima, por su parte, que el salario bruto por trabajador (antes de practicar retenciones y pagar a la Seguridad Social) se situó en 18.182,44 euros, aunque con una fuerte disparidad entre hombres y mujeres: 20.597,71 euros en el primer caso y 14.691,84 para el segundo.
Los protagonistas del empleo ‘basura’
¿Y quiénes son los protagonistas de los empleos de bajos salarios? Los autores del estudio aseguran que el perfil es muy parecido al que existe en otros países, básicamente mujeres, jóvenes y trabajadores con baja cualificación. En concreto, los autores sostienen que los jóvenes menores de 25 años tienen mayor probabilidad de percibir un salario bajo que los trabajadores de cualquier otro grupo de edad (al margen de su cualificación profesional). Otro grupo ‘castigado’ es el que tiene en cuenta a los mayores de 54 años.
Como es lógico, el fenómeno de los empleos de bajos salarios disminuye según aumenta el nivel de estudios. “Por ejemplo, dicen los autores, los licenciados tienen una probabilidad de percibir un salario bajo un 5,8% menor que los individuos sin estudios”.
Igualmente, los trabajadores de producción, independientemente de su cualificación, tienen más probabilidades de estar mal remunerados que cualquier tipo de trabajador administrativo, “al igual que ocurre con contratos de duración determinada en relación con quienes tienen contratos indefinidos”. Una afirmación contrastada con los hechos. Según la última Encuesta de Estructura Salarial, los trabajadores con empleo temporal cobran como media un 35% menos que los que están acogidos a un contrato indefinido.
Por último, el trabajo considera probado que pertenecer a la categoría de bajos salarios es más probable para los trabajadores de empresas pequeñas y cubiertas por convenios colectivos de ámbito sectorial. Además, tener unos bajos salarios respecto de la media es más probable en Extremadura, Murcia, Canarias y Galicia que en el resto de España. Por el contrario, es más difícil en Navarra, Cataluña, Madrid o País Vasco, donde hay más cohesión salarial.
La conclusión que sacan los autores de estudio es que “aquellos países con una alta tasa de sindicación y/o elevada tasa de cobertura de la negociación colectiva presentan en la práctica una menor dispersión salarial”. Por coherencia con esta idea, aseguran que “esta evidencia convierte en plausible que la negociación colectiva en España esté induciendo una amplia dispersión de los niveles salariales”. Proceso que se ha intensificado en los últimos años con la entrada masiva de inmigrantes.
Carlos Sánchez
Jueves, 01 de febrero de 2007
Fuente: El Confidencial